Caceroladas distractivas
viernes 20 de marzo de 2020, 08:56h
La izquierda se lanzó a principios de semana a inundar las redes de llamadas a los ciudadanos para que se manifestasen en contra de la monarquía española so pretexto de la investigación que la fiscalía helvética está llevando acerca del origen poco decoroso de la fortuna de Juan Carlos de Borbón, el rey emérito, del que su vástago, el actual soberano, Felipe VI, trata de apartarse públicamente para que los ciudadanos tengan claro que él no comparte el modus operandi paterno tampoco en cuestiones económicas.
Las historias y chascarrillos sobre las supuestas comisiones que el anterior rey habría percibido de Arabia Saudí por las adquisiciones de crudo son tan antiguas y casi tan extendidas como las relativas a sus frecuentes alegrías extramatrimoniales. Suiza no ha descubierto, por tanto, nada nuevo, solo que se ha empeñado en demostrarlo y, si puede, castigarlo con arreglo a derecho.
Esta historia no deja de ser un tremendo lastre para una institución monárquica que, en nuestro país, pende siempre de la figura de su titular y de lo bien que caiga a los ciudadanos, porque el sentimiento mayoritario hacia la institución en sí es de absoluta indiferencia. En suma, a los españoles en su conjunto les importa mucho más que España sea una democracia que el hecho de que tenga forma de monarquía o república, aunque algunos quieran hacernos ver lo contrario.
Lo sospechoso de estos promotores progres de la iniciativa cacerolista -al margen de que no se recuerda que se hayan movilizado jamás contra el latrocinio del PSOE en Andalucía, pese a ser mucho mayor que el que se investiga al exrey- es que la alientan precisamente en un momento en el que el Gobierno Sánchez tiene mucho que ocultar, porque su gestión -por decir algo- de la crisis del coronavirus ha sido desde el comienzo calamitosa, negligente y quién sabe si acaso delictiva. La inacción de Sánchez y su socio ante los primeros casos detectados, cuando todo pudo pararse y ellos se dedicaron, en cambio, a animar a los ciudadanos a acudir a manifestaciones masivas el 8M sin límite ni precaución alguna, ha sido pasmosa y, lo quiera o no el presidente del Gobierno, se cuenta en número de muertos por la pandemia.
España presenta una curva de casos muy similar a la de Italia, que ya supera a China en infectados fallecidos y que está todavía lejos de aplanarse y hacerse socialmente asumible. Si se hubiera actuado ante los primeros casos y se hubiera estado atento a la experiencia del gigante asiático en lugar de reírse de sus medidas -que se tildaban de exageradas y propias de una dictadura-, el Covid-19 hubiese llegado probablemente igual, pero su repercusión sobre el sistema sanitario, la economía y, sobre todo, la vida de los españoles, hubiera sido infinitamente menor.
El daño, por desgracia, ya está hecho. Ahora, indudablemente, los esfuerzos han de dirigirse a tratar de superar entre todos esta catástrofe sanitaria, sin distracciones.
Más adelante ya habrá tiempo para convocar caceroladas, hablar de monarquía o república y hasta, quizás, para depurar las innegable responsabilidad de Sánchez, Iglesias y su corte de incompetentes en la crisis del coronavirus.
Foro asociado a esta noticia:
Caceroladas distractivas
Últimos comentarios de los lectores (2)
196049 | joan roqueta - 20/03/2020 @ 16:04:52 (GMT+1)
Estimado Marc: con independencia de la ideología que cada cual pueda tener, puesto que son condicionadas por la falta de educación y solidaridad, tan extendidas, por desgracia; hacía tiempo que no leía un artículo tan acertado y políticamente correcto. Felicidades.
196040 | billi - 20/03/2020 @ 13:03:16 (GMT+1)
Los filocomunistas que nos gobiernan son maestros en disfrazar la verdad y hacernos comulgar con ruedas de molino... Ej. venezuela, Ecuador, Bolivia Etc. y aqui ademas cuentan con la complicidad de la marioneta mayor Sanchez