Argentina es una tierra de mitos. Diego Armando Maradona, el Che Guevara, Eva Perón, José Luis Borges, Lionel Messi y Carlos Gardel son buenos ejemplos. En el mundo de la vela, Santiago Lange es toda una leyenda. Vencedor de numerosas pruebas alrededor en todo el mundo, el natural de San Isidro ha participado en siete juegos olímpicos. En uno de ellos, en Río de Janeiro 2016, fue capaz de colgarse el oro después de que, meses antes, se le extirpara un pulmón debido a un cáncer.
Lange, de 60 años de edad y también arquitecto naval, afronta ahora la recta final de una brillante carrera que le ha llevado a participar en siete Juegos Olímpicos: Seúl 1988 (Clase Soling), Atlanta 1996 (Clase Láser), Sidney 2000 (Tornado Class), Atenas 2004 y Beijing 2008 (Tornado Class), Río de Janeiro 2016 (Nacra17) y Tokio 2020, donde fue abanderado de su país en la ceremonia de apertura junto a su compañera Cecilia Carranza.
Bronce olímpico en tierras helenas y chinas, finalmente se colgó el oro en Brasil en un año en el ganó también el prestigioso premio Mejor Navegante del Mundo 2016 que otorga la Federación Internacional de Vela.
El cuatro veces campeón del mundo absoluto -tres en la clase Snipe (1985, 1993 y 1995) y uno en la clase Tornado (2004)- se encuentra durante estos días en Palma participando en el Trofeo Princesa Sofía. Mallorcadiario.com ha aprovechado la oportunidad para conversar con él acerca de su trayectoria y de sus planes de futuro.
La suya es una historia de superación y de amor a la vela… ¿De dónde procede su pasión por este deporte?
Mi padre ya fue regatista. De hecho, participó en los Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952. Recuerdo que, ya desde pequeño, iba al club de San Isidro con él, mi madre y mis hermanos. A los seis años, participé en mi primera regata y a los ocho, empecé en Optimist, una clase en la que me proclamé campeón nacional de Argentina en 1976 cuando tenía quince años.
En 2016, meses después de que el extirparan un pulmón debido a un cáncer, cumplió su sueño al ganar la medalla de oro en Rio de Janeiro…
Me operaron en Barcelona el 22 de septiembre, justo en el día de mi cumpleaños. Fue un proceso largo y duro que pude superar gracias al apoyo de mi familia, amigos y compañeros. La verdad es que no sabía si podría volver a competir ya que apenas había casos similares. La ilusión y la motivación fueron claves si bien los regatistas, al jugar con la naturaleza, sabemos aceptar la realidad.
La operación fue todo un éxito. A los cinco días ya andaba y a los diez, ya montaba en bicicleta. Al mes, subí al barco. Fue una experiencia increíble que luego tuvo el premio de la medalla de oro olímpica. Y eso que, evidentemente, el objetivo era poder volver a competir y no el podio.
¿Se ve en los próximos Juegos Olímpicos de París?
Ahora mismo lo veo muy díficil. El camino es muy complicado y el cambio de reglamentación no favorece a la gente más veterana. Siento que, con el paso de los años, les voy dando ventaja a los más jóvenes. No obstante, que nadie dude que lo intentaré.
También ha escrito un libro, titulado 'La travesía de mi vida'... ¿Cómo fue la experiencia?
Fue un encargo de Red Bull, uno de mis patrocinadores. Al principio tuve mis dudas pero acabó siendo una experiencia muy enriquecedora que pude llevar a cabo gracias al escritor Nicolás Cassese. El libro cuenta desde mi infancia en San Isidro, donde dio mis primeros pasos como navegante, hasta los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Ahora se encuentra participando en el prestigioso Trofeo Princesa Sofía ¿Qué opinión le merece nuestra isla?
Mallorca, como todos ustedes ya saben, es una isla maravillosa. Y Palma, tiene una bahía espectacular. Es un lugar único que ha logrado que la gente y los clubs se involucren en este deporte.
El Trofeo Princesa Sofía, por su parte, siempre fue igual de hospitalario. Desde que vengo, la organización se ha encargado del hospedaje y eso se agradece mucho.
El entusiasmo con el que viven aquí este deporte convierten a Palma en una capital mundial de la vela.
Para acabar... ¿Qué consejo le daría a alguien que esté empezando?
Si son mallorquines, les diría que aprovechen el privilegio de que pueden ver competir a los mejores del mundo ya que aquí se organizan grandes regatas.
De todos modos, soy de dar pocos consejos. El deporte hay que aprender a disfrutarlo. Ganar ha de ser una consecuencia, no un objetivo. Cada uno tiene que vivir acorde a sus sueños.
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