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Junio 2015

miércoles 18 de junio de 2014, 18:59h

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Les propongo jugar a las adivinanzas políticas. Me lanzo a la piscina y hago un pronóstico o más bien un ejercicio de política ficción acerca de los resultados de las elecciones de la próxima primavera. Si por una de esas adivino, se lo recordaré, si no, ustedes quizás habrán olvidado este juego inocente, o no.

La derecha. El PP se ha presentado a las elecciones mostrando una aparente unidad, luego de las escisiones y fugas del pasado otoño de algunos históricos y alcaldes hacia partidos de centro. Las presiones de algunos sectores empresariales han obligado a Bauzá a torcer el brazo y a moderar su discurso, eliminando los elementos más radicales de su entorno, aun sin cambiar el fondo de sus planteamientos. Sus 26 diputados demuestran que el PP sigue teniendo un electorado fiel y que ha sido capaz de recuperar parte del espacio perdido tras las europeas, pero demasiado corto como para gobernar en solitario. Incluso el miedo a un gobierno monocolor de izquierdas ha resultado insuficiente. El PP ha perdido gran parte de su apoyo en la Part Forana y capas urbanas más identificadas con nuestra lengua y cultura. Su vuelta al gobierno pende del cambio de actitud hacia otras fuerzas políticas, algo que calmaría al sector hotelero, disgustado con la actitud de los populares.

A su derecha, todos los experimentos fracasan y quedan fuera del parlamento. UPyD le ha disputado al PP un determinado voto antinacionalista, pero apenas ha conseguido arañarle una exigua representación de 1 diputado con ayuda de sectores de antiguos votantes socialistas.

La izquierda. El PSOE no levanta cabeza y obtiene sus peores resultados en unas autonómicas y municipales, con 13 diputados, lo cual provoca una nueva tormenta interna. IU y Podemos han intentado hasta el final presentar una única lista, pero los esfuerzos han resultado vanos ante la oposición de las bases del partido de Pablo Iglesias a integrarse en una estructura clásica de partido como la de los comunistas. IU obtiene 4 diputados y Podemos otros 4, por 6 de la coalición Més. La proverbial división a la izquierda del PSIB ha perjudicado notablemente sus resultados. Como curiosidad, los análisis postelectorales demuestran que ERC habría obtenido mucho más apoyo si se hubiera presentado por separado.

En Formentera, ha triunfado una lista independiente.

La izquierda ofrece a los partidos de centro un acuerdo para evitar un gobierno del PP, que pasa por un pacto sobre la alcaldía de Palma.

El centro. Pi y Convergència Balear han presentado, tras meses de conversaciones, listas independientes al Parlament, aunque en muchos municipios han conseguido superar sus diferencias y coaligarse. Los resultados demuestran que una única lista autonómica y a Cort hubiera supuesto un zarpazo histórico al bipartidismo. Sus 1 y 3 diputados habrían sido al menos 7, a pesar de lo cual van a tener la llave de la gobernabilidad. El crecimiento de Convergència se ha fraguado en los últimos nueve meses, concitando adhesiones y apoyos inesperados de amplios sectores centristas y mallorquinistas. Tras las elecciones, ambos partidos reinician las conversaciones para conformar una coalición postelectoral. En Palma, los convergentes resultan también decisivos.

Recuerden, es solo un juego, faltan todavía once meses. Les sugiero que guarden este artículo en su ordenador, hagan ustedes sus pronósticos y en mayo de 2015 compararemos. Les prometo que, en algunos de mis augurios, deseo equivocarme con toda mi alma.

 
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