Algunas de las razones argumentadas son la carencia de oportunidades para realizarse plenamente en el ejercicio de su especialidad (34,2 por ciento), una peor remuneración, a causa, en ocasiones, de la obligación de asumir una jornada reducida o la pérdida de comisiones (30,1 por ciento), y la necesidad de mostrarse accesible de manera permanente (16,6 por ciento).
Este no es el único dato significativo que se desprende del informe realizado por NFON, un proveedor europeo de comunicaciones empresariales integradas desde la nube y Statista Q, empresa especialista en recopilación de datos, análisis e investigación de mercado.
Así, el estudio, denominado ‘Bienestar y trabajo desde casa’, recoge que el 30 por ciento de profesionales españoles reconoce afrontar una mayor carga de actividad desde que la pandemia obligó a restringir la presencia de las plantillas en las empresas y dio comienzo el periodo álgido del teletrabajo.
PRESIÓN LABORAL Y ESTRÉS
Curiosamente, cuando esta práctica empezó a ganar fuelle a partir de la declaración de la pandemia y las consiguientes medidas de confinamiento, la tesis más ampliamente defendida pasaba por considerar el teletrabajo como la fórmula adecuada para aliviar la presión laboral y el estrés de los profesionales. Más bien, según este informe, ha ocurrido justo lo contrario.
De hecho, el proyecto aborda también las consecuencias de la Covid a nivel de incremento de la automedicación. Concretamente, un 37,1 por ciento de españoles reconocen haber ingerido algún tipo de producto o suplemento sin receta para mejorar su bienestar desde que empezó la crisis sanitaria, ya sean vitaminas, extractos de plantas u otros artículos farmacéuticos.
El mayor consumo de estas sustancias estaría íntimamente ligado a la necesidad de paliar sensaciones de estrés, ansiedad, angustia u otras alteraciones psicológicas o emocionales, las cuales, de acuerdo a las conclusiones desarrolladas en el estudio elaborado por NFON y Statista Q, deben asociarse a diversas situaciones.
VACACIONES Y BAJAS POR ENFERMEDAD
¿Qué situaciones, exactamente? Una de las que recoge el informe resulta más que elocuente a la hora de valorar en su justa medida el componente social del trabajo, ya que, para una buena parte de profesionales, estas experiencias negativas se dispararon a partir del momento en que perdieron el contacto habitual con los compañeros de empresa o despacho.
En otras palabras, la disminución de la relación con personas a las que los profesionales se habían acostumbrado a ver todos los días, circunstancia que, lógicamente, no se repite en el entorno doméstico, ha incidido en el desarrollo de emociones absolutamente contraproducentes para el bienestar psíquico del individuo. Quizás, esto signifique que en España el componente social en el ámbito del trabajo está más arraigado que en otros territorios, pero, en cualquier caso, la realidad es, por decirlo en palabras sucintas y claras, que la mayor parte de profesionales echa de menos a sus compañeros, y que esta ausencia no se ven en absoluto compensada por la comodidad de desarrollar su actividad laboral en casa.
Es en esta tesitura que cabe situar, probablemente, la pretensión de un 25,6 por ciento de trabajadores españoles, es decir, algo más de una cuarta parte, de dimitir o cesar en sus actuales empresas por el hecho de que se sienten frustrados o insatisfechos con la experiencia de tener que quedarse en casa durante el horario laboral. Ningún otro país presenta un porcentaje tan elevado en este campo en concreto.
UN PANORAMA PREOCUPANTE
El estudio de NFON, llevado a cabo con la colaboración Statista Q, ha sido dirigido por el profesor Christian Montag, catedrático de Psicología Molecular, autor de libros y experto en la influencia de las tecnologías digitales en la psicología humana.
Según este especialista, los resultados contemplados en este proyecto “dibujan el panorama, en parte preocupante, de trabajar desde casa. En psicología, sabemos que un nuevo entorno de trabajo, así como nuevas circunstancias laborales, pueden causar estrés”.
Montag ha insistido en que el contenido del informe muestra que "tenemos que afrontar una nueva realidad”, y, en este contexto, “el cuidado del bienestar y la satisfacción vital de las personas que trabajan desde casa debe ser el foco de atención”. Para el catedrático, “la oficina en casa se está convirtiendo en el nuevo hogar, necesita atención y cuidados constantes para que no exija tener que acudir a terapia".
OCHO PAÍSES ESTUDIADOS
Además de España, el estudio se ha centrado en la evolución del teletrabajo en Alemania, Austria, Italia, Reino Unido, Francia, Polonia y Portugal. En cada uno de estos territorios, han participado más de mil profesionales que han compartido su experiencia en relación a la progresiva instauración del teletrabajo en el ámbito laboral.
En sus conclusiones, los autores exponen que los datos recogidos reflejan una imagen “parcialmente contradictoria” en la relación que existe entre trabajo y ocio, al menos si se analizan los resultados sobre la pregunta de qué ha cambiado desde que se trabaja desde casa a partir de la pandemia de la Covid 19.
Así, el 28 por ciento de los encuestados residentes en países europeos afirma que la cantidad de trabajo que hay que afrontar ha aumentado, y el 25,2 por ciento realiza esta misma aseveración en relación a las horas de trabajo.
Por otra parte, no todas las opiniones transitan en esta misma dirección. Así, el 36 por ciento asegura que ha alcanzado un mejor equilibrio entre la vida laboral, y que eso mismo sucede en la personal, además de tener la posibilidad de reservar más tiempo para estar con la familia y los amigos.
LA 'PARADOJA' DEL TELETRABAJO
Este proceso ha sido denominado por el profesor Montag como la “paradoja” del trabajo desde casa, dado que esta modalidad laboral es rechazada o cuestionada por una parte de los profesionales a pesar de las ventajas que conlleva, entre las que el coautor del estudio destaca que “la gente puede tener más margen para el ocio, elimina los largos desplazamientos y, en general, disfruta de un horario más flexible a lo largo del día". Todas estas circunstancias pueden hacer posible, en palabras de Montag, que "si la organización es buena, se disponga de más tiempo”.
Igualmente, el catedrático de Psicología Molecular remarca, como efectos benéficos del teletrabajo,“los horarios de trabajo personalizados, la alfabetización digital y otros factores de bienestar”. Por ejemplo, el 29,4 por ciento de participantes dedica más tiempo a hacer ejercicio y también a comer de forma más saludable.
CAUSAS DEL ESTRÉS
El estudio europeo ‘Bienestar y trabajo desde casa’ trata de establecer un mapa con una selección de causas de estrés. Entre los encuestados, el 37 por ciento declaró sentirse estresado por determinadas situaciones relacionadas con el hecho de estar en casa la mayor parte del día, y desarrollar, también en el entorno doméstico, la actividad laboral.
De esta manera, el 8,7 por ciento vive como una experiencia estresante el hecho de tener que comer en casa; otro 17,2 por ciento expone el estado de nerviosismo que le producen los problemas de conexión a Internet , y el 19,7 por ciento menciona la constante accesibilidad.
Por otro lado, la falta de relación social con los compañeros de trabajo constituye un factor de estrés para el 35,3 por ciento, y la ausencia de separación entre la vida privada y la profesional lo es para el 30,3 por ciento. En cambio, son menos los empleados que señalan como factores de estrés el ruido ambiental (15,9 por ciento) y la mala remuneración económica (9,3 por ciento).
ERA DE LA DIGITALIZACIÓN
A tenor de todos estos datos, Christian Montag explica que "los ámbitos del trabajo son también ámbitos de la vida, y, en la era de la digitalización, cambian constantemente y con gran rapidez. Cada industria y cada empresa presentan requisitos diferentes a los que los empleados deben subordinarse”.
Con vistas al futuro, la previsión de Montag es que las empresas europeas “deben saber que el entorno digital y la psicología van de la mano. Los debates sobre el agotamiento en la era digital o el tecnoestrés son cada vez más importantes”.
De hecho, según señala este experto, la muestra global del estudio señala que el 20,5 por ciento de profesionales sufre tecnoestrés al tener que enfrentarse a los inconvenientes creados por la aparición de deficiencias técnicas, como routers defectuosos, equipos inadecuados o problemas de batería.
AUTOMEDICACIÓN
Trabajar desde casa también está cambiando la disposición de optimizar, no solo el propio bienestar y la salud física y mental mediante el consumo de suplementos sin receta, sino también el aumento de la capacidad de concentración y promover la relajación.
El informe señala que está surgiendo una marcada tendencia a la automedicación entre la población europea que teletrabaja. Así, el 34,4 por ciento de los encuestados asegura haber ingerido determinadas sustancias sin receta, como melatonina, productos legales de cáñamo, extractos de plantas, vitaminas o té calmante, todo ello con la intención de mejorar su bienestar.
De todos estos elementos, el uso de productos legales de cáñamo (por ejemplo, aceite de CBD) para aumentar el bienestar, casi se ha duplicado desde el comienzo de la pandemia, pasando del 24,9 por ciento antes de la pandemia al 43,3 por ciento a partir del inicio de la crisis epidemiológica.
Esta tendencia se repite en el caso del consumo de melatonina, aumentando del 38 al 62,6 por ciento, un incremento que a Montag le parece especialmente “preocupante”, dado que, según sostiene, “el sueño es un proceso natural que no debería estar desincronizado".
LOCALIZACIÓN DEL TRABAJO EN CASA
Con el fin de profundizar en el bienestar de los encuestados, también se les preguntó en el estudio por el lugar de la casa que eligen a la hora de de llevar a cabo actividades de tetetrabajo. El 12,1 por ciento respondió que ha trasladado su ‘despacho’ al dormitorio; el 31,8 por ciento cuenta con una sala o dependencia privada, y el 35,7 por ciento desarrolla su tarea desde el salón.
En los ocho países analizados, el espacio medio para trabajar desde casa es de 20,32 metros cuadrados. Con 15,35 metros, los británicos son los que menos espacio tienen para trabajar en casa, y, en el extremo contrario, se hallan los italianos, con 23,81. Finalmente, el 1,2 por ciento de los participantes declara que trabaja permanentemente en lugares como mínimo atípicos, como el aseo, el baño, o incluso el balcón.
Los autores del informe han advertido que sus conclusiones invitan a la inquietud y deben constituir una señal de alarma para los empresarios europeos. La realidad es que los empleados también están tomando conciencia acerca de esta situación, y una buena parte de ellos planea otros cambios para no perder bienestar durante la práctica de su actividad laboral.
VENTAJAS
En este sentido, el 33 por ciento pretende conseguir una separación más clara entre la vida privada y la profesional, y el 20,9 por ciento es partidario de incrementar la formación.
Al mismo tiempo, el 38,3 por ciento cree que es ventajoso trabajar en el entorno doméstico, porque es posible mantener la actividad incluso estando enfermo o con una baja laboral. Tan solo el 26,2 por ciento afirma que no estará disponible para su empresa durante su periodo de vacaciones.
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