No se confundan ustedes, la farmacia a la que me refiero es la imaginaría que representa a las 430 farmacias que están abiertas en las islas. Todas se han unido a una campaña del ministerio de Sanidad contra la violencia de género. “Hay salida” es el lema de la campaña que pretende ayudar a las personas que son víctimas de maltratos y de violencia de género. La gran mayoría son mujeres, pero también hay menores de edad, y algunos hombres dominados psicológicamente por mujeres. Ha sido casualidad que se inicie la campaña en el día en que lamentamos la segunda muerte en las islas por violencia de género. Un terrible suceso que nos debería hacer reflexionar sobre la educación que les damos a nuestros hijos. La violencia es un tema de educación. Desde la más tierna infancia, deberíamos ser capaces de educar a los niños y alejarlos de sus instintos primarios de dominio, posesión y violencia.
No es fácil, pero es necesario. No solo para acabar con la violencia, también para asegurar el futuro del modelo social en el que vivimos. Violencia física y psíquica contra niños. Violencia sexual, agresiones y violaciones. Violencia contra mujeres, contra hombres, contra otro ser humano. Violencia como acción de dominio y superioridad. Hay que utilizar la educción como el arma pacífica de lucha contra esa violencia.
Una buena amiga, cada vez que un hombre asesina a una mujer, me dice que ojalá se hubiese disparado a él primero. Esta opinión no la defiendo en público, rechazo cualquier forma de violencia, pero la aplaudo en privado.
