El Instituto Balear de la Familia (IBFamilia), denuncia que "una ley de eutanasia dejaría sin efecto la Ley 4/2015, de 23 de marzo, de derechos y garantías de la persona en el proceso de morir, aprobada por unanimidad en el Parlament, dejando de dar respuesta real a muchas personas que sufren porque no habrá cuidados paliativos cubiertos por ley, ya que dichos cuidados serían mermados ante la imposición de la eutanasia".
Según algunos expertos, “la eutanasia es un debate de sanos”. Admitir la eutanasia llevaría fácilmente a "desviaciones", pues "el acoso moral se da incluso en el seno de la familia". En fin,"en materia de eutanasia, la oferta crea la demanda, no al revés”.
Desde IBFamilia entienden que "la única respuesta ética aceptable ante el final de la vida son los cuidados paliativos, que ni precipitan deliberadamente la muerte ni prolongan innecesariamente la agonía, sino que cuidan al enfermo, aliviando su dolor mientras llega la muerte".
Defienden que legislar sobre la eutanasia antes de haber legislado sobre una atención adecuada al final de la vida con cuidados paliativos para eliminar el sufrimiento del enfermo, "puede llegar a ser una irresponsabilidad política".
Consideran que el caso de la eutanasia es curioso porque "los políticos que propugnan legalizarla la presentan como la respuesta a una demanda social para garantizar una “muerte digna” que ahora no estaría asegurada. En cambio, los expertos en cuidados paliativos, los que tienen la experiencia diaria de la atención a pacientes terminales, son los más reacios a este tipo de actuación; para ellos, lo que hay que hacer es formar a los médicos en cuidados paliativos y dedicar recursos a este sector, porque cuando un paciente está bien cuidado, no pide la eutanasia".
En una nota, explican que el objetivo de la atención paliativa es ayudar a los pacientes “a vivir con dignidad hasta su muerte”. Lo que incluye, además del alivio del dolor, el control de los síntomas y el bienestar psicológico, pero en ningún caso la eutanasia y el suicidio asistido, por mucho que algunos sectores quieran hacerlos pasar por “muerte digna”.
Hacen un resumen de la definición de la Organización Mundial de la Salud sobre los cuidados paliativos:
- Son cuidados que acogen la realidad de la muerte como algo normal
- No provocan nunca la muerte, ni la retrasan con sufrimientos inútiles.
- Buscan aliviar el dolor.
- Ofrecen un sistema de apoyo para que el paciente pueda convivir con su enfermedad.
- Sostienen a la familia para que pueda sobrellevar los inconvenientes y el dolor que implica el convivir con un pariente enfermo.
Desde IBFamilia insisten en que a pesar de que la eutanasia, se plantea como una solución para casos extremos bajo control riguroso, "la experiencia muestra que, si se legaliza, la práctica de la eutanasia tiende a expandirse cada vez más y además, significa introducir en el corazón de la sociedad la transgresión de la prohibición de matar. Aunque solo fuera por el principio básico de cautela, se debería rechazar un “matarás a veces” o “bajo ciertas condiciones”. Nuestra civilización ha progresado eliminando las excepciones a la prohibición de matar (venganzas, duelos, pena de muerte). Legalizar la eutanasia significa dar un paso atrás".
Continúan diciendo que a pesar de que los sondeos afirman que la sociedad está preparada para admitir la legalización de la eutanasia, "nadie puede proyectarse de manera realista hacia el final de su vida y decir que sabe qué desearía realmente en ese momento".
Miran hacia Holanda como "capital mundial de la eutanasia" para exponer que las consecuencias de todo esto comienzan a preocupar desde que en 2001 se aprobó una ley que permitía la eutanasia y el suicidio asistido. "Dicha ley, Nº 26.691, que entra en vigencia el primero de abril de 2002, ha dado como consecuencia la pérdida de una vasta y creciente cantidad de vidas humanas. Las personas mayores prefieren ser tratadas fuera de su país ante el temor y desconfianza en la aplicación de las prácticas eutanásicas".
Hacen hincapié en que la "eutanasia y el suicidio asistido vulneran la ética médica, socavan la relación de confianza entre médico y paciente, y, en cualquier caso, no deben integrarse en la práctica de los cuidados paliativos. Matar destruye este contrato de confianza y deroga el código de deontología médica".
Juliet Marlow, representante de Not Dead Yet UK, organización británica que coordina los esfuerzos de los discapacitados de su país contra los intentos de legalizar la eutanasia o el suicidio asistido pedía a los políticos que, antes de legislar sobre la eutanasia, hablen con los discapacitados, ya que son personas a las que la ley puede afectar más, además de que el mensaje que recibe la sociedad discapacitada es el de que sus vidas son, de alguna manera, menos valiosas y no merecen protección por ley.
Finalmente, IBFamilia "advierte que legalizar la eutanasia o muerte digna es un paso muy peligroso y toda sociedad civilizada debe evitarlo".