Francina se esconde

La Presidenta del Congreso de los Diputados solicitó el amparo de los letrados de la Cámara para tratar de obstaculizar o, como mínimo, retrasar su comparecencia ante el Senado para rendir cuentas en la comisión de investigación creada para mirar de aclarar los entresijos del llamado caso Koldo. Como si no estuviera ya todo meridianamente claro para cualquiera que sepa leer.

Evidenciadas sus carencias argumentales y dialécticas en su primera y desastrosa aparición ante los medios de comunicación, los socialistas hacen bien en intentar evitar que Francina Armengol tenga que explicar lo inexplicable ante los inmisericordes senadores, porque cada vez que abre la boca sobre este asunto fluyen dulces aromas desde lo más profundo de la alcantarilla socialista comandada por Pedro Sánchez.

Lo cierto, no obstante, es que Armengol no ha sido citada en su condición de tercera autoridad del Estado (sic transit gloria mundi), sino como Presidenta que fue del Govern de les Illes Balears durante los hechos investigados, cuyos subordinados y allegados -en el mejor de los casos para ella- contrataron los servicios de Koldo y sus secuaces para que nos suministrara género fraudulento que, además, pagamos con inusitada prontitud y total conformidad. Por tanto, a quien probablemente debería consultar Francina no es a los abogados del Congreso para tratar de escurrir el bulto, sino a algún reputado penalista que prepare su eventual defensa, para que, llegado el caso, las memeces argüidas hasta la fecha no se vuelvan en su contra, por improbable que le parezca a la inquera el tener que sentarse algún día en el banquillo de los acusados en una causa por corrupción.