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Pintarse la cara color esperanza

martes 17 de marzo de 2020, 02:00h

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Estamos viviendo momentos difíciles; nunca antes por un motivo similar el Gobierno de la Nación ha tenido que declarar el estado de alarma. Declaración que es de obligado cumplimiento, no es interpretable, hay que acatarlo con resignación, pero también como un mal menor.

Estamos ante una pandemia cuyo alcance no conocemos y cuya finalización asimismo desconocemos. Esta situación nos obliga a todos los españoles a seguir el dictado de lo que ordene el Gobierno; independientemente de que sintamos que su color político o sus líderes no nos representan; no es momento de hacer política, es el momento de la unidad y de la obediencia.

Comportamientos como los de Torra no sirven para nada, supone poner palos en las ruedas y además perjudicar la salud de los catalanes que no se lo agradecerán sino que se lo echarán en cara; no es más patriota por negarse a asumir el estado de alarma que va en beneficio de los ciudadanos, de todos, de los españolistas y de los independentistas, la salud no entiende de colores. Si sigue en esa actitud, quien fue presidente de la Generalitat (hoy está inhabilitado) debe ser detenido y privado de cualquier intervención ejecutiva.

Se hace referencia a la gripe española para compararla con la incidencia del coronavirus; nada más lejos de la realidad, hace un siglo la gripe mató a millones de personas, este escenario ni en el más pesimista de los supuestos se contempla.

La ciencia y especialmente la medicina han evolucionado en un siglo hasta técnicas que parecían de ciencia ficción hace tan solo unos años; debemos confiar en nuestros médicos, en nuestro sistema sanitario así como en nuestras fuerzas armadas y cuerpos de seguridad.

Este enorme contratiempo desconocido para la práctica totalidad de la población escampará, la economía se resentirá pero saldremos más unidos como nación; es un trabajo colectivo y las situaciones de solidaridad y esperanza se repiten a diario.

Es esencial mantener la moral alta, aceptar sin dudar cuál es nuestro papel en esta crisis de manera resignada y confiar en la ciencia médica y en la dedicación de sus profesionales, su éxito es el nuestro. En esta situación de crisis podrían haber declarado una huelga abusando de su situación de fuerza, pero no lo han hecho, se han arremangado y puesto a trabajar sin importarles las horas que echan; es imprescindible reconocerles su labor y su mérito ahora y cuando se sienten a negociar con el Gobierno.

No tenemos a Churchill para que nos dé ánimos y nos haga sentir orgullosos como nación, pero ya habrá tiempo, cuando esto termine, de examinar la acción de gobierno, de los que han dado la cara y de los de podemos con su incalificable comportamiento.

Y esta situación terminará, podremos volver a nuestras rutinas y a nuestra libertad, nuestra ansiada libertad y poner en valor todo lo que hemos perdido pero también ganado en estos días de clausura. Como dice la canción en estos días nos debemos pintar la cara color esperanza...y como dijo el Poeta, Machado, todo pasa y todo queda… que pasen un buen día en sus casas.

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