Miles de personas, mayores y no tan mayores, niños y niñas, salieron a la calle a lo largo y ancho de la isla para participar en la Rúa y disfrutar de un ambiente festivo al que la meteorologia respetó.
Los disfraces fueron de lo más variopinto mezclando colores, estilos y sobre todo haciendo mención, como suele ser habitual cada año, a los temas de actualidad.
Comparsas, carrozas y disfraces particulares llenaron de ambiente festivo las calles de los diferentes municipios en los que la gente además pudo participar de multitud de actividades paralelas.