Que tres de cada diez vehículos que circulan por las carreteras de las Illes Balears lo haga sin haber pasado la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un dato que debe preocupar seriamente a los ciudadanos de la comunidad, empezando por los gobernantes que los administran. El dato surge del extenso informe que la Sindicatura de Cuentas ha entregado al Parlament en el que analiza el servicio de la ITV y revela este y otros datos que ponen en cuestión la efectividad de la ITV, actualmente gestionada por los consells insulares.
El informe señala una serie de deficiencias en la gestión y funcionamiento de las empresas concesionarias del servicio de ITV. La Sindicatura de Cuentas advierte sobre la necesidad de que los consells realicen mayores esfuerzos para mejorar el servicio y reclama más control sobre las concesionarias, los precios, la fiscalidad y la calidad del servicio. En algunos casos desvela que existen estaciones de servicio de ITV que no tienen el certificado acreditativo, entre ellas las de Palma, Inca y Manacor.
Estos días que se habla tanto de vehículos, saturación del tráfico y carreteras, conviene atender lo que la Sindicatura de Cuentas desvela en torno a la ITV. En el caso de Mallorca, no es de recibo que sobre un servicio que el Consell ha querido internalizar caiga la sombra de la mala gestión; especialmente si los concesionarios actuales tienen dudas de cómo se prestará en el futuro.
Debe mejorarse, sin duda, la gestión en lo relativo a la atención al público, pero sobre todo debe garantizarse un servicio de calidad que proyecte seguridad a los miles de conductores que salen cada día a las carreteras de Balears. Que el progresivo envejecimiento del parque móvil de las Islas y el hecho de que Balears sea la comunidad con la tasa más elevada de vehículos por habitante, tal y como resalta la Sindicatura de Cuentas, obliga a doblar los esfuerzos en el control y el buen funcionamiento de este servicio, que hoy por hoy despierta demasiadas dudas.