Según ha informado el Instituto Armado, la investigación se inició a raíz de la denuncia del dueño de la gasolinera que constató la desaparición de una de las tarjetas de repostaje de la empresa y que se había acumulado un gasto de 23.000 euros en la misma.
Tras numerosas gestiones, la Guardia Civil identificó a los supuestos autores y se pudo averiguar que los ahora detenidos llenaban bidones que transportaban en un furgoneta en distintas gasolineras y abonaban el precio con la tarjeta sustraída, al parecer, con la intención de venderla luego a terceros a bajo precio.
En total realizaron 80 cargos a la tarjeta llegando a repostar en un día gasolina por valor de 1.900 euros.
La investigación continúa abierta para localizar a las personas que compraron el combustible sustraído a precio más bajo. No descartan más detenciones en los próximos días.
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