La vicepresidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), María José Aguiló, ha asegurado este lunes que aplazar el cobro de las facturas de agua y recogida de residuos a los hoteles de Palma "no soluciona el problema" a la crisis económica de estos establecimientos, aunque ha admitido que supone “un respiro".
Aguiló ha indicado a Efe que la medida anunciada por el Consistorio, que permite a los hoteles de Palma demorar un año el pago de las facturas de Emaya, constituye un alivio para aquellos negocios hoteleros de la ciudad que no han obtenido ingresos en estos últimos meses, y que este otoño deben afrontar los pagos de tasas e impuestos municipales.
La dirigente sectorial ha insistido, no obstante, que de esta iniciativa municipal por la que el pago de esos recibos se difiere en el tiempo, sólo se podrán beneficiar hoteles de un determinado perfil: concretamente, aquellos cuya facturación haya descendido, al menos, un 50 por ciento respecto al año anterior a consecuencia de la pandemia.
UNA "CARGA TREMENDA"La
vicepresidenta ejecutiva de la FEHM ha lamentado que las empresas turísticas de la isla deban asumir “una carga tremenda” a nivel fiscal e impositivo pese a la situación derivada de la crisis sanitaria. Por ello, ha pedido que ésta sea “aliviada”
con la finalidad de mantener el tejido empresarial "lo más intacto posible” para recuperarse y retomar la actividad de cara a una próxima temporada alta.
María José Aguiló ha reconocido que la dilatación del plazo de pago de estas facturas supone “un esfuerzo” por parte del Ayuntamiento de Palma, y que la misma regla se podría aplicar “en muchos otros tributos”. Al mismo tiempo, ha señalado que habrá que esperar a que en el Boletín Oficial del Estado (BOE) se publique el
margen de maniobra de los ayuntamientos respecto a los superávits y remanentes acumulados.