El histórico militante y dirigente de Izquierda Unida, Eberhard Grosske se ha dado de baja en el partido y lo ha anunciado en un artículo publicado en redes sociales. Grosske, que llegó a ser conseller de Treball en el primer Pacto de Progreso. El veterano político critica que IU se ha “divorciado de la realidad” y se ha radicalizado adoptando postulados que incluso le llevan a justificar regímenes como el de Corea del Norte. Grosske advierte de la pérdida de democracia interna y se reafirma en su idea de que la coalición Unidoa Podemos camina hacia “el fracaso”.
“A pesar de todo ello, ha llegado un momento en el que pienso que lo más honesto por mi parte es darme de baja en IU (…) mi decisión no es el fruto de un arrebato momentáneo ni de un movimiento oportunista, es la consecuencia de una discrepancia política de fondo que manifesté por primera vez en noviembre de 2016”, así ha explicado su marcha Grosske. En su artículo matiza que “yo no soy un nostálgico del pasado de IU: soy alguien que quería renovar y dar un nuevo impulso a IU sobre la base de una verdadera democracia participativa que, en estos momentos, brilla por su ausencia”.
Una de las cuestiones que más preocupan a Grosske es la deriva de IU: “la línea política implementada por la actual dirección adolece de un vicio mayor: la pérdida de contacto con la realidad, el desprecio por un concepto tan esencial como la correlación de fuerzas (medir con objetividad tu propia fuerza y la de tus adversarios) y, en definitiva, la falta de una estrategia y una táctica útiles para avanzar”.
Concluye que “IU ha hecho todo lo contrario: ha radicalizado el discurso; ha trazado fronteras con enemigos internos tanto muertos (Carrillo) como vivos (Llamazares); ha trazado fronteras con el PSOE en tanto que lo considera parte del “bloque monárquico y antidemocrático del 155” y del “régimen del 78” (una manera fina de expresar el famoso PSOE-PP la misma mierda es) y, a diferencia de Podemos, se sitúa como “oposición” al actual gobierno de Pedro Sánchez (no como parte de una mayoría parlamentaria)”.
Pone como ejemplo que “en su último Congreso, los supuestos renovadores de la política han recuperado dos conceptos teóricos de los que el PCE se desprendió ¡en los años 70 del pasado siglo!”.
Con la ironíoa de la que Girsske siempre ha hecho gala se despide de sus camaradas, anunciando que se mantendrá firme en sus convicciones y que “me ofrezco a limpiar la sede o a hacer otros trabajos auxiliares de cualquier fuerza política de izquierdas e independiente que recupere los valores y lo mejor de la cultura política de IU”.