Restauración de Mallorca, patronal del sector que integra a restaurantes, bares y cafeterías de la isla, ha reivindicado la necesidad de que se exija un nivel de cualificación profesional suficiente a aquellos trabajadores que quieran formar parte del sector, especialmente aquellos que tienen un contacto directo con los clientes. Piden una cualificación mínima para que camareros, maitres, jefes de sala o encargados de la barra de un bar puedan disponer de un reconocimiento profesional mediante una formación específica para cada puesto.
La reivindicación de la patronal fue llevada, hace ya unos meses, a la mesa de trabajo conjunta formada por Restauración y la Conselleria d'Educació. Hace unos días, el departamento que dirige Martí March se manifestó de acuerdo con la idea, consciente de que su puesta en marcha contribuiría a profesionalizar el sector, a la vez que serviría para reducir el abandono escolar que sufre Balears, donde existe una extrema facilidad para que jóvenes, sin apenas estudiar y con muy baja cualificación, puedan acceder a este tipo de empleos.
La idea permitiría elevar el nivel formativo de un sector integrado por unas 25.000 personas en toda la comunidad, un conjunto de trabajadores en gran medida vinculados al turismo, como la mayor parte de los empleados del sector servicios de Balears. En el sector hotelero, sin embargo, la formación y la adecuación de los estudios a los puestos de trabajo se ha ido configurando, hace ya bastantes años, con mucha más planificación, recursos y acierto. La formación de cuadros y profesionales de la hotelería hace ya mucho que quedó bien diseñada, lo que permite, también, elevar sus retribuciones.
Este aspecto retributivo es visto con reticencias por la patronal de bares y restaurantes, con el argumento de que ya están asumiendo las subidas previstas en el ultimo convenio y que sus márgenes no les permiten abonar pluses salariales extras.
Sea como fuere, aumentar la formación será un acierto en una comunidadcomo la balear en la que los camareros representan, en muchas ocasiones, el principal contacto directo con los turistas, convirtiéndose en embajadores de todo aquello positivo que nuestra comunidad quiera trasladar a quienes nos visitan. Administración y patronal deben entender que si esto conlleva un coste extra en forma de bonificaciones a los empresarios o pluses a los trabajadores no será un dinero mal empleado.