Hay que aprovechar el potencial de los policías locales

Tras los atentados terroristas perpetrados en Barcelona y Cambrils, las autoridades competentes evaluaron la situación y el riesgo potencial de la amenaza terrorista. Se decidió mantener el nivel 4, riesgo alto, en una escala donde el 5 es el máximo nivel, donde se prevé riesgo inminente de atentado. Tal opción crítica fue descartada, aunque se acordó reforzar el nivel 4. Este refuerzo, entre otras medidas, supone implicar a las policías locales en tareas de vigilancia y prevención en espacios públicos de elevada concurrencia de personas.

Dicha medida es absolutamente procedente y razonable, pues dada la situación de amenaza terrorista, parece muy lógico que todas las potencialidades -que son muchas en el caso de las policías locales- sean aprovechadas para garantizar la seguridad ciudadana y prevenir cualquier acción criminal o terrorista. A fin de cuentas, la Policía Local es por naturaleza una policía de proximidad, cercana y muy presente en pueblos y ciudades.

Sin embargo, sería absurdo no reconocer e ignorar las diferencias que existen entre los distintos cuerpos de policía, dependiendo de si pertenecen a una población grande o mediana, o si por el contrario se trata de agentes de policía de corporaciones locales pequeñas, que habitualmente trabajan de forma aislada y bastante precaria.

El Govern trabaja ya en la redacción de una nueva ley de coordinación de las policías locales de Balears, materia en la que tiene competencias según el Estatut d'Autonomia. Pero además de ello, que es muy importante, sería conveniente dotar convenientemente las plantillas de los diferentes ayuntamientos y mejorar en lo posible su formación, sus medios materiales y los protocolos de actuación, en especial en los ayuntamientos pequeños. Si se pretende -acertadamente- que asuman mayores responsabilidades en materia de seguridad ciudadana, eso debe ir acompañado de una adecuada planificación y no ser fruto de la improvisación.