Ayer leía en nuestro querido www.mallorcadiario.com este término asignándolo a aquellas personas que se quedan en una propiedad que no es suya, dejando de pagar el alquiler.
¿Se imaginan haberse pasado toda su vida ahorrando para tener un piso y que un inquilino le deje de pagar el alquiler y se quede ocupando su vivienda?
Pues esto es lo que hacen estos seres humanos, pensando que tienen todos los derechos y ninguna obligación, y la ley les ampara hasta que se pueden desocupar los pisos.
En mi opinión, es una verdadera vergüenza que el gobierno no ponga una solución rápida y eficaz a este problema.
¿Se imaginan cómo se puede sentir una persona que ve su vida económica robada porque todo lo que ha sembrado en su vida se lo pisotean de un día para otro?
Es cierto que muchas personas piensan que hay propiedades de grandes tenedores, de empresas y particulares, que están vacías. También es bien cierto que todo el mundo tiene el derecho a tener una vivienda digna, pero no a base de robárselas a los demás.
Escucho o leo, a menudo, historias de personas que me cuentan que un inquilino le ha destrozado la vivienda y que, al irse de su piso, han tenido que tirar la casa de arriba a abajo, o que simplemente una mañana el inquilino dijo que ya no podía pagar y dejó de hacerlo.
¿Se pueden imaginar la frustración que tiene que sentir una persona que sufre este problema? ¿Cómo es posible que no se pueda echar a esa persona del domicilio o que el gobierno no ayude a la persona que está sufriendo este maltrato económico?
Evidentemente, es difícil ser consciente de este tipo de cosas hasta que uno no lo ha vivido de cerca, o en su propia piel, pero no hace falta ser apaleado para imaginarse lo que debe de sentirse, ¿verdad?
La vida es mucho más sencilla de lo que nuestra sociedad actual hace que sea; las leyes parecen no proteger al indefenso, sino todo lo contrario. Se persiguen verdaderos absurdos y luego se prohíben situaciones sin sentido.
Este país no podrá aguantar mucho más tiempo estas políticas ridículas y separatistas que apoyan a las personas incorrectas en una gran mayoría de casos.
Entiendo que todas las personas tenemos el derecho a tener una vivienda digna y que todos deberíamos de tener esa posibilidad y no tener que llegar a ocupar viviendas porque sí, pero una política reguladora de este tipo de situaciones, de una manera mucho más rápida y eficaz, ayudaría a ambas partes.
Comprendo que nadie debe vivir en la calle, ni dormir en portales; no obstante, el tema no pasa por permitir que roben a unos pocos para salvar a otros, ya que un gobierno no debe de actuar como Robin Hood, quitando el dinero a los ricos para dárselo a los pobres, sino que deberían de estudiarse los casos y ver cómo se pueden realizar políticas sociales que impidan que esas personas terminan durmiendo en la calle.
Rezaremos para que en las próximas elecciones, antes de votar, los votantes de este país puedan ponerse en la piel de todos y se den cuenta de todas las políticas erróneas que existen y consigamos cambiar la realidad tan kafkiana que vive este país en estos últimos años que nos han tocado vivir.