Por estos hechos, la Fiscalía pide seis años de cárcel y una multa de 27.000 euros para cada uno de ellos.
En su escrito de acusación, el fiscal sostiene que los acusados se dedicaban a la venta de estupefacientes, aprovechando la época estival, en la confluencia de las calles Punta Ballena y Martín Ros García.
Según la Fiscalía, los acusados "estaban organizados para eludir la acción policial, evitar ser descubiertos, captar clientes y almacenar las sustancias para poder suministrarlas en todo momento".
Así, "cada uno tenía un rol o varios y recibía una compensación economía por ello según lo realizado". El Ministerio Público describe cómo los acusados, a cambio de una comisión por la venta de las sustancias, captaban clientes interactuando con los turistas o simulando ser vendedores ambulantes.