¿Cuantas veces habéis escuchado esta frase? Y no solo eso, ¿cuantas veces la habéis pronunciado vosotros mismos?
Situaciones que se dan a diario con las que estáis en desacuerdo, algunas de ellas están directamente ligadas a servicios que ofrece la administración, es decir gestionados por políticos y mantenidos con nuestros impuestos. Se me ocurren algunos ejemplos.
Estamos llegando a esa época del año en el que se dan incomprensibles e interminables colas frente a la oficina del INEM, aunque tal vez este año desgraciadamente sea distinto. Ni la tecnología, ni la temporalidad de la situación, ni siquiera la cita previa han solucionado este problema. Es lo que hay!
Cuantos meses incluso años esperas una licencia de obra o un informe por parte de la administración competente. En realidad cumpliendo los requisitos solicitados en la Ley y con una declaración responsable debería ser casi automática, pero.....es lo que hay!
Con tus impuestos y los de todos mantenemos un sistema de salud que en principio vendemos a boca llena como uno de los mejores del mundo, no debe ser tan cierto cuando el 20 % de la población tiene seguro médico privado y aun así en la seguridad social esperas meses para una radiografía o años para una operación y.....es lo que hay!
Años de duro trabajo, de ahorro, de esfuerzo y sacrificio, privándote de cosas para pagarte una vivienda y ahora resulta que cualquier mindundi puede entrar, ocupar y apoderarse de tu casa y no puedes hacer nada. Una usurpación de inmueble que aunque está contemplado en el artículo 245 código penal no te ayuda, allanamiento de morada y si acudes a la administración, te dicen no podemos hacer nada.....es lo que hay!
A lo largo de la historia generaciones de personas en distintas partes del mundo se han levantado, manifestado y han alzado su voz para transmitir inconformismo. Es cierto que nuestro país no ha sido de los más incendiarios, somos un pueblo pacífico y más que eso, conformista, aquí cada uno a lo suyo. Las muestras de desacuerdo son tranquilas, más bien son discusiones de sobremesa o tertulias de café.
¿Pero nos hemos vuelto conformistas o ya lo éramos?
No sé si se trata de mi entorno, el carácter tranquilo de los mallorquines o mi visión de la sociedad española pero no percibo que en unos meses veamos millones de españoles en la calle con cacerolas, pancartas y mensajes reivindicativos y no es por falta de motivos. Cualquier ranking europeo y mundial nos sitúa como los peores gestores de la pandemia y a buen seguro lo seremos también de la crisis post-Covid. Lo que si tengo claro es que hay un grado elevado de crispación y desagrado con dicha gestión, yo misma nuestro mi descontento en forma de video en las redes sociales, pero eso sí sentada en un escalera cuando en realidad también podría hacerlo de pie y gritando o en la calle, pero no es mi estilo....es lo que hay! Recuerden que el que no llora, no mama, mientras tanto como dice un gran amigo, disfruten lo votado.