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La DGT boicotea al Consell de Mallorca

sábado 20 de enero de 2024, 00:00h

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La terquedad de la Dirección General de Tráfico (DGT) y de su director Pere Navarro en no admitir el rotundo fracaso que ha supuesto el carril bus-VAO de la autopista Ma-19, en sentido hacia Palma, va camino de generar un conflicto importante entre el Gobierno central y el Consell de Mallorca.

Sostiene la DGT para oponerse a su supresión, como ha solicitado el Consell, que el carril especial ha cubierto los objetivos de contener el tráfico de vehículos privados y fomentar el transporte público. En efecto, si uno de los carriles existentes en la vía, se convierte en un carril especial restringido a determinados vehículos, razón por la que queda prácticamente sin uso y vacío, los otros carriles deben soportar un aumento brutal de usuarios que los colapsan.

Esta entrada a Palma con un carril menos ha conseguido que menos gente use la autopista de Llucmajor y busque vías alternativas, que ahora están más saturadas. Es el caso de la calle Llucmajor, cardenal Rossell y Camí de Can Pastilla, a su paso por el Coll d’en Rabassa y Es Molinar.

La alusión al crecimiento de usuarios del transporte público, atribuyéndolo al polémico carril bus-VAO infrautilizado, es una burla. Todo el mundo sabe que con la gratuidad del transporte público, sus usuarios se han multiplicado. Y eso ha sucedido en toda la Comunidad Autónoma, cuando sólo existe un carril bus-VAO a la entrada de Palma.

Se diría que el Ministerio del Interior, en manos del PSOE, utiliza este asunto para hacer oposición al Consell de Mallorca presidido por Llorenç Galmés, que además es la institución titular de la vía donde se instauró este bodrio que ha resultado todo un fracaso.

La mayoría de la ciudadanía detesta este experimento chapucero por el cual se suprime un carril y se deja prácticamente infrautilizado, colapsando la entrada a Palma. Pero la DGT, que ahora vela por la promoción del transporte público, función que nadie sabía que fuera de su competencia, está empeñada en impedir que el Consell de Mallorca, institución competente en materia de carreteras, reduzca los atascos y retenciones en los accesos y salidas a Palma.

Lo que se desprende es que el Gobierno de Pedro Sánchez y el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska, no quiere que el gobierno insular resuelva tan desagradable problema donde el PSOE, Podemos y Més fracasaron con estrépito.