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La crisis matrimonial de PP y PSOE

viernes 13 de abril de 2018, 03:00h

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PP y PSOE cada vez se asemejan más a esos matrimonios en crisis en los que el respectivo cónyuge está más pendiente de perjudicar como sea a su expareja antes que de procurar el bien común a la familia.

El paripé que se ha montado a cuenta del descuento de residente del 75 por ciento causa sonrojo a la ciudadanía. Los políticos nos utilizan y nos manipulan, como hacen esas parejas deshechas, para tratar de erosionar al adversario, sin importarles las necesidades de la prole, en este caso, los ciudadanos de Balears.

Casi todo el mundo intuía que, tras el reconocimiento de ese descuento a los ciudadanos de las islas Canarias –parte del precio pagado por el gobierno de Rajoy por el apoyo de los diputados canarios a los presupuestos-, era solo una cuestión formal y temporal la extensión del mismo a los residentes en Balears.

Sin embargo, PP y PSOE vieron en este asunto la oportunidad idónea para meterle el dedo en el ojo al adversario y llevamos semanas con idas y venidas y mensajes engañosos y contradictorios, que solo buscan atribuirse la paternidad de una medida que casi con total seguridad estaba ya decidida hace tiempo.

El PP de las islas insiste en que Armengol es una mala negociadora, y que a ella se debe que no se hubiera incluido el descuento en el proyecto de ley de presupuestos del Estado, aprovechando para vincular este hecho con la falta de apoyo del PSOE en el Congreso a las cuentas de Montoro. La presidenta, por su parte, celebró anteayer una ‘cumbre’ insular el Canarias, para escenificar el frente común pro 75 por ciento, con el discurso agraviado de costumbre, al mismo tiempo que en el Senado se votaba por unanimidad y a propuesta de ERC (¡¿?!) pedirle al gobierno de Rajoy que incluya el dichoso descuento en la versión definitiva de la ley. Bueno, en realidad, por unanimidad no fue, porque el senador Bauzá, por no apoyar una iniciativa de ERC –él, que es más español que la sangría- se fue a hacer una ‘llamada de teléfono’, con lo que dejó de votar una de las pocas iniciativas –aunque tuviera mucho de escenificación- que afectaban a su tierra desde que fue premiado con la bicoca senatorial con la que el PP balear consiguió quitárselo de encima.

Finalmente, se espera la gloriosa venida de Rajoy para calmar los ánimos y anunciar mitineramente que solo a él deberemos agradecerle el descuento.

Y todo este sainete es solo por la incapacidad manifiesta de unos y otros para lograr acuerdos razonables y salir juntos en la foto. Como que ‘el otro’ es tan malo y perverso, es impensable siquiera que hablen entre sí. Lo dicho, una crisis matrimonial de manual.

PP y PSOE, está visto, no pueden vivir el uno sin el otro, y sin embargo su relación es autodestructiva, cargada de impostura y mentiras.

No es de extrañar que muchos de sus hijos estén buscando ya otro hogar de acogida.

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