Empresarios del sector mostraron sus reticencias a esta nueva tasa "que lastra la competitividad" y sobre todo, que llega en un momento especialmente "frágil" y sensible, con el Brexit en el horizonte, "un desafío sin precedentes", según afirma Hyslop a medios regionales. "Escocia se enfrenta a un mercado internacional increíblemente competitivo", agrega.
Por ello, de momento, no se permitirá a los municipios cobrar el impuesto. Aquellos con mayor peso turístico, como Edimburgo, lo tenían prácticamente todo listo para su cobro pero finalmente "la ley entrará en vigor con un poco de retraso, garantizando el futuro del sector”, indica la secretaria de Turismo.
El valor de la industria supera los 11.000 millones de libras esterlinas y supone 200.000 puestos de trabajo.