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'El Colegio de Médicos que dejo es un organismo más completo que el que en su día cogí'
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"El Colegio de Médicos que dejo es un organismo más completo que el que en su día cogí"

Por Josep Maria Aguiló
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jmaguilomallorcadiariocom/8/8/23
viernes 04 de marzo de 2022, 14:45h

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El presidente del Colegio de Médicos de Baleares, José Manuel Valverde (Madrid, 1956), abandonará el cargo de manera voluntaria el próximo mes de mayo. Valverde relevó en la presidencia a la doctora Manuela García Romero en octubre de 2020, por lo que habrá estado al frente de este colegio profesional un año y medio aproximadamente. Médico de familia en la sanidad pública, Valverde lleva ya casi 42 años ejerciendo esta profesión, que para él es sobre todo una vocación. "Soy un apasionado de la medicina y no he perdido la ilusión por la medicina", recalca durante la entrevista, en la que quedan patentes una vez más su bonhomía, sentido del humor y cordialidad.

¿Cuándo finaliza su mandato?

En principio, las elecciones están convocadas para el 13 de mayo. Desde el pasado 23 de febrero, en que fueron convocadas, considero que soy ya un presidente en funciones.

¿Había la opción de que usted se pudiera presentar a la reelección?

Técnicamente, esa posibilidad existía, pues según establecen los estatutos del Colegio de Médicos de Baleares, se pueden tener hasta dos mandatos completos. Y hay que recordar que yo tomé posesión a mitad de mandato de mi antecesora, la doctora Manuela García Romero.

¿Y por qué ha decidido no presentarse?

Porque considero que mi ciclo ha acabado. Piense que con García Romero yo era vicepresidente del Colegio de Médicos, un vicepresidente feliz bajo su mandato. Era una posición en la que me sentía muy cómodo, pero cuando la doctora aceptó su ascenso como vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) de España, me vi abocado a ser el nuevo presidente del Colegio de Médicos.

"Los argumentos de los antivacunas tienen muy poca objetividad y muy poca base científica"

Entiendo, sí...

Mire, para ser presidente de un colegio profesional o para ocupar cualquier otro cargo que implique poder, hay que tener vocación o hay que autoconsiderarse con las capacidades suficientes para llevar a cabo con éxito un proyecto concreto. Por tanto, hay que tener una cierta ambición o una cierta necesidad de poder. Y yo carezco de ambos requisitos. Seguro que recuerda que hay una película que se llamaba 'Presidente por accidente'. Pues bien, yo he sido presidente por accidente —sonríe—. Como le indiqué hace un momento, era un vicepresidente feliz y, en cierto modo, he tenido la mala suerte de que mi presidencia haya coincidido con uno de los periodos más difíciles para la medicina y para la población en general, que ha sido la pandemia del Covid.

¿Qué balance personal hace del año y medio en que ha presidido el Colegio de Médicos?

Estoy muy satisfecho, pues creo que en el poco tiempo que he tenido y en una época además convulsa y con muchas dificultades, se han hecho muchas cosas. También es verdad que yo ya contaba con un proyecto previo estructurado, con una candidatura completa y con un programa a realizar. A partir de ahí, he tenido la posibilidad de cumplir la mayor parte de los objetivos que se propusieron en la candidatura de la que yo formaba parte y también me he enfrentado después a algunos retos. En ese sentido, considero que el Colegio de Médicos que dejo es un organismo más completo que el que en su día cogí.

¿Cuáles eran esos objetivos a los que acaba de hacer referencia?

El objetivo principal era seguir protegiendo y cuidando de todos nuestros colegiados en unos momentos en que el riesgo para nuestras vidas era elevado por la pandemia. En ese contexto, creo que hemos estado a la altura. Además, hemos colaborado con la Administración para que se llevara a cabo la vacunación de todos los profesionales sanitarios, tanto de los médicos de la sanidad pública como de los médicos de la sanidad privada. No ha habido un solo colegiado que se haya quedado sin vacunación. En otras autonomías, en cambio, se ha tenido que vacunar a algunos profesionales de la privada por vía judicial.

"En la actualidad, cualquier gestión en nuestra página web puede hacerse ya en cualquiera de nuestras dos lenguas oficiales"

¿Destacaría algún otro objetivo en el marco de su mandato?

Otro objetivo esencial para mí, aunque quizás pueda parecer no del todo importante, era que nuestra página web fuera bilingüe, pues hasta entonces sólo era en castellano. En la actualidad, cualquier gestión en nuestra web puede hacerse ya en cualquiera de nuestras dos lenguas oficiales.

¿Cree que habrá alguna posible nueva ola?

Es previsible que haya alguna nueva ola más, sí. Ahora bien, por una parte hemos visto que la actual variante ómicron ha provocado una sintomatología menos agresiva que las variantes de las anteriores olas, y, por otra parte, tenemos un porcentaje de población vacunada muy grande. Es cierto que la sexta ola ha ido más allá en número total de personas afectadas que la suma de todas las olas anteriores, pero los síntomas fueron más leves y esas personas se recuperaron antes. Por tanto, si hubiera una nueva ola, es de prever que sea de una naturaleza también más leve que la de las primeras olas.

¿Esos datos son un argumento de peso para las personas que todavía son contrarias a las vacunas?

Son un argumento de peso, sí, pero no para los antivacunas, que no aceptan ningún tipo de argumento más que los suyos propios, que además tienen muy poca objetividad y muy poca base científica detrás. Como hemos comentado hace un momento, al margen de la menor agresividad de la variante ómicron, tener a más del 80 por cien de la población vacunada ha hecho que mucha gente que se contagió ahora se haya recuperado tras una sintomatología muy ligera. Es cierto que en esta sexta ola ha habido algunas UCI saturadas, pero ello obedecía sólo a que, en total, había un número muy elevado de personas contagiadas. En ese sentido, cabe preguntarse qué hubiera ocurrido en las mismas circunstancias sin haber tenido a la mayor parte de la población vacunada y si no hubiéramos tenido ya una cierta experiencia en la gestión de estos casos.

¿La pandemia ha demostrado que es necesario destinar más fondos al sistema sanitario público?

Totalmente. Está claro que en los últimos diez o quince años la inversión en sanidad ha sido muy baja. Así ha ocurrido por ejemplo en el ámbito que me compete directamente, el de la Atención Primaria, que ha sido abandonada a su suerte. Y no me refiero ahora al caso concreto de Baleares, sino al de nuestro país en su conjunto. Se han ido jubilando profesionales y se han amortizado esas plazas. Mientras tanto, la población iba creciendo y no se creaban nuevas plazas, con lo cual la sanidad estaba ya absolutamente al límite antes de la pandemia. Por todo ello, en estos dos últimos años, en que la carga de trabajo ha sido máxima por el coronavirus, ha sido absolutamente evidente que nuestra sanidad pública estaba en una situación de fragilidad inmensa.

"Los problemas de salud mental en los profesionales sanitarios han sido muy importantes durante la pandemia"

¿Cómo recuerda el inicio de la pandemia?

La verdad es que la primera ola fue de una incertidumbre brutal, ante algo que nos era completamente desconocido entonces. Además, los sanitarios estábamos absolutamente desprotegidos. En mi caso, recuerdo por ejemplo que me pasé 15 días con una misma mascarilla FFP2, que nos había proporcionado una administrativa del centro de salud gracias a que un familiar suyo trabajaba en una residencia de ancianos. También recuerdo que había vídeos, que todavía guardo, sobre cómo se tenía que tunear por ejemplo una bolsa de basura para hacer un Equipo de Protección Individual —EPI—. Paralelamente, en los centros de salud nos vimos obligados a pasar de una consulta normal en donde teníamos al paciente delante a tener que hacer de "telefonistas", con unos medios además muy rudimentarios.

¿Los aplausos de los ciudadanos en aquellos primeros meses les ayudaban?

Es cierto que frente a esa incertidumbre, esa angustia y esa dificultad para poder comunicarse con los pacientes, salir a las ocho de la noche y que la gente te aplaudiera suponía un poco de esperanza. Aun así, ya entonces pensábamos que los aplausos serían algo muy transitorio y que tal vez en algunos casos se iban a convertir en cosas menos agradables, como así fue, con toda una serie de quejas por la falta de accesibilidad o la dificultad para conectar con los centros de salud, entre otros problemas.

Un número significativo de médicos han sufrido depresiones en estos dos últimos años...

Sí, es cierto. Los problemas de salud mental en los profesionales sanitarios han sido muy importantes. Nosotros tenemos una serie de programas de asistencia a profesionales con problemas de salud mental relacionados con la pandemia y hemos podido constatar que el volumen de profesionales que han requerido asistencia ha sido muy grande. Y lo que nosotros conocemos es sólo la punta del iceberg, pues ha habido muchos profesionales, entre los cuales me incluyo, que lo hemos pasado mal.

Más allá de la medicina, ¿cómo se definiría usted como persona?

Me definiría como una persona con muchas inquietudes y muy sociable. Me encanta la gente, que es algo que mis pacientes saben bien. De hecho, creo que es muy difícil ser un buen médico si no te gusta la relación con las personas. En mi caso, disfruto mi trabajo diario en la consulta y, normalmente, me voy a casa satisfecho y feliz de haber podido estar al lado de otro ser humano y haberle podido acompañar o aliviar su dolor. Por lo demás, más allá de la medicina, me apasiona cualquier tipo de arte. Me entusiasman la pintura, la literatura, la fotografía y los viajes. Además, sobre todo me considero una persona muy familiar y que se siente muy bien en su entorno personal más estrecho.

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