En mi último libro “La imagen de tu alma”, daba claves para poder conectar con nuestro interior, con nuestra alma y así poder crear lo mejor de nosotros mismos desde nuestra belleza interior.
No obstante, desde la pandemia, me he encontrado con muchas personas que están perdidas, que no encuentran ese camino y que intenta buscarse y no son capaces de hacer.
Con la herramienta del Árbol de la Vida, que trabajo desde hace varios años con mis clientes, les enseño un mapa para poder encontrarlo y de esta forma, poder transitar la existencia, de una manera más cómoda y sin tanto dolor.
Pero, curiosamente, me he dado cuenta qué, muchas de las personas que acuden a mí, no se ven bellas ni por dentro, ni por fuera.
Es por ello qué, desde hace un tiempo, comencé a trabajar también la imagen exterior de las personas, porque nuestro rostro es la imagen de nuestra alma.
Nuestra imagen representa nuestra fuerza interior y todos conocemos personas que no son especialmente bellas, pero tienen una fuerza y una magia que inunda una habitación, cuando ellos están dentro.
Esas personas llenas de luz, de armonía y de magia que son un modelo que seguir, para los demás y que pasen los años que pasen, siguen siéndolo.
Por desgracia no son muchos, pero cuando encontramos a alguien así, difícilmente nos olvidamos de ellos.
Pero ¿cómo podemos hacer para ser este tipo de personas?
Todo comienza con dos factores importantísimos, cuidarnos física y emocionalmente.
Parece que, en los últimos años, se tacha de superficial al que solo se cuida físicamente y por el contrario, el que lo hace emocional e intelectualmente, suele olvidar el plano físico.
Pero ambas partes son fundamentales. No podemos sentirnos fenomenal por dentro, si rechazamos nuestra imagen y no nos gusta lo que vemos en el espejo y viceversa.
Si solo nos fijamos en el exterior y no nos nutrimos intelectual y emocionalmente, tampoco nos sentiremos bien con nosotros, ya que pecaremos de mucha falta de autoestima, puesto que son muy pocos los que son capaces de mantenerse al margen de nuestra sociedad superficial.
En la unión de ambos casos, radica la autoestima y el acercarse a ser una persona más sana y por ende más feliz.
Cuando mi imagen personal es bella pero nuestra alma está enferma, se ve en los ojos de la persona y viceversa.
No podemos permitir que nuestra vida se desequilibre porque de lo contrario, nos costará muchísimo llegar a ser personas felices.
Por tanto, reflexiona sobre tu vida y coge la balanza y mira en que parte de encuentras desequilibrado.
¿Tal vez tengas un exceso de superficialidad y no te preocupes por tu interior?, o de lo contrario, ¿pecas de soberbia intelectual y emocional y has descuidado tu físico y cuidado personal?
En el equilibrio está el secreto.
Mira en tu espejo y en tu interior y descubrirás por donde tienes que empezar a trabajarte en 2024.
En nuestro despacho “Beauty Experience Studio”, ayudamos a nuestros clientes a equilibrarse de una manera holística, en cuerpo, mente y espíritu.
