El sábado por la noche, en el marco del III Festival Nits de Tànit, los aproximadamente 200 espectadores que acudieron al recinto de la antigua Comandancia Militar, donde ahora está la sede de la UIB en Eivissa, pudieron disfrutar de un espectáculo de danza experimental de gran nivel, de los que no abundan y aún menos que visiten la isla.
En efecto, si no fuera por el esfuerzo del Consell Insular d'Eivissa sería prácticamente imposible ver aquí un montaje coreográfico como el representado este sábado por siete bailarines (6 chicos y una chica) fuera de serie.
Música electrónica, efectos lumínicos sobre humo que generaba una atmósfera gris y plagada de sombras, donde la imaginación del espectador echa a volar, para contemplar bailarines que a menudo no parecían seres humanos, bailando y evolucionando sobre el escenario -y también fuera de él- con movimientos de baile contemporáneo, hip-hop, breakdance, street dance, contac, contorsiones e incluso artes marciales.
Los artistas evolucionaron en escena con bailes individuales, parejas, trios y grupales que dejaron boquiabiertos al público, con un poderío físico asombroso.
45 minutos de pura danza que supieron a poco porque el público, una vez metido en la historia, no quería regresar al mundo real.
Lástima que tanto público no respetase la hora de comienzo de la actuación y llegaran a la hora que les pareció bien, molestando tanto al resto de asistentes como al staff. La organización haría bien en cerrar las puertas una vez comenzado el espectáculo. Público (si así puede llamarse a esa gente) entrando como si nada más de 25 minutos después de las 22 horas, fue sencillamente impresentable y vergonzoso.
NITS DE TÀNIT
El festival va cubriendo etapas y ya solo quedan por subir al escenario la cantante portuguesa Joana Amendoeira (20 de agosto) y las sopranos Irantzu Bartomeu y Núria Orbea, junto a la pianista Mentxu Pierrugues, con el concierto "En un salón de La Habana" (26 de agosto).
