Iluminosis

Se puede detectar de una forma precoz antes de las elecciones, pero cuando se ve su avance y verdadera cara de este fenómeno es normalmente después de las elecciones. Se da normalmente entre muchos de los que han ganado, pero como cualquier otro tipo de virus se propaga rápidamente a otras personas que, aunque no hayan ganado una mierda, ven su oportunidad ya que sus votos pueden ser decisivos.

Entre los que han ganado, la mayoría totalmente desconocidos para el público, de hecho, creo que algunos son ocultados todo lo que pueden para que no nos fijemos en ellos y aquellos que habiendo arañado un puñado de votos se sienten los putos amos, ya que de ellos depende la famosa gobernabilidad, se les empieza a apreciar esta afección llamada “Iluminosis”.

Empiezan a ver la Ciudad, la Comunidad, o la Nación entera diferente, piensan que como han podido ser tan estúpidos los anteriores y no darse cuenta que lo que se necesitaba era cerrar, abrir, corregir, prohibir, permitir, crear, dar piruetas o un triple salto mortal. Entonces ya sabemos que son presas de esta infame enfermedad, no necesitan un porqué, ninguna clase de estudio o estadística razonable, ni hablar con los posibles afectados, simplemente actúan porque se ven tocados por la varita de la verdadera razón, del derecho a hacer lo que les salga del arco del Triunfo. Ya ven seguro que algunos les gustaría meterles la dichosa varita por el mismísimo orto.

Si las cosas salen mal, serán daños colaterales, se buscarán todos los chivos expiatorios posibles y por supuesto la culpa en última instancia será siempre de la oposición que, aunque no gobierna nos cabrea mucho. La cosa tiene su gracia sino fuera porque detrás de esas decisiones de los Iluminados pueden quedar muy afectados, trabajadores, familias, emprendedores/empresarios, ciudades, pueblos y el máximo castigo a esa iluminación puede ser que no vuelvan a salir elegidos, pobre castigo para tanto mal que se puede hacer en cuatro años de cargo.

Miren ustedes cuando ibas de listo o sea de iluminado en el colegio el profesor te soltaba un capón (véase colleja en plena corteza craneal) del 10, si ibas de listo con tus padres volaban las zapatillas y te podían poner la cara girando en plan niña del exorcista, si la cosa era en el trabajo, tus compañeros te metían desde una cucaracha en el bocadillo a dejarte más sólo que un oso polar en la actualidad, pero ir de iluminado en la política empieza a ser lo natural, porque no hemos sido capaces de poner un mínimo filtro para la gente que aspira a un puesto político, vamos a vivir de nuestros impuestos, dando igual que no haya pegado un palo al agua, no tengan ni idea del área que dirigen y su único mérito sea el de lamer y lamer dejando bien limpio el trasero de sus jefes de filas día a día.

El resultado es que, con tanto Iluminado se podrían cerrar algunas centrales eléctricas o directamente enchufar los coches eléctricos a sus narices, por lo menos servirían para algo. Desde luego que en todos los estamentos de la sociedad hay iluminados, catetos y gente de mal vivir, pero a esos ni les pagamos y si fracasan se lo comen con patatas, salvo a los muy poderosos que nos pueden repercutir a nosotros sus sonadas pifias (sector financiero).

Por un Mundo libre de Iluminados y lleno de gente brillante por sus trayectorias profesionales y personales me despido esta semana.

P.D. Cuando vean un Iluminado no les mencione esta columna, porque es que además tienen muy mala leche.