Resulta muy chocante ver el Congreso de los Diputados prácticamente vacío para evitar que el coronavirus se propague entre sus señorías. Solo un puñado de ellas, concretamente 42, participaron el miércoles en el pleno que convalidó el estado de alarma y autorizó su prórroga por quince días más, hasta el día 11 de abril. Lo mismo sucedió en la sesión del día 16 de marzo, cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció para explicar la declaración de alarma y el confinamiento de la ciudadanía en sus domicilios. Viendo la mayoría de escaños vacíos, uno se pregunta si es que alguien les ha enviado a teletrabajar, pero no consta. De este modo, lo lógico sería que suceda en el Congreso y el Senado, lo mismo que sucede en tantísimas empresas españolas, más de 2.000 en Baleares, que las Cortes y los parlamentos autonómicos se acojan a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y engrosen las listas del paro mientras dure esta situación. Si los políticos no van a trabajar porque no se puede, pues que no cobren como si nada estuviese pasando. Es de puro sentido común.
Me asalta otra duda. ¿Dónde están confinados los 19 cargos públicos de Balears que cobran el generoso plus de 22.000 euros por tener su domicilio en Menorca, Ibiza, Formentera y la península? ¿En su domicilio de Palma o en sus lugares de origen? Nos quedaremos con las ganas de saberlo porque sobre este apestoso asunto, por más que legal, se ha extendido el tupido velo del silencio para que nos olvidemos del escándalo.
Sabemos que el 84,7% de los funcionarios de la Administración autonómica están teletrabajando en arresto domiciliario. No están de vacaciones y por eso cobran puntualmente su salario. Pero están sujetos a un control de sus tareas o eso suponemos. Sin embargo, nuestros políticos están rascándose la barriga en sus casas sin hacer nada, sin justificar trabajo alguno salvo tuitear compulsivamente las consignas de su formación e incendiar las redes sociales con sus memeces de loro. Pese a ello ningún partido ha propuesto que se haga en ERTE. Con lo que nos podríamos ahorrar para comprar mascarillas, guantes y batas, que tanta falta hacen a nuestro personal sanitario. Los políticos demuestran una vez más ser auténticos privilegiados y no estar dispuestos a renunciar a absolutamente ninguna de sus ominosas canonjías.