Una semana más les invito a darse un garbeo con un servidor por algunas de las noticias y cotilleos más significativos de los últimos siete días. Hoy debo comenzar por la descacharrante noticia de dos chatarreros muy chachis que andaban chorimangando cheñales de tráfico. Resulta que los dos coleguis iban por la calle Sant Miquel de Palma con una carrito de bebé cargado de hierros y una señal, con palo y todo, que acababan de levantar impunemente y a plena luz del día cuando fueron sorprendidos por agentes de la Policía Local que debieron flipar pepinillos en vinagre. Se supone que iban a vender el cargamento de ferralla al peso. Iban pertrechados con una escalera de aluminio —se desconoce si era herramienta de trabajo o mercancía— y una botella de Fanta naranja de dos litros, que ya es verano y hase muncho caló. La cosa es de chascarrillo fácil, si bien suena a historia añeja, de esas de penurias en blanco y negro. En el fondo es triste que alguien tenga que dedicarse a robar señales de tráfico para vivir. Por no hablar del cipote que se puede montar en el centro de Palma... Eso sí, menudo jeto se gastan, al menos podrían ir de noche y disimular un poco.
Continúa el culebrón del GOB y su monumental enfado con el Consell de Mallorca por el expediente que le ha endosado la Agencia de Defensa del Territorio por llenar de jormigonako los caminos de La Trapa. A la fiesta se ha sumado el Ayuntamiento de Andratx, que ha hecho saber que no existe ni permiso de obras, ni autorización ni na de na. Y el GOB, que está més emprenyat que una monea, se ha puesto a disparar contra los que publican la información. El musicólogo de cabecera del catalanismo, el simpático Amadeu Corbera, ha tildado a mallorcadiario.com de “medio reaccionario”. Lo dice un tipo que “reacciona” ante las subvenciones con la velocidad de una mangosta hambrienta. Corbera ya puede estar de viaje en Laponia que si huele un euro público se planta en el Consolat por arte de birlibirloque en treinta segundos. A mí que no me metan en las movidas del GOB, que yo firmo las noticias, pero no soy el que va por el campo echando hormigón en el suelo. Reaccionario, por Dios, ¿no se puede ser más rancio?
Otra cosa muy estrambótica me ha pasado con la radio... Por el amor sagrado de las chanclas de Cristo, ¿de verdad nadie ha escuchado el programa Dones de IB3 Ràdio? Me cago en mi estampa, el otro día volví a caer. De verdad, el programa es repelente como una loción antimosquitos. Lo último ha sido invitar a una pava para largar de que hay que “politizar las emociones” y de lo chungo que es el amor romántico. Lo peor es que le reían las gracias. Menuda pandilla de taradas radiofónicas pagadas con el dinero de los contribuyentes. Resulta una vergonzante paradoja que los mismos que hablan sin parar de la libertad afectivo-sexual y de la opción sexual de cada uno sean los mismos que te quieren penetrar el cerebro para que pienses como ellos. He oído chorradas de magnitud cósmica, pero reconozco que lo de “politizar las emociones” supera el tsunami de giliprogreces a las que estoy acostumbrado. Hostias, que cada uno ame, folle y viva como quiera.
Lo que ha sido espectacular es el careto de Carlos II que se le ha quedado al Govern y a los podemitas después de que el ministro Ábalos dijera que lo del descuento del 75 por ciento a residentes iba para largo, al menos seis meses. Se ve que lo de sacar a Franco del Valle de los Caídos es un desahucio express de esos que no frena ni la PAH, pero lo del descuento es más complicado. Montoro se debe estar partiendo el culo en su casa. Me troncho al ver como los políticos de aquí buscan mil formas de enzarzarse en soliloquios imposibles para no criticar a Pedro Sánchez. Bueno, al final parece que la cosa se va a arreglar....O no.
Permítanme que en esta ocasión sea más breve que en semanas anteriores. El calor aprieta, la modorra estival me invade y comienzo unos días de asueto. Tengo el ventilador preparado, me han regalado una botella de Courvoisier —coñacazo, oigan— y espero pegarme un atracón cinematográfico en casa. Les hablaría de una movida que tuve el viernes por la noche con un buen puñado de amigos, pero esa es otra historia...