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Esther Olondriz o una búsqueda limitada en la memoria
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Esther Olondriz o una búsqueda limitada en la memoria

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La protagonista nos citó en las antiguas instalaciones de la Fábrica Ca’n Ribas fundada en el siglo XIX en el barrio de La Soledad. Desde hace años allí tiene su cuartel general, ubicado en las dependencias de lo que fueron almacenes y oficinas de la histórica industria textil. Estacionamos fácilmente en un patio soleado, y ella salió a recibirnos.

Veo que lo habéis encontrado. Esto durante años fue una fábrica de tejidos que albergaba a numerosos trabajadores. Ahora está pendiente de cambios. En los edificios de enfrente han empezado a construir.

Días antes, me había advertido en varias ocasiones de que fuéramos abrigados. Sinceramente pensé que exageraba, pero una vez nos adentramos en el edificio, parecía que nos habíamos metido en una cámara frigorífica.

Esther Olondriz Juan, nace en Palma el 17 de junio de 1949, una semana después, el papa Pio XII excomulgaba en la Ciudad del Vaticano a los comunistas y a sus simpatizantes, ese mes de junio surge la definición musical de Rhythm and blues, nacían Ken Follet y Meryl Streep. Ese mismo día, en años diferentes nacieron: en 1094 Rodrigo Díaz de Vivar (El Cid), en 1789 se iniciaba la Edad Contemporánea, en 1823 se patentaba el primer material impermeable, en 1885 llegaba a Nueva York la Estatua de la Libertad, en 1944 Islandia se independizaba de Dinamarca, en 1950 se realizaba el primer trasplante de riñón, en 1970 se patentaba la cámara Polaroid, en 2020 en junio acababa el confinamiento por el contagio COVID.

Pues sí que hace frío, tenías toda la razón. – Yo estoy acostumbrada y apenas lo noto, pero sé que la gente que viene por primera vez, lo sufre. Este lugar ha quedado algo solitario, pero tiempo atrás, artistas como Ellis Jacobson, Toni Socias, Pep Canyelles, también disponían de su espacio.

Hija única de Florentino, natural de Navarra funcionario del estado que vino a Mallorca en tiempo de la Guerra Civil y conoció a Catalina natural de Alaró, con quien contrajo matrimonio.

Mi padre murió con 59 años y me quedaron muchas preguntas por hacerle sobre sus orígenes. Con mi madre fue más fácil por la proximidad.

¿Qué recuerdos mantiene de su infancia?

Cuando era niña les decía a mis padres que no me gustaba mi nombre, era muy introvertida y quería pasar desapercibida, tener un nombre más común, por ejemplo Margarita… Nací en la barriada de El Ensanche en la finca del Bar Mavi de la calle 31 de diciembre, pero no tengo recuerdos porque con solo un año mis padres se mudaron, no muy lejos, a la calle Francisco Sancho. Recuerdo una época de felicidad, la plaza del Capítol, en verano los vecinos tomando la fresca y haciendo tertulia y nosotros imitando a los patinadores sobre hielo que habíamos visto actuar en la Plaza de Toros. Yo era muy habilidosa en organizar y en conseguir. Si los Reyes Magos, no me traían lo que les había pedido, me lo construía. Un parchís con cartón y pinturas, unos zapatos con un hule, mi abuelo era zapatero y yo me fijaba en su trabajo. Vivía cerca de las vías del tren, pero en casa me prohibían cruzarlas hacía el otro barrio. Era mi frontera.

A medida que iba contando cosas de su infancia, nos descubría que de desde muy jovencita ya tenía ese don de inventar…

Cuando digo que era hábil me refiero a que era creativa. Un día se me ocurrió hacerme una dedicatoria en una postal que tenía de Paul Newman y mis amigas se lo tomaron en serio, aunque la firma era Niuman. Si por ejemplo una manualidad que nos encomendaban en el cole, encontraba alguna dificultad, se las compraba a una niña pagándole con postales. En la Escuela de San Rafael, Las monjas estaban sorprendidas de mi destreza.

A veces la superiora me mandaba con otra chica a buscar la revista Paris Match al kiosco de la Plaza España y nos quedábamos sentadas en un banco tomando el sol. Al regresar al cole, le decíamos a la monja que la revista no había llegado y que hasta el día siguiente no la recibirían y así podíamos ir un día más a pasear. La geografía y las mates no eran lo mío, era más de historia y gramática. Estudié hasta acabar el bachiller.

A los diecisiete les dice a sus padres que desea marchar a Madrid porque quiere ser ayudante de un locutor y trabajar en la radio. A los dieciocho comienza como administrativa en una compañía de seguros. Tiempos de adolescencia…

Cuando tenía veinte años mi sueño era escribir. Teníamos una casa en el Port d’Andratx y muchos días me sentaba fuera a la espera de ver pasar a aquellos artistas de fama internacional que tenían residencia de verano, entre ellos Peter Ustinov y sobre todo al escritor y director de cine Romain Gary, el marido de Jean Seberg. Yo pensaba que si me veía escribiendo, se interesaría y pararía cuando paseaba con su bicicleta. Viendo que lo de la radio y lo de la escritura no convencía sobre todo a mi padre, me decidí por hacer Bellas Artes y aunque también fue una contrariedad para él, me inscribí en l’Escola d’Arts i Oficis.

Tuvo de profesores a dos de los más prestigiosos docentes y además artistas; Damià Jaume y Tinus Castanyer.

Fueron profesores extraordinarios, no tan solo en la enseñanza artística también en conceptos complementarios. Nos recomendaban libros, películas, nos enseñaron a amar el arte, a adentrarnos en las disciplinas del fovismo, del cubismo, a entender la escultura. Eran innovadores y prácticos y nos abrieron infinidad de puertas al mundo exterior. Aún así, mi padre no cesaba en su empeñó de que debía de encontrar un oficio seguro de cara al futuro, y me presenté a unas oposiciones con la convicción de demostrarle que no estaba hecha para eso, pero en esa época falleció y me quede por cinco años en Arts i Oficis. Hice buenas amistades con Patxi Echevarría, Juan Segura, Joan Trujillo.

Expone por primera vez en 1978 y lo hace en el Museu de Mallorca junto a Joan Miquel Ferrà ¿Qué recuerdo guarda de aquellos días?

Todavía conservo algunas piezas que me acompañaron. Anduve caminando por los recuerdos para realizar aquella muestra y utilicé una diversidad de objetos, materiales y conceptos para expresarme. Damià Ramis el escultor que en aquel entonces era crítico de arte, me definió como una de las artistas más sorprendentes. Creo que fue benevolente conmigo. Allí habían expuesto, Pep Canyelles, Ramón Canet, Vicenç Torres y yo pensé que también podía hacerlo. Me cité con el director del museo, Rosselló Bordoy y le comenté mi intención. Él me miro seriamente y me dijo que le mandase documentación, poco después ahí estaba mi obra. Había muchas referencias, una jaula dedicada a Els Joglars por la detención de Albert Boadella, objetos que compraba en el rastro, cartillas de racionamiento, pegatinas con la frase “libertad de expresión”, guantes de licra blancos que llenaba con papel u otros materiales, fue como una especie de homenaje a la memoria de mi abuelo materno.

Después llegó una exposición tras otra. Una carrera en la que ha obtenido premios y el reconocimiento de la crítica, del público, de las instituciones y colecciones privadas que han adquirido algunas de sus piezas. Un recorrido por su extenso historial nos lleva a visitar ferias internacionales, galerías y otros espacios de exhibición por todo el territorio de Mallorca, Zaragoza que fue su primera salida, Maó, Alcoi, Formentera, Eivissa, Barcelona, Colliure, Sevilla, Ciutadella, La Habana, Milán, Madrid, Cádiz, Navarra, Anantapur (India), Alicante, Girona, Roma, Méjico, USA, Helsinki, Murcia, son algunos de esos parajes. Las postales han sido una constante en su tarea, ha participado en exposiciones en las que la postal era el tema escogido y gracias a ello ha conocido a artistas de todo el mundo…

He llevado a cabo distintos proyectos en los que la postal interpretaba el papel de protagonista principal. Hace mucho tiempo que compro postales de época, fotografías antiguas y otros elementos en mercadillos. En cierta ocasión impliqué a mis amigos y conocidos que iban a viajar, convenciéndoles de que me mandasen postales con algún mensaje escrito a mano, desde el lugar en donde estuvieran. No quería una llamada de teléfono. Las junté todas, más de doscientas que recibí y las expuse. Ese puzle es una maravilla que cuenta historias de viajes y de personas. En otra ocasión Marina Planas de Casa Planas me obsequió con más de cien postales y decidí intervenir sobre las escenas que proporcionaban con mensajes de alerta, por ejemplo en una postal de la Catedral de Palma el mensaje decía; se alquila para escalar. En otras del Castillo de Bellver o de una playa, algún cartel de “se vende”.

Además de sus paseos por la retentiva, la ironía, la crítica, el sarcasmo han sido una constante en la obra de Esther Olondríz, desde su primera atalaya en la que conoció el tiempo del pecado y la censura, hasta las malas artes de la sociedad y la política actual. Permítanos descubrir otras cosas de usted… ¿Qué aficiones practica?

El nordic walking, nadar en el mar, contemplarlo, caminar por las playas en invierno, la música, el cine, la lectura…

¿Qué tipo de música?

El jazz y el soul

¿Qué tipo de lectura?

Todo lo escrito por Paul Auster y el libro “la dona justa” de Sandor Marai.

Haga una selección de las películas que más le han gustado.

Vértigo de Hitchcock, El apartamento de Billy Wilder, Plácido de Berlanga y por la influencia que tuvieron unas escenas, Thelma y Louise de Ridley Scott, en un trabajo que ejecuté con tinta china sobre una postal de los años 50 que compré en el rastro de Madrid. Dos mujeres que por su expresión me activaron la energía, valor y alegría de la película.

Escoja un plato gastronómico… los canelones

¿Qué artistas son referenciales o influyentes para usted?

Louis Bourgeois escultora francesa, que fue conocida por sus esculturas de arañas. Ana Mendieta que fue artista cubana-estadounidense de performance, pintora, escultora. La cordobesa Verónica Ruth Frías por sus performances. Esther Ferrer de San Sebastián considerada una de las mejores artistas españolas de su generación.

¿Cómo le agrada definir el arte?

Para mí el arte es igual a vida, ha sido y es todo para mí, en la vida hay muchos momentos en los que sin darnos cuenta estamos haciendo arte, un movimiento, un gesto, coger algo con la mano.

En 2017 decide hacer un viaje inverso al que realizó su padre cuando vino a la isla…

38 años atrás ya había estado de paso por Navarra con unos amigos, íbamos a Francia. Uno de ellos comentó que en el mapa de papel había un pueblo que se llamaba Olondríz y que además estaba cerca del pueblo del que era natural mi padre, Esnoz. Me hice unas fotos con los indicadores de carretera. No imaginaba que algún día regresaría. Tenía ilusión por descubrir cosas de los orígenes de mi padre y en 2017 viajé a Navarra. Me fotografíe de nuevo con los indicativos de población. El lugar estaba totalmente cambiado. Durante años no me sentí con ánimo suficiente para perpetrar una tarea que recordase aquel desplazamiento de mi padre. Pensé, en que debió sentir aquel hombre, que venía de un pueblo de pocos habitantes cercano al Pirineo al llegar a Mallorca, y residir en la Ciudad Jardín frente al mar y sin edificaciones. En esa estancia conocí a unos primos y a unos parientes, tomé apuntes, fotografías y unos meses después hice una exposición en el Centro de Arte Contemporáneo de Huarte a 5 km de Pamplona y la denominé “Itinerario de la memoria (Esnoz-Mallorca-Esnoz)”.

Percibes el aroma que desprenden sus recuerdos cuando describe que en Mallorca se rodaron películas de cierta relevancia como Muerte bajo el sol de Agatha Christie interpretada por Peter Ustinov, El Mago con Michael Caine, Anthony Quinn y Candice Bergen, El verdugo de Berlanga con Emma Penella, Pepe Isbert y Nino Manfredi y sobre algunas de ellas desarrolló una de sus invenciones. Seguía haciendo frió en el estudio de Esther, de vez en cuando me colocaba bajo un rayo de sol que entraba por la claraboya, aún así ella no paraba de mostrar su pasión creativa y tras un anécdota, unas fotos, unas postales, un proyecto…

En tiempo de confinamiento estaba en casa y me encontré con que todo el material de trabajo lo tenía en el taller y no quedó otra que improvisar, hacer uso de cualquier cosa que tuviera a mano. Pintauñas, carmín, laca, lápiz de ojos, cremas, betún, con eso me apañé. Conseguí unos tarros de tinta en una tienda cercana. Para hacer cola, usé harina y agua como cuando éramos niños. Con todo ello hice un homenaje a la mujer, a su fuerza, a su energía, a su resistencia ante las adversidades de la vida.

De las paredes cuelgan fotografías, postales, estanterías llenas de libros, catálogos y pinturas. Me llamó la atención una serie de fotografías en la que se repetía la misma finca…

Estas fotografías pertenecen a un proyecto que he desempeñado con algunos vecinos de mi barriada, mostrando el paso del tiempo sobre las edificaciones, aplicando el punto de vista personal de cada uno.

Me imagino que el tiempo nos relajará, nos acomodará los huesos y los músculos, y nos comprimirá, pero hasta que eso ocurra, artistas comprometidos como Esther Olondríz, nos harán reflexionar con su lenguaje poético, sus pigmentos, su collage, su simbología, sobre la precaria salud de nuestro entorno, sobre el olvido al que sometemos a la memoria. Pondrá el dispositivo de alarma y nos regresará a la realidad. Me alegré de visitar a Esther en su refugio, indagar y rememorar pasajes de esa alma memorial que ha extendido sobre tantas panorámicas.

Texto: Xisco Barceló

Fotografías: Francisca R Sampol

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