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Irresponsabilidad política de Vox en Baleares

viernes 13 de diciembre de 2024, 00:00h

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La retirada de los presupuestos autonómicos por parte del Govern, a raíz de la negativa de Vox a negociarlos, ni en Baleares ni en ninguna otra comunidad autónoma, por orden de la dirección nacional de la formación, deja una situación preocupante en la política de las Islas Baleares. Vox, con su actitud de bloqueo y sus exigencias delirantes e inasumibles, ha cometido un grave error que pone en jaque la estabilidad de la legislatura. Más allá de sus demandas, intentando aprovechar políticamente un error del PP en una votación, lo verdaderamente alarmante es la irresponsabilidad con la que está actuando la tercera fuerza del Parlament, mostrando una desconexión absoluta con las necesidades reales de la ciudadanía.

El Govern de Marga Prohens, que hasta ahora había logrado mantener una relación pragmática con Vox, por más que tortuosa y difícil, se encuentra ahora ante una situación comprometida que obliga a prorrogar los presupuestos de este año. La presidenta Prohens no ha dudado en calificar la actitud de la formación ultraconservadora de “chantaje”, una acusación que demuestra la gravedad del desencuentro. Vox ha optado por dinamitar todos los puentes de diálogo con el único partido que, hasta la fecha, no ha secundado ni es favorable a establecer un cordón sanitario en su contra. Al tiempo que acusa al PP de "infantil" y "catalanista", Vox deja claro que prefiere incendiar el escenario político antes que contribuir a la gobernabilidad, negociando y propiciando unas cuentas públicas para 2025 que ya habían sido ampliamente negociadas con el Ejecutivo.

La negativa de Vox a negociar demuestra su incapacidad para ejercer una política constructiva y su desinterés por las consecuencias de sus actos

Esta estrategia de confrontación permanente es irresponsable y peligrosa. El bloqueo presupuestario no solo afecta a la estabilidad política, sino también al día a día de los ciudadanos, que esperan soluciones a problemas concretos como la sanidad, la educación o la vivienda. En lugar de asumir su papel como un actor relevante en la gobernabilidad, Vox se comporta como un partido sin visión de Estado, donde la opinión de sus dirigentes autonómicos no pinta nada y donde todo lo decide la dirección nacional capitaneada por Santiago Abascal.

Es momento de recordar que la política exige acuerdos y altura de miras. La negativa de Vox a negociar demuestra su incapacidad para ejercer una política constructiva y su desinterés por las consecuencias de sus actos. Al dinamitar la colaboración con el PP, Vox no solo pone en riesgo la gobernabilidad, sino también su propia credibilidad ante un electorado que no perdonará semejante irresponsabilidad.