¿Hacemos un trío?

El sábado pasado salimos a cenar varias parejas y entre los comentarios y risas de la tertulia posterior a la exquisita cena que mantuvimos, surgió en la conversación uno de los temas tabú por excelencia, ¿hacer un trío, si o no?

Varios de los contertulios estaban en contra de esa posibilidad al ser, según comentaban, un acto sexual en el que pierdes la intimidad y en el que no hay amor de por medio, tratándose simplemente de placer por placer. Otros varios, sin embargo, afirmaban con rotundidad que no se querían ir de este mundo sin haber vivido esa situación, sea con su pareja o con otra persona ocasional que se prestase a vivir la experiencia.

Como todas las cuestiones morbosas, lo que era un simple comentario se alargó y fue debatido desde múltiples puntos de vista. Los favorables al sí argumentaban la importancia de esta vivencia en la vida sexual de alguien. Por su parte, los contrarios a la posibilidad basaban su posición en la necesidad de ser amados para tener sexo y especialmente en la intimidad que supone el acto sexual. Evidentemente, como siempre, se encontraban los indecisos que consideraban válidos según que argumentos de cada uno de los dos bandos.

Se dice que tres son multitud, para cualquier tarea que la vida depare, pero a veces, la vida merece celebrarse como dice la canción de Café Quijano,

”Que grande es esto del amor, poderse querer más de dos,
Jugar a los celos, decir dos te quieros, tres bocas buscando secretos!

... Dos manos, no dan para nada, me invento trescientas palabras...

Que grande es esto del amor, poderse querer más de dos,
Jugar a los celos, decir dos te quieros, tres bocas buscando secretos!”

La oportunidad de vivir experiencias se pone delante de cada persona o pareja que las busca, esta claro que el miedo a lo desconocido o el morbo que proporciona implicará excitación para unos y miedo y rechazo para otros. Todo depende de como sea la persona y de lo que quiera para que se adopte la decisión de probar o no lo desconocido y secreto.

La experimentación es necesaria para evolucionar en todas las facetas de la vida, pero es cierto que ésta muchas veces choca con los arquetipos sociales como es en este caso. No obstante, la posibilidad no la veo mal ni la prejuzgo, porque es algo que pertenece al propio sustrato interno de cada pareja y cada persona debe decidir como actuar en consecuencia, si alguna vez en su vida se da la circunstancia.