Leo a Faustino Vilallibre, precisamente en Semana Santa, fechas en las que algunos, bastantes me atrevería a decir, en un país mayoritariamente cristiano como el nuestro, hacemos una pausa, nos tomamos un momento para analizar el significado de la Muerte y Resurreción de Jesús.
Momentos de reflexión, de oración, de hacernos múltiples preguntas: ¿Cuál es el sentido de la vida?, ¿qué significado tiene la historia?, ¿a dónde vamos?, luchar por principios, valores y derechos humanos, ¿tiene razón de ser?, la lucha por la justicia, la libertad, la igualdad, la dignidad del ser humano, si al final acaban con la muerte, ¿qué sentido tiene?
Engels decía que somos seres para la muerte, pero si es así, nuestra vida solo tendrá sentido en la medida en que lo tenga la muerte. Ha habido a lo largo de la historia, y hay en nuestros días, millones de personas que fueron y son también hoy privadas de la vida de forma injusta y prematura, a causa del hambre, la sed, las injusticias, las guerras, los abusos, el terrorismo islámico, la explotación, la persecución,... Si no hay vida más allá, a todas esas personas que murieron para quedar muertas ¿quién les va a hacer justicia? Si encontramos sentido y respuesta a la muerte, entonces nuestra vida tendrá sentido. Jesús es la mejor respuesta que hasta ahora ha conocido la historia de la Humanidad.
Lo importante es la vida, no la muerte. Para Jesús la pena de un fallecimiento no queda en un "lo siento" o "así es la vida". Jesús responde a la muerte con la vida, nos dio el ejemplo con su amigo Lázaro, pero lo hizo para todos y para toda la creación. La muerte como apertura a la plenitud de la vida, para siempre: "quien cree en mi, aunque haya muerto, vivirá".
Celebremos la vida, vivámosla a diario, con el amor, la fraternidad, la justicia, la solidaridad, la esperanza... Para hacer la vida más digna a todo ser humano. Empezando por los oprimidos, perseguidos y maltratados. En nuestro país, en nuestra ciudad, en nuestra familia. Somos afortunados los católicos, los cristianos.
Os deseo una buena Pascua.