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Isern lleva año y medio marginado del PP-Palma por Rodríguez

viernes 25 de abril de 2014, 13:44h

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El alcalde de Palma, Mateu Isern, vive un auténtico drama personal dentro de su propio partido.Los rodriguistas lo tienen a pan y agua.  Lleva un año y medio marginado (no le convocan) de las reuniones de las diferentes comisiones sectoriales del partido y jamás ha sido llamado a una reunión de las diferentes juntas de distrito que se reparten por las barriadas de Palma. Únicamente le reclaman a la reunión de la junta territorial, que se celebra una vez cada mes el miércoles anterior a cada pleno municipal. Allí se lo dan todo cocido y servido. El partido está controlado de cabo a rabo por José María Rodríguez, el presidente local. A su vez, Isern lleva dos años sin ser convocado a las reuniones del comité de dirección que preside José Ramón Bauzá. Fuentes del entorno del alcalde aseguran que está indignado por esta humillante marginación. Jamás está presente en las reuniones donde se hace de verdad la política de Palma y de Balears. La tenaza Bauzá-Rodríguez contra él es un hecho.

Fuentes próximas a Isern han expresado su malestar tras haber publicado mallorcadiario.com que el aparato rodriguista considera que Mateu Isern "va por libre y no consulta con el partido". Estas fuentes han estallado ante este reproche. Isern ignora lo que se cuece en el aparato de Palma, casi por completo.  Intentar tomar una decisión propia como alcalde es sinónimo de presión interna dentro de Cort. Las juntas de distrito del partido están trufadas de rodriguistas desde las proximides de s'Arenal hasta Cas Catalá y pasando por todas las barriadas. Isern es un alcalde maniatado, casi un florero. Y no quiere serlo.

En el asunto del concurso del casino de Palma los rodriguistas apostaban por la opción de la Playa de Palma, que resultó perdedora. Como se sabe, la Playa de Palma son las montañas sagradas del PP de Palma, a las que quieren controlar de punta a punta. Isern no actuó como le hubiera gustado al aparato. Finalmente ganó la opción del Teatro Balear, si bien los rodriguistas de Cort la pararon amparándose en la ordenanza urbanística.

Pero el drama del alcalde le viene por partida doble. No pinta nada en el partido en Palma, pero tampoco en la cúpula de Balears. Si hace año y medio que los rodriguistas le ignoran, hace dos años que José Ramón Bauzá no le tiene encuenta en las juntas directivas del PP Balear. Únicamente va a las juntas territoriales junto a un mogollón de altos cargos y militantes de todas partes. Pero está excluido de las reuniones de cúpula, donde realmente se corta el bacalao. Bauzá le desprecia, abiertamente.

 

"Rodríguez tiene que jubilarse"

A principios del 2011, unos meses antes de la celebración de las elecciones autonómicas y locales, José Ramón Bauzá llamó a Mateu Isern y le propuso ser candidato a alcalde de Palma. Necesitaba una cara nueva y atractiva para echar a la izquierda del poder en Cort. Para sorpresa de Bauzá, Isern no aceptó en el acto. Le puso las cosas claras: "José Ramón, sólo seré candidato a alcalde si consigues que José María Rodríguez se jubile como presidente del PP de Palma. Ya tiene la edad para hacerlo. Sabes perfectamente que con Rodríguez presidiendo el partido, el alcalde, sea quien sea, acabará convertido en marioneta. Yo no sirvo para hacer papelones. Si he de aspirar a alcalde, en paralelo he de hacer lo propio para intentar ser presidente del partido en la capital al igual que tu aspiras a ser presidente del Govern teniendo como activo más importante ser el presidente del PP-Balear. Vamos en el mismo barco, pero yo no aceptaré este viaje con las manos atadas".

Bauzá sonrió a Isern y le prometió que solucionaría la cuestión. "Acepto tu propuesta -le dijo-, convenceré a José María para que deje a presidencia del partido". Entonces, sólo entonces, Isern aceptó ser candidato. Nunca se sabrá a ciencia cierta si Bauzá le engañó en aquel momento o si, más tarde,  al intentar desplazar a Rodríguez se llevó una mordida, se achantó y acabó bajándose los pantalones.  Éste es el único misterio de este drama.

El hecho objetivo es que en el último momento, y cuando el asunto ya no tenía marcha atrás porque ya se había hecho pública la candidatura de Isern, Bauzá le citó y, con voz temblorosa y párpados bailones, le dijo  que le había resultado "imposible jubilar a José María". A Isern le endosaron una lista electoral trufada de rodriguistas cuando ya no había margen para nada.

Carne de cañón contra un Pata Negra

Mateu Isern es familiarmente y socialmente un Pata Negra. Vive en pleno Casco Antiguo donde su familia está enraizada desde hace muchas generaciones. Fue abogado del Banco del Crédito Balear donde tuvo por maestro a Félix Pons, luego ministro y presidente de las Cortes. El hermano mayor de Isern es notario y el pequeño es letrado del Parlament. Son una familia de profunda formación jurídica, todos ellos exalumnos del Luis Vives. El padre y el tío de Mateu Isern eran los dueños de las minas de Alaró. Por parte de madre es un Estela, proviene de la familia más importante de Sineu con un gran enraizamiento en Palma desde hace siglos. Algunos de los edificios más emblemáticos de Palma son propiedad de los Isern, como el  de la Plaza de España donde está ubicado, en sus bajos, el Bar Cristal. Este edificio es uno de los símbolos de la pujante burguesía palmesana de hace un siglo. Isern no necesita la política para vivir. Es un líder vocacional, pero no precisa de ninguna prebenda.  Puede ejercer de liberal de pura cepa y hacer de la tolerancia su bandera. Los visceralismos no caben en su estilo de vida.

Frente a él se sitúan los combativos rodriguistas, en su mayoría infantería de trinchera proviniente de las barriadas y dispuesta a partirse el pecho por su jefe, José María Rodríguez, de 66 años. Rodríguez llegó a Mallorca en 1972 en su calidad de capataz de Telefónica. Desde muy joven está acostumbrado a mandar cuadrillas para instalar postes. Es el populismo es estado puro, capaz de superar alambradas a bayoneta calada. Su mano derecha es Paco Frau, antiguo regente de un bar de billares en el Ensanche de Palma. Es gente única para mandar a pie de calle y cosechar votos, pero a menudo son aceite y agua con la élite social.

José Ramón Bauzá también ha chocado con Isern, con la clase, señorío y saber hacer del alcalde. Se veía venir. Isern se ha convertido en favorito de titulares de prensa y de fotografías de gran tamaño por su encanto personal. Mientras, Bauzá y algunas de sus controvertidas decisiones le han generado mala o muy mala prensa. La tensión entre ambos estaba servida.

Bauzá también sale de abajo. Peleando escalón a escalón. Empezó como empleado en la farmacia de la socialista Aina Salom en la calle General Riera de Palma. Salom y su farmacia fueron denunciadas más tarde por el PP. Cuando era empleado, Bauzá se afilió al PP en 1996. Dos años más tarde, siendo Matas presidente y Tito Fiol conseller de Sanidad, Bauzá consiguió ser titular de una oficina de farmacia en Marratxí. Poco después llegó la llamada del partido. Le hicieron concejal de Urbanismo del término y más tarde alcalde (eran los tiempos del boom inmobiliario). Le ha costado muchísimo llegar a tocar el cielo. Y allí se ha encontrado y ha chocado con el ángel Isern, de alas blancas desarrolladas por espacio de generaciones. Ahora se resiste a no poder utilizarlas. Una gran tenaza le amenaza. Pero sabe que cuando remonta el vuelo deja en evidencia a sus rivales de infantería.

La tuerca que engarza la tenaza Bauzá-Rodríguez contra Isern se llama Sandra Fernández, actual consellera de Asuntos Sociales y concejala de Palma. Es la niña de los ojos de José María Rodríguez. El objetivo es que Isern no sea el candidato a alcalde el año que viene y su puesto sea ocupado por Sandrita, que ahora puede lucirse porque maneja pasta social del Govern.
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