Jaume Font tala el pino

Propongo que una comisión de expertos se reúna para determinar qué desaparecerá antes, el PI o CineCiutat. Hagan sus apuestas. Jaume Font abandona el barco aburrido de discutir si son regionalistas o nacionalistas, de izquierdas o de derechas, galgos o podencos. Irrelevantes en todo caso. La moderación ya no vende, como tampoco el centro, ese ente político abstracto que nadie sabe dónde comienza o dónde termina, pero que todos aseguran tener allí una parcela en la que cultivan patató. Y un pimiento.

Aunque faltan más de tres años para las próximas elecciones autonómicas, ya podemos considerar en peligro de extinción a tres formaciones políticas: el PI, Ciudadanos y Podemos. Del mismo modo que la marcha de Kevin Spacey supuso el fin de House of Cards, algo que no aceptaron los productores de la famosa serie hasta que se vieron en caída libre, la segunda espantada de Jaume Font supondrá la liquidación de la formación regionalista que él fundó. Una eutanasia, ahora que está de actualidad.

Ciudadanos se disuelve como un azucarillo. Desdibujados a nivel nacional y casi invisibles a nivel autonómico y municipal, Marc Perez-Ribas no deja de ser un voluntarioso parlamentario, incapaz de destacar. Ni para bien ni para mal.

El tercer partido que está cavando su propia tumba a marchas forzadas es Unidas Podemos. Los que se están poniendo morados, de aquí y de fuera, se comportan como consellers del PSIB-PSOE, más previsibles que Pilar Costa, Iago Negueruela o Patricia Gómez. Imposible adivinar en Juan Pedro Yllanes o Mae de la Concha el más mínimo rastro del 15-M. Docilidad lanar y muletillas de los socialistas, sin más. No tiene el magistrado placas solares que poner...

Pero no teman, la clonación está bastante desarrollada en la política. Los llamados a la irrelevancia serán clonados en breve, pero no sabemos por quién. Tampoco cabe descartar un crowdfunding de emergencia como maniobra para salvarlos a todos. Como los antiguos Cines Renoir. ¡Ciudadanos, salvemos al pino que unidas podemos!