Así, según el informe el 62 por ciento de la chicas y el 37 por ciento de las chicos jóvenes se autodenomina "feminista" y en cambio, sólo la mitad de ellos opina que es justo respetar el espacio individual de cada uno frente al 70 por ciento de ellas.
En la calle, la crítica a las parejas que mantienen esta actitud posesiva es generalizada. “Quizás toda esta pérdida de privacidad con internet y las redes sociales hacen que los jóvenes piensen que no tienen límites para saber qué está haciendo tu pareja”, reflexiona un hombre.
“He oído casos que le decían a una chica dónde vas con una falda tan corta porque te van a mirar todos. Eso a la chica le afecta pero con tal de no llevarle la contraria se calla”, señala una joven. Su amiga, en cambio, considera que hay ciertos límites de privacidad "que no se deben sobrepasar”.
Otra entrevistada cuenta el caso de su exnovio: le espiaba el móvil y miraba sus redes sociales. Dijo 'basta'.
CELOS Y MIRAR EL MÓVIL DE TU PAREJA: "UNA PRUEBA DE AMOR"
La principal conclusión que se extrae del Barómetro es que aumentan los casos de control en la pareja. Así, seis de cada diez chicas y casi cuatro de cada diez chicos justifican los celos o el control del móvil de la pareja porque son "una prueba de amor".
La encuesta ha sido realizada a 1.223 jóvenes de toda España y se han analizado las relaciones de pareja, amistad y familia de este colectivo. Uno de los datos que revela el estudio es que los hombres dan más importancia al hecho de tener pareja que las mujeres (48,9 % frente al 42,6 % de ellas).
En el ámbito profesional, el 30 por ciento los jóvenes asegura que el oficio de ingeniero es más apropiado para un hombre y los relacionados con los cuidados, más para ellas.
En cuanto a la conciliación familiar, el 43 por ciento opina que la vida familiar se resiente si la mujer tiene un trabajo a jornada completa fuera del hogar y el 36 por ciento piensa que es un problema si es el hombre quien trabaja fuera. Tanto ellos como ellas otorgan mayor responsabilidad en la crianza y el mantenimiento del hogar a las madres.
Por otro lado, las inseguridades sociales presentan diferencias entre género. Ellas aseguran percibir más presión para tener éxito en el trabajo o los estudios, no defraudar a otras personas y ser físicamente atractivos o atractivas. En cambio, los chicos se ven más presionados para tener éxito a la hora de ligar y en las redes sociales.