Crimen de la Colònia: los forenses dicen que la mujer no se pudo defender y la Guardia Civil que hubo una pelea
Por Redacción
miércoles 26 de mayo de 2021, 11:49h
Dos médicos forenses que practicaron la autopsia de Veronika Hoffmann, asesinada en septiembre de 2019 por el hombre al que acogió tres semanas antes en su casa de la Colònia de Sant Jordi, sostienen que la mujer alemana no se pudo defender de su agresor.
Con ocasión de este juicio en la Audiencia de Palma, la Fiscalía reclama que el autor confeso del crimen, un español de 61 años, sea condenado a 16 años de prisión y que indemnice con 100.000 euros a cada hijo de esta mujer alemana asesinada en su apartamento.
El abogado de la Comunidad Autónoma, que ejerce de acusación popular, solicita 25 años de prisión, con la aplicación de la circunstancia agravante de parentesco y de género, ya que la mujer aseguró a sus vecinos que el hombre era “su media naranja”, si bien él lo negó durante su interrogatorio.
Las facultativas han explicado este miércoles al jurado popular en la tercera sesión del juicio que, de acuerdo a sus informes, el ataque mortal fue sorpresivo, de frente y que la víctima no se pudo defender. Si lo hubiera hecho, habrían encontrado heridas del cuchillo en las manos o antebrazos de la víctima, han argumentado.
Las forenses analizaron cinco lesiones “especialmente llamativas”, todas en el lado izquerdo del cuerpo de Veronika y han explicado que recibió un golpe en la boca, compatible con un puñetazo, y que ella no reaccionó al apuñalamiento con el cuchillo de cocina que usó el hombre para acabar con su vida.
Por contra, dos agentes de la Guardia Civil que elaboraron los informes sobre el crimen han mantenido en el juicio que hubo una lucha previa al asesinato ya que en el salón, nada más entrar en el apartamento, había una botella en el suelo y junto a una mecedora, también tirado, un pendiente. El otro lo llevaba puesto la víctima cuando fue agredida.
Los guardias civiles han dicho que en el revistero junto al sofá había gotas de sangre de la mujer, y también en el sofá, en una alfombra y en el trayecto hacia la terraza, tanto en el marco de la puerta como en la pared, con manchas de sangre compatibles con el movimiento del arma blanca.
Los agentes han trabajado con la hipótesis de que se produjo una acción violenta que comenzó en el salón de la vivienda, que un pendiente salió disparado durante la discusión, que ella intentó huir de su agresor y que el acusado la siguió hasta la terraza, donde la apuñaló con un cuchillo de cocina.
Con el fin de aclarar si el acusado y Veronika eran pareja, los agentes han aclarado que en la vivienda sólo había una cama, y que en la otra habitación del apartamento estaban los gatos y el perro de la víctima.