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'El resultado de mayo en Baleares puede depender de un solo diputado'
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(Foto: J. Fernández Ortega)

"El resultado de mayo en Baleares puede depender de un solo diputado"

Por Josep Maria Aguiló
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jmaguilomallorcadiariocom/8/8/23
domingo 04 de diciembre de 2022, 06:00h

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El director de Sociométrica y del Instituto Balear de Estudios Sociales —IBES—, Gonzalo Adán (Valencia, 1962), analiza en esta entrevista para mallorcadiario.com varias cuestiones de actualidad, desde la realidad preelectoral cuando sólo quedan seis meses para los próximos comicios autonómicos hasta la posibilidad de que en la próxima legislatura pueda plantearse un aumento en el número de diputados en el Parlament por el incremento constante de la población en Baleares. Doctor en Psicología Social y profesor asociado de Psicología en la UIB, los análisis de Adán son siempre un ejemplo de rigor, profundidad y claridad expositiva.

¿Quién cree que ganará las próximas elecciones autonómicas en Baleares y gobernará?

Una cosa son los resultados y otra son los pactos. Eso es una obviedad, pero a veces los periodistas lo mezclan y los partidos más todavía. Normalmente, se exige a los políticos que antes de que haya unas elecciones digan con quién van a pactar, como si los resultados y los pactos fueran dos cosas que siempre van juntas, pero en el fondo no es así, porque lo que un político dice antes de unas elecciones no tiene por qué cumplirlo después de esas elecciones. De hecho, como sabemos bien, pactos imposibles antes de unos comicios, son luego pactos posibles tras esos mismos comicios, porque lo normal es que nadie le haga ascos a entrar en un gobierno. Nadie.

¿Por qué resulta a veces tan complicado cerrar un pacto?

Es verdad que los pactos son difíciles, que las negociaciones pueden ser largas y que se suelen cerrar en el último segundo, porque el tira y afloja es muy fuerte y porque los partidos pequeños pretenden sacar una tajada desproporcionada en relación a su peso real por el número de votos que han obtenido.

"Aumentar el número de diputados es entrar en la médula espinal del sistema electoral. Los sistemas electorales están hechos para que los partidos pequeños se queden fuera"

¿Qué señalan las encuestas ahora mismo?

En estos momentos, las encuestas están más ajustadas que nunca. Si mañana hubiera elecciones, habría un empate literal entre el bloque de la izquierda y el bloque de la derecha, no sólo en Baleares, sino también en casi todos los gobiernos autonómicos, con un PP ligeramente por encima del PSOE.

¿Vox será determinante en esta ocasión?

Yo creo que los gobiernos se decidirán no en función de si Vox entra o no en esos gobiernos, que cuando sea posible lo hará, sino en función de si hay algún escaño suelto que pueda decantar la balanza hacia un lado o hacia otro. El resultado de mayo en Baleares puede depender de un solo diputado. Y no únicamente en nuestra comunidad, sino también por ejemplo en Aragón o en la Comunidad Valenciana.

¿Ve posible un pacto entre el PP, Vox y el PI en nuestra comunidad?

Si al final sólo hubiera una suma posible para poder alcanzar la mayoría absoluta que fuera la del PP, Vox y el PI, estoy seguro de que acabarán con un acuerdo de reparto de consejerías y de cargos. Ahora bien, si el PI puede elegir entre la derecha y la izquierda, entonces es posible que se vaya con la izquierda, porque el PI está más cómodo con partidos que no le pueden fagocitar que con un partido que puede hacerlo, como es el PP. De todas formas, no es sólo el PI el que podría decantar finalmente la balanza, pues podría ser que en Baleares el PP y Vox sumen, y que el PI no haga falta.

"Si se incrementase el número total de diputados en el Parlament, ese cambio favorecería a la izquierda"

¿Ambas formaciones se encuentran entonces en un buen momento?

Hoy en día, la suma de PP y Vox es la más alta desde que Vox existe, por la práctica desaparición de Ciudadanos, cuyos antiguos votantes están repartiendo su voto casi a partes iguales entre el PP y Vox. Le pondré un ejemplo concreto. En las tres últimas elecciones autonómicas, las de Madrid, Castilla y León, y Andalucía, el bloque del PP más Vox ha subido en dichas comunidades hasta colocarse en todas ellas por encima del 50 por cien del voto. Por tanto, no sólo estoy hablando de una suposición, sino de una cosa que ha ocurrido y de que hay una tendencia a que siga ocurriendo.

¿Considera factible la posibilidad de que en un futuro pueda aumentar el número total de diputados en el Parlament?

Aumentar el número de diputados es entrar en la médula espinal del sistema electoral. A priori, podría parecer que se trata de una decisión meramente política o social, o incluso estética a veces, pero con esa medida realmente se está modificando muchísimo el germen de lo que acabará siendo la gobernabilidad de una comunidad autónoma.

¿En qué sentido?

El sistema electoral se compone de cuatro o cinco parámetros. Todos ellos, de manera equilibrada, proporcionan lo que se llama una mayor o menor proporcionalidad del sistema electoral. Eso significa que si se modifica uno de esos parámetros, por ejemplo el que usted ha dicho, los resultados electorales pueden ser distintos. En el caso de que finalmente se aumentase el número total de diputados, es evidente que si se presentasen muchos partidos, todos ellos acabarían logrando representación parlamentaria.

"La crispación siempre facilita que los partidos que presentan una mayor competitividad ganen votos en detrimento de los más equidistantes"

Ante esta tesitura, ¿qué camino suelen seguir los sistemas electorales?

Los sistemas electorales intentan por todos los medios asegurar la gobernabilidad a base de desproporcionar el sistema, es decir, de hacer que partidos pequeños no entren y de que solamente entren y decidan los grandes. Es obvio que no es lo mismo organizar un gobierno con tres o cuatro partidos que organizarlo por ejemplo con doce. Los sistemas electorales están hechos, insisto, para que los partidos pequeños se queden fuera y para que los partidos grandes saquen lo que se llama una sobrerrepresentación. Eso es lo que se denomina desproporcionar el sistema.

¿Podría poner algún ejemplo concreto?

El sistema se desproporciona, por ejemplo, con el porcentaje mínimo de votos que se exige a cualquier partido para poder entrar en una cámara autonómica. En el caso de Baleares, la barrera que se debe superar para poder entrar en el Parlament es del cinco por cien, mientras que en otras comunidades es del tres por cien. Cuando el porcentaje fijado es de un tres por cien, siempre hay muchos partidos que pueden llegar a obtener representación, mientras que si ese porcentaje es de un cinco por cien, normalmente hay muchos menos partidos representados.

¿Entonces en Baleares es suficiente con superar el cinco por cien para poder tener ya representación?

Bueno, en el caso de Mallorca es cierto que con un 5,5 por cien tienes ya representación, pero en el caso de Menorca a veces necesitas un siete, un ocho o incluso un once por cien para poder lograr escaños.

¿Existe alguna otra posible opción para los partidos pequeños?

Otra posibilidad es la de aumentar el número de diputados, a la que usted ha hecho referencia en su primera pregunta. Lo que se consigue de ese modo es que haya una mayor representación, una mayor proporcionalidad del sistema. Un incremento en el número total de escaños hace que partidos más pequeños o más modestos puedan optar a tener representación, pero también es verdad que ello conlleva una mayor dificultad para la gobernabilidad. Conviene recordar, en cualquier caso, que para llevar a cabo un cambio de estas características en el sistema electoral es necesario que la mayor parte de los partidos estén de acuerdo con esa posible modificación.

¿A quién suele beneficiar un cambio así, a la izquierda o a la derecha?

En términos políticos, le diría que un cambio así suele beneficiar a la izquierda, porque la izquierda suele estar más fragmentada que la derecha, por lo que partidos pequeños que a lo mejor están en la barrera del cinco por cien, pueden optar a una representación en caso de que finalmente se elijan muchos diputados. De ese modo, aumentan las posibilidades de que la izquierda gobierne. En definitiva, un mayor número de diputados podría favorecer a los partidos pequeños, que normalmente son de izquierdas, pero también es verdad que esto probablemente generaría una mayor probabilidad de inestabilidad.

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¿Por qué sería así?

En el caso de Baleares, en donde ahora hay siete formaciones que tienen opciones de poder tener representación, podría haber hasta nueve partidos en total en el Parlament con el cambio al que hemos hecho referencia. Imagínese lo que ello podría suponer para la gobernabilidad futura de la Comunidad.

Como sabe, Ibiza ha sido la isla balear en donde más ha crecido la población en estos últimos años...

Efectivamente, ha sido así, aun a pesar de que mucha de la población de Ibiza sea flotante.

En ese sentido, ¿qué le parecería que tuviera más diputados de los que tiene ahora?

Me parecería bien. Además, es una opinión que comparten también otros analistas. Si finalmente se hiciera en Baleares una modificación del sistema electoral, debería hacerse únicamente con criterios de población y de representatividad, no con criterios políticos o electorales. Tomando en consideración sólo los criterios de representatividad, es cierto que desde hace ya mucho tiempo Ibiza debería tener 13 diputados en el Parlament —ahora tiene 12—, mientras que Menorca debería tener 12 —ahora tiene 13—. En cuanto a Mallorca, como sabe, tiene 33 diputados, mientras que Formentera tiene un único diputado en la Cámara regional.

¿Cuáles fueron los criterios que se siguieron años atrás para determinar el número total de escaños para Ibiza y Menorca?

En el momento en que se tomó esa decisión, las poblaciones de ambas islas estaban muy igualadas y Menorca reivindicó que su peso histórico tuviera una constatación efectiva en su número total de diputados. Sin embargo, hoy en día el criterio de la representación histórica es un argumento que se sostiene menos y que seguramente ya no se tendría en cuenta, por lo que sólo se tendría en cuenta el criterio del número de habitantes. Y hoy la población de Ibiza es muy superior a la de Menorca.

¿Hay mucha diferencia poblacional entre ambas islas?

En estos momentos, Ibiza tiene un 11 por cien del peso demográfico de Baleares, mientras que Menorca tiene un 9 por cien. Esa diferencia justificaría, a priori, que se le dieran 13 diputados a Ibiza y 12 a Menorca.

¿Cree que llegará esa hipotética reducción en el caso de Menorca?

Bueno, como quitar diputados no procede, pues sería como bajarle el sueldo a alguien, Menorca podría quedarse con 13 diputados, mientras que Ibiza podría subir a 14 en total. Se trata de una deuda que se tiene con la isla pitiusa y que en algún momento se tendrá que debatir, porque es algo justo. Ahora bien, siempre que se debate una ley electoral se debaten también siempre todos los parámetros de la citada ley. Por ese motivo, las leyes electorales no se modifican prácticamente nunca, porque mover el puzle completo es tan complicado, que muy rara vez se hace.

Es cierto, sí...

En el caso de Baleares, recuerdo que la barrera para poder entrar en el Parlament se movió del tres al cinco por cien con el popular Biel Cañellas como presidente autonómico —para dificultar el acceso de UM a la Cámara regional—, mientras que en otras comunidades ha habido también algunos cambios puntuales en los últimos años, en algún caso en el sentido de reducir el número total de diputados. Hasta ahora, los debates que ha habido sobre estas cuestiones han sido siempre para reducir el número total de escaños, nunca para aumentarlo.

¿La crispación política en España es similar a la de otros países de nuestro entorno?

Yo aquí distinguiría entre dos posibles niveles de crispación. En todos los países, incluido el nuestro, hay un nivel de crispación que deriva de los titulares de la prensa amarilla o de los insultos y las descalificaciones entre los distintos partidos. En ese sentido, quizás convendría recordar aquí que el insulto, la descalificación, la ironía o el sarcasmo son consustanciales a la política democrática desde la Grecia clásica. Lo que nos diferencia de otros países es que en España hay también crispación en un nivel superior, en concreto, cuando se tratan temas de Estado y de política internacional. Lo normal sería que todos los partidos hicieran piña en esos casos, pero eso aquí no sucede.

¿La confrontación da réditos electorales?

La crispación siempre facilita que los partidos que presentan una mayor competitividad ganen votos en detrimento de los más equidistantes. En situaciones de tranquilidad, los partidos de centro o poco polarizados son los que acaban teniendo una gran representación, como por ejemplo pasó con Ciudadanos años atrás. En cambio, en momentos de alta crispación, los partidos que son más competitivos suelen tener un plus de votos. Por ello, no debería sorprendernos que Unidas Podemos y Vox obtengan buenos resultados en los próximos comicios.

¿Esos buenos resultados de Unidas Podemos y de Vox serían en parte por la polarización?

Efectivamente. De Unidas Podemos, todo el mundo dice que es un partido en decadencia, pero la realidad es que la crispación le va bien para mantener en torno al 10 por cien del voto. Recuerde que en las últimas elecciones legislativas obtuvo un 13 por cien. En cuanto a Vox, que logró algo más del 15 por cien en 2019, con un PP que entonces estaba en su peor momento, está manteniendo ese mismo porcentaje ahora mismo. Todo ello es gracias a la crispación. Además, ya se encargan unos y otros de mantenerla subida —ironiza—. Aun así, eso forma parte del juego político legítimo, aunque te pueda gustar más o menos.

¿Podría haber un cambio político en las legislativas de noviembre del próximo año?

En las encuestas de septiembre y octubre, la suma de PP y Vox daba a ese bloque una mayoría holgada a nivel nacional, es decir, de más de 175 escaños. Esas expectativas obedecían a la desaparición prácticamente total de Cs, al impulso que había dado al PP la elección de Alberto Núñez Feijóo como su nuevo líder y a la victoria más holgada de lo previsto del popular Juanma Moreno en Andalucía. Todo eso junto había hecho que el PP subiera y que Vox no bajase.

¿Ha cambiado algo desde octubre?

Sí, efectivamente. Toda la ofensiva política del PSOE de reparto de ayudas y de puesta en marcha de otras iniciativas ha hecho repuntar un poco a los socialistas, con lo cual ha bajado el otro bloque. Aun así, a día de hoy, esa bajada es insuficiente como para que podamos hablar de que PP y Vox ya no suman. Por ahora, siguen sumando, sólo que de una manera mucho más ajustada que hace dos meses.

Como sabe, hay partidos y analistas que han recrudecido sus críticas al Gobierno y que dicen que España va camino de una dictadura...

Personalmente, me parece exagerado decir que España se encamina a una dictadura, porque el sistema de contrapesos que tenemos, a pesar de todo lo que estamos viendo, es suficientemente potente como para que eso no ocurra. No creo que haya tampoco un asalto a las instituciones o un intento de controlar el poder judicial, entre otras razones porque el poder judicial no se puede controlar, aunque a veces parezca que sí.

Ah, de acuerdo...

Dicho esto, también es verdad que existe una agenda federalista por parte del Gobierno, que yo creo que es la que se está llevando a cabo ahora. En ese sentido, lo que sí es posible que ocurra, si nadie para a Pedro Sánchez y si tiene cuatro años más para gobernar, es que veamos lo que el PSOE tenía ya en su carta fundacional, que es su posición como partido federalista. Así, lo que buscaría Sánchez es que España sea una federación de estados, de países o de naciones, en la que Cataluña iría por libre absolutamente.

¿Y esa hipotética situación no podría ser reversible?

El camino derivado de las cesiones que ha hecho Sánchez a Cataluña y que está haciendo también al País Vasco es suficientemente potente como para que no haya una marcha atrás y para que la velocidad que han cogido Cataluña y el País Vasco sea imparable. Ello significa que otro gobierno no va a poder recuperar todas las competencias que ya se han delegado ahora y que tampoco va a poder parar el ansia independentista de Cataluña. Todo ello hará, en mi opinión, que si sigue Sánchez, en el futuro seamos estados federados.

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