El IMAS pone en marcha la residencia para menores tuteladas que se prostituyen

Este centro, en funcionamiento desde el mes pasado, cuenta con 8 plazas residenciales y un equipo formado por un coordinador del proyecto, dos psicólogas especialistas en traumas complejos, ocho educadores sociales y ocho auxiliares educativos, ha detallado el departamento de Derechos Sociales del Consell de Mallorca este martes en una nota.

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Los trabajadores de este centro residencial realizaron en septiembre una formación específica sobre el tratamiento de jóvenes víctimas de explotación sexual comercial por parte de la Fundación Amaranta y los psicólogos del Servicio Terapéutico de Infancia y Familia (STIF) de la dirección insular de Infancia y Familia.

Este centro para el tratamiento del trauma de menores víctimas de la explotación sexual se ubica “fuera del entorno urbano” porque este fenómeno se suele dar en las ciudades y una parte importante del tratamiento para las víctimas es "que se encuentren en un entorno seguro”, ha señalado la entidad insular.

Este proyecto educativo, anunciado el pasado enero por el presidente del IMAS, Javier de Juan, incluye, además de atención individualizada, terapias corporales, terapia con animales y tratamientos especializados en traumas complejos.

El Consell de Mallorca ha recordado que la victimización provoca que las jóvenes que caen en redes de explotación sexual sientan desinterés afectivo o que son incapaces de establecer vínculos con otras personas, entre otros puntos.

"Este fenómenos hace que sea necesario un tratamiento específico y diferenciado del que se realiza en menores con problemas de adicciones o trastornos de conducta”, ha concretado la institución mallorquina.

El programa destinado a las menores víctimas de explotación sexual en la isla también incluye la figura de los mentores o referentes positivos, que son otras jóvenes que han vivido traumas derivados de situaciones similares y que han superado con éxito.

El Consell de Mallorca ha destacado que el principal objetivo de este programa es conseguir que las jóvenes puedan superar el trauma y vuelvan con sus familias biológicas o familias de acogida.

La duración de la estancia de las usuarias dependerá de los procesos personales de cada una de ellas, ya que no hay un tiempo máximo o mínimo de duración del tratamiento.

"Se trata de evitar que estas menores vuelvan a un centro residencial para minimizar el riesgo de que puedan reproducir sus conductas”, ha insistido el Consell de Mallorca.