Dicen los que entienden de esto que en octubre de 1960, cuando JFK y Nixon se enfrentaron en el primer debate televisado de la historia, se vio la importancia de la Televisión y, en consecuencia, de la imagen. Cuenta el anecdotario que Nixon se puso a sudar y eso le hizo perder ante un joven y bronceado Kennedy según los televidentes pero para los radioyentes el vencedor claro fue Nixon.
Desde entonces las maquinarias políticas trabajan muy mucho en el aspecto físico de sus candidatos pues resulta imprescindible dar bien en televisión para poder tener éxito en la política y en eso andamos en este país, eligiendo a líderes guapos pero de los que no sabemos sin les adorna alguna otra virtud. Se ha sustituido en muchos casos la preparación, el mérito y la capacidad por un casting.
Visto desde mi óptica los tres principales líderes son clones; visten igual, traje sin corbata que les da un punto canalla e informal, y además son jóvenes, demasiado jóvenes a mi entender.
En este país de excesos estamos jubilando a políticos a una temprana edad, cuando cesaron como presidentes González tenía 54 años, Aznar 51, Rodríguez Zapatero también 51 y Rajoy 63; yo estoy en esas edades y me veo con mucho ánimo y fuerzas para seguir trabajando; creo que es una edad idónea para la creatividad y la producción pues se conjuntan experiencia y juventud. Creo que esos jarrones chinos aún tienen mucho por aportar a este su país, citando de nuevo a JFK.
Desde luego eran otros tiempos pero el estadista por mi más admirado, Winston Churchill, después de una vida preparándose para ello, no llegó a Premier hasta los 66 y cesó en su último mandato con 81 años, en un claro ejemplo de patriotismo y vocación de servicio. Estadistas como los de la posguerra no quedan.
Se habla de renovación y nos apartan a los que hemos cumplido cincuenta años, creo que es un error; desde la madurez podemos ser tremendamente renovadores y revolucionarios incluso más que los jóvenes porque somos más desinhibidos. La etiqueta de la edad me parece sólo una técnica de marketing. Veremos que son capaces de hacer esos jóvenes que lideran los partidos que no han trabajado nunca sino en la misma política, sin oficio alguno. Su acierto es nuestra suerte. Que pasen un buen día.