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Homework

Por Margalida Colom
viernes 11 de noviembre de 2016, 08:03h

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No es mi intención, a pesar del título, escribir este artículo en inglés aunque me gustaría poder hacerlo porque no ceso en el empeño de aprenderlo, pero soy de la generación del Bachillerato Unificado Polivalente (BUP) y estudiábamos francés como Lengua extranjera. En aquellos tiempos, llamábamos señoritas a las profesoras sin tener en cuenta su estado civil y era precisamente la Srta. Dani la que siempre decía las mismas palabras al entrar en clase: “Bonjour, asellez-vous mes chèries et s’il vous plaît, fermez la bouche”.

Hoy en día, el saludo entre profesores y alumnos no ha variado mucho en cualquiera de las lenguas y materias, pero me doy cuenta que aún recuerdo estas palabras porque las oí repetir muchas veces a la profesora de Francés durante varios años. También la Srta. Torrens en 5º EGB (Educación General Básica) nos hizo copiar cien veces los ríos de Asia: “Obi, Yeniséi y Lena al Ártico; Amur, Hoang Ho, Yangtsé Kiang y Mekong al Pacífico…” y todavía me los sé de carretilla. Con estos ejemplos quiero demostrar que, memorizar forma parte del aprendizaje, quizá copiar o repetir no se trate del mejor método empleado aunque en su momento funcionó. Actualmente, no se me ocurriría castigar así a mis alumnos, pero sin querer parecer carca, opino que saberse las preposiciones de memoria, por ejemplo, no les hace ningún mal y eso que estoy necesariamente a favor de las nuevas metodologías e innovaciones.

Otro de los temas candentes es el de los deberes. Es verdad que en todos los niveles educativos, el alumnado pasa muchas horas en el colegio o instituto y hay quienes consideran una sobrecarga que tengan quehaceres escolares en casa. Sin embargo, es importante en el proceso de asimilación, repasar la teoría una vez explicada y ponerla en práctica resolviendo ejercicios y actividades; y en la escuela no queda tiempo. Por eso, considero que los deberes son necesarios aunque no obligatorios y deberían consensuarse. Pero hemos llegado al extremo de hacer uso del derecho de huelga, la de los deberes, y ante tal manifestación, las críticas han sido de diversa índole porque cada uno quiere dar su opinión, y a veces, sin saber demasiado del tema en cuestión y sin tener en cuenta, los pros y contras sobre el mismo. Hasta que no se establezcan unas normas para su regulación el problema no se solucionará y todo indica que debemos seguir a la espera del prometido Pacto educativo.

Me siento en la obligación de recordarles que maestros y profesores también nos llevamos deberes a casa: programaciones, preparación de las clases, confección y corrección de exámenes…, Las horas complementarias no son suficientes para atender todas estas necesidades y nos restan tiempo que deberíamos invertir en nuestros familiares y amigos, tiempo que no es recompensado en ningún caso. Siempre existe la posibilidad de adherirnos a la llamada “huelga de los deberes”.

Por último, me gustaría rendir un homenaje a mis queridos profesores. Gracias a ellos aprendí que la satisfacción obtenida con el esfuerzo es la mayor recompensa. A mis amigas del colegio, agradecerles tantos momentos de felicidad compartida. A mis alumnos de hoy, que serán el futuro mañana, decirles que no se cansen nunca de aprender porque la cultura es la salvación.
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