"Me puse a llorar, levanté la cabeza y exploté. Se me borró la mente". Así se ha expresado el hombre de 52 años acusado de intentar asesinar a su expareja a martillazos durante el juicio celebrado este viernes en la Audiencia de Palma. El sujeto ha reconocido que golpeó a la víctima en el salón de su casa, si bien más tarde ha asegurado que no recuerda lo que sucedió.
La Fiscalía solicita que el encausado, que se encuentra en prisión provisional, cumpla 15 años de prisión por el delito de tentativa de asesinato con las circunstancias agravantes de parentesco y violencia de género, y el pago de indemnizaciones que ascienden a 169.000 euros.
La acusación pública también pide para el procesado una orden de alejamiento hacia su víctima y los dos hijos que tienen en común, que son menores, durante un tiempo de dos décadas.
Al inicio del juicio, el abogado defensor ha alegado que, cuando se produjo el presunto intento de asesinato, su cliente tomaba medicación por una causa anterior por un delito de abusos sexuales del que salió inocente.
De acuerdo con el escrito acusatorio, la mañana del 11 de septiembre de 2019, la mujer y su expareja, de origen cubano, habían mantenido una conversación en la casa de él y, cuando ella se marchaba, el hombre comenzó por sorpresa a golpearla “de forma brutal”.
Primero le propinó puñetazos en la cabeza y por todo el cuerpo, que no cesaron cuando la víctima cayó al suelo, y luego cogió un martillo de goma y percutió con él contra la cabeza de la mujer en numerosas ocasiones, algo que el acusado ha manifestado que no recuerda.
Después, se hizo con un martillo metálico con punta y siguió golpeando a su víctima en el cráneo y el rostro, provocándole numerosas heridas, incluidas distintas fracturas, y la pérdida de masa encefálica.
La agresión, según la Fiscalía, fue de una violencia “extrema”, aunque la mujer sobrevivió gracias a las distintas intervenciones quirúrgicas a las que fue sometida en el Hospital Universitario Son Espases de Palma, donde permaneció casi un mes en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
La recuperación básica de las heridas y operaciones se prolongó durante 250 días y la mujer padece 47 secuelas, incluidas limitaciones de movilidad que en la actualidad la hacen dependiente.
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