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Infraestructuras en Baleares: Turismo y crecimiento poblacional

Por Carolina Domingo
jueves 19 de septiembre de 2024, 15:27h

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El debate sobre el turismo en Baleares ha sacado a la luz un problema que afecta directamente al día a día de los residentes: la tensión entre infraestructuras saturadas y obsoletas. En una reciente intervención, Carolina Quetglas, presidenta de la Agrupación de Cadenas Hoteleras (ACH), destacó esta diferencia, subrayando que muchas infraestructuras no solo están saturadas por la afluencia turística, sino que también son obsoletas debido a la falta de inversión en su modernización.

Estando totalmente de acuerdo con esta afirmación, me gustaría añadir algunos datos que considero relevantes. Desde el año 2000, la población de Baleares ha crecido de manera sostenida. En ese entonces, las islas contaban con aproximadamente 845.000 habitantes, mientras que en 2023 la cifra supera los 1,2 millones de residentes. Este aumento poblacional, sumado al turismo que llega cada temporada, ha puesto a prueba carreteras, redes de transporte público, servicios sanitarios, infraestructuras de agua y electricidad. Sin embargo, las inversiones en infraestructuras no han seguido el mismo ritmo.

Es fácil confundir una infraestructura saturada con una obsoleta. Las infraestructuras saturadas son aquellas que, diseñadas para un determinado número de usuarios, están al borde de su capacidad. Esto sucede, por ejemplo, en temporada alta cuando se nubla y las carreteras se llenan. Sin embargo, una infraestructura obsoleta es aquella que, por falta de mantenimiento o actualización, ya no cumple con las necesidades mínimas de una población en constante crecimiento. Un ejemplo claro de esto es la vía de cintura de Palma, que en invierno presenta los mismos problemas que en verano, mientras que en agosto, curiosamente, se puede circular por ella sin grandes inconvenientes. Otro caso son las depuradoras, que muestran claramente la obsolescencia de ciertas infraestructuras clave.

En Baleares, muchas de las infraestructuras que enfrentan problemas no están simplemente saturadas, sino que son obsoletas porque no han sido renovadas ni adaptadas a la nueva realidad demográfica. Las carreteras fueron diseñadas para una población menor y un turismo de menor escala, lo que también se aplica a las redes de saneamiento, los sistemas de agua potable y la infraestructura energética. Cada verano, estos sistemas se sobrecargan, no solo por los visitantes, sino también por una población que ha crecido considerablemente.

Este fenómeno afecta también a otros sectores clave. En sanidad, los centros hospitalarios y de atención primaria sufren colapsos debido a la creciente demanda de los residentes. Las infraestructuras escolares también se ven afectadas.

La falta de inversión en la modernización y adecuación de estas infraestructuras es la raíz del problema. A pesar de que el turismo sigue siendo el motor económico de Baleares y la población continúa creciendo, no se han implementado medidas suficientes para que las infraestructuras puedan soportar ambas presiones de manera sostenible. Mientras la población ha aumentado un 40% en los últimos 20 años, las infraestructuras han permanecido prácticamente inalteradas.

Es crucial que las autoridades no solo gestionen el turismo, sino que apuesten por modernizar las infraestructuras y adaptarlas a la realidad actual de Baleares. El crecimiento de la población, junto con la presión turística, no se puede gestionar sin una estrategia clara de inversión en infraestructuras. Identificar las causas reales del problema es el primer paso hacia una solución; como se dice, un buen diagnóstico es la mitad de la solución.

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