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En un espacio distribuido en dos salas diáfanas el artista mostró su propuesta en diversos formatos. Acompañado de su pareja Odila, de su hija Bettina y con la presencia de amigos, conocidos y público en general, se confirmó el poder de convocatoria de este admirado creador.
Cid Kiefer propietario de la Galería y del Club de música situado en la planta baja, dio inicio a un parlamento dedicado a la figura de Gustavo y confesó la excelente relación que mantienen. En un momento de su alocución en alemán, se refirió al apoyo de su esposa Johana. Al acabar se emocionó y se abrazo al artista. Nermin Goenenç, Directora creativa de la galería se ocupó de traducir al castellano. Roman Hilmann como relaciones públicas del club y de la galería, atendió amablemente a todos los invitados que pudieron degustar un magnifico y variado aperitivo.
Gustavo agradeció a Cid la invitación y a los presentes su asistencia a la convocatoria, concluyendo que se sentía muy feliz a sus 83 años de haber recuperado el ánimo y la fuerza para seguir trabajando. Como siempre, una de las cosas que más llama la atención son los largos textos con los que el artista titula sus piezas, llenas de ironía y en las que plasma una iconografía personal e intransferible.
De manera particular nos contó que Odila también pinta y que en breve presentará parte de sus piezas en el Espacio Gustavo de Capdepera y que están trabajando juntos para poner en marcha una fundación con las obras de la colección particular de Gustavo. Contó que su relación va viento en popa y tienen previsto casarse en breve.
Texto: Xisco Barceló
Fotografías: Francisca R Sampol y Juan Antonio Montañez