El cargamento estaba geolocalizado con dos dispositivos GPS que se podían monitorizar desde los teléfonos móviles de los acusados. De este modo, pretendían ubicar el cargamento y recogerlo.
Sin embargo, por causas desconocidas los GPS fallaron hasta que finalmente dejaron de emitir señal. El cargamento quedó a la deriva y terminó fraccionándose. Así, entre marzo y abril de 2016 fueron llegando paquetes de cocaína a distintos puntos de la costa de Baleares como Es Migjorn (Formentera), Alcúdia (Mallorca) y Es Mercadal (Menorca).
Inicialmente, la Fiscalía pedía penas que sumadas suponen más de 80 años de cárcel y multas por más de 400.000 euros en total, por delitos contra la salud pública y pertenencia a organización criminal.