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'La próxima Nit de l'Art será un evento seguro y responsable'
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"La próxima Nit de l'Art será un evento seguro y responsable"

Por Josep Maria Aguiló
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jmaguilomallorcadiariocom/8/8/23
domingo 30 de agosto de 2020, 12:35h

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El reconocido galerista Frederic Pinya preside Art Palma Contemporani y dirige la Galería Pelaires. A lo largo de toda la entrevista, demuestra su pasión por el arte y su deseo de potenciar Palma y el resto de la isla como un posible referente nacional e internacional en el ámbito de la cultura. En ese sentido, el mantenimiento de la Nit de l'Art, que este año se desarrollará bajo otro formato, sería un ejemplo de esa apuesta seria y rigurosa por las artes plásticas en una época especialmente compleja en todos los ámbitos.

¿Qué es Art Palma Contemporani?

Es una asociación de galerías de Palma que representamos el arte contemporáneo. La asociación está compuesta por diez galerías en este momento.

¿Cuáles son los cambios previstos en la próxima Nit de l'Art?

Es una propuesta que se ajusta al contexto y a la situación que estamos viviendo. Como organizadores, nos toca ser responsables. Por ello, hemos decidido hacer una Nit de l'Art diurna, que se desarrollará durante varias jornadas —entre el 16 y el 19 de septiembre—, en las que se podrán visitar las galerías de día. Hemos diseñado esta próxima Nit de l'Art para que sea un evento cultural seguro y responsable. De momento, aún no podemos concretar cuál será el programa final, pues dependerá de las recomendaciones sanitarias que estén en vigor cuando este evento se celebre.

Ser hijo del galerista Pep Pinya, es ¿un orgullo?, ¿una responsabilidad?, ¿un ejemplo?, ¿un reto añadido?

Sería todo lo que usted ha dicho —sonríe—. Exactamente todo lo que usted ha dicho. Tal vez yo podría añadir algo más, pero me temo que entonces podríamos estar hablando como mínimo hasta mañana, ja, ja, ja.

"La creatividad no sufre una crisis, sigue en marcha, más que nunca"

¿Debería haber en Mallorca una mayor colaboración público-privada en el ámbito de la cultura?

Considero que debería ser así, sí. En ese sentido, sería bueno que la cultura no estuviese tan politizada y que el galerismo tuviera una mayor presencia, no sólo en determinados eventos, sino también en patronatos y comités. Por nuestra dilatada experiencia, los profesionales deberíamos ser más escuchados. Pero nos cuesta sensibilizar a las instituciones, que no siempre tienen la voluntad necesaria para actuar. Mire, a veces se han hecho proyectos muy interesantes con presupuestos muy bajos, que además han dado beneficios. En mi opinión, si se promueve una cultura mediocre, lo que recibe la gente es mediocridad. Pero si damos una cultura de nivel, que es algo por lo que estamos luchando las galerías de Palma desde hace años, ese nivel de excelencia será lo que reciba la gente.

¿Ocurre igual en otras autonomías?

En otras provincias, las galerías tienen un apoyo importante de las colecciones públicas, de las instituciones o de los museos, que les compran obras. Además, hay instituciones que hacen exposiciones de los artistas de esas galerías. Eso es algo que, en cambio, ha ocurrido muy pocas veces en Palma, a pesar de tener un tejido galerístico muy importante, superior al de muchas otras ciudades. Pienso que deberíamos aprovechar y potenciar esa circunstancia. Las instituciones, por su parte, deberían creer en las artes plásticas, sabiendo que creer no es sólo comprar a lo mejor un cuadro al año. Creer en el arte significa sobre todo crear un sistema ordenado.

"Creo que deberíamos mimar y potenciar más lo que tenemos en Mallorca"

¿Han notado la crisis del mismo modo que el cine o el teatro?

Hay que partir de la premisa de que en una galería el número de visitantes suele ser siempre inferior al número medio de espectadores que acuden a un cine o a un teatro. Hay semanas en que los visitantes de una galería pueden contarse con los dedos de una mano. Ese contexto no ha cambiado con la pandemia. Lo que sí ha cambiado es lo que tiene que ver con las ferias internacionales o los proyectos en el extranjero, que se han ralentizado de una forma abrupta. En ese sentido, se está recomponiendo todo. Así, se están intentando potenciar ahora las ferias virtuales y las plataformas digitales, que ya hace años que existen. Esas plataformas son ventanas abiertas donde expones tus proyectos y donde puedes vender. Es cierto que requieren un esfuerzo económico importante, pero son una puerta abierta al mundo, con un radio de alcance muy amplio.

¿La situación actual afecta también a los artistas?

Yo aquí distinguiría entre el estado de ánimo de la gente en general, que es muy bajo, y la situación actual de la mayoría de artistas. En estos momentos, curiosamente, los artistas tienen muchísimas ganas de hacer proyectos, tienen más voluntad de trabajar y también más implicación. En el arte en sí no hay crisis, aunque es evidente que en las nuevas creaciones se verá reflejado el momento actual que estamos viviendo. La creatividad no sufre una crisis, sigue en marcha, más que nunca. A nivel cultural, todo está en plena efervescencia. Es una luz de esperanza que yo quiero lanzar. Piense, además, que el arte sobrevive a todas las guerras y a todas las crisis. Y eso es muy importante.

Es una situación paradójica, sí...
Mire, en las galerías los aforos siempre han sido muy pequeños, salvo en la Nit de l'Art o en algún otro evento como el Brunch o el Summer. Del mismo modo, en el estudio de un artista suele haber también poca gente. Normalmente, sólo el artista y uno, dos o tres ayudantes. Esas realidades no han cambiado en el mundo de las artes plásticas a pesar de la actual pandemia. Lo que sí ha cambiado, como le decía, es la situación a nivel anímico de muchas personas, que están muy preocupadas y tienen miedo. A nivel económico también ha habido cambios, pues hay negocios que están yendo fatal y otros que están yendo bien. Esa situación se está dando también en el ámbito de las galerías, en donde algunos establecimientos muy fuertes han tenido que cerrar sus puertas. Todo esto son efectos colaterales de este momento que estamos viviendo.

¿El arte debería ser prioritario en esta época?

Nosotros creemos que sí, a pesar de que algunas personas lo consideren algo accesorio. Seguramente, deberíamos preguntarnos cómo se está enseñando hoy la cultura a los niños, cómo se les está sensibilizando o qué hábitos se les crean. En el caso concreto de las galerías, podemos contar con los dedos de una mano los colegios de Mallorca que programan visitas para ver exposiciones. Si ya no creamos y cuidamos esa semilla, si no sensibilizamos, nos estamos equivocando. Por otra parte, en un sentido ya más general, la galería es el primer emisor, donde empieza todo. Luego vienen el crítico, el coleccionista y el museo.

"Entender el arte contemporáneo es muy complicado, pues precisa de esfuerzo e investigación"

¿Qué deberíamos hacer?

Si a un niño lo acostumbras a entrar en una galería, a ir a un museo, a acudir al teatro o a conciertos de música, eso supone dar riqueza a la sociedad a medio y largo plazo. Mallorca reúne unas buenas condiciones previas en ese sentido, por lo que potenciarlas nos pondría en los primeros sitios de Europa. Pero no percibo la suficiente concienciación, sensibilización o voluntad, pues muchos dirigentes políticos sólo piensan a cuatro años vista. Eso favorece la endogamia cultural. Y ahí seguimos, en un ciclo que nunca se acaba. Es una lástima, porque tenemos el tejido necesario para salir de ahí. Hay gente muy válida y gente que realmente podría transformar esta ciudad.

¿Entiende las críticas al arte contemporáneo?

Reconozco que a veces se han potenciado cosas muy extremas. Dicho esto, entender el arte contemporáneo es muy complicado, pues precisa de un esfuerzo, de una investigación, de pararse y coger más información sobre él. En ese sentido, hablar de arte contemporáneo con coherencia y con sensibilidad requiere de un trabajo importante, muy importante. Lo que me apasiona de mi vida como galerista es la amplitud de aspectos que hay en el arte contemporáneo, la cantidad de matices y de detalles. Me gusta también que sea tan incierto.

¿Nos falta más tiempo para poder reflexionar?


Vivimos en lo que yo llamo la cultura del botón, en la que todo el mundo quiere obtener una respuesta inmediata. En el caso del arte, algunas de las preguntas que nos hacen son "¿cuál es tu artista preferido?", "¿este pintor triunfará?", "¿qué piensas de este creador?". En ese contexto, esperan de ti respuestas como "sí", "no", "fantástico", "fatal", "ni te lo mires". Cuando intentas contextualizar tus respuestas, las personas que te hicieron esas preguntas pierden el interés y al cabo de un minuto están hablando ya de fútbol o de otras cosas. El arte contemporáneo es lo contrario de esa velocidad. Cuando entras en una galería se para el tiempo, entras en otro estado.

¿Qué balance hace del medio siglo de vida de la Galería Pelaires, celebrado el año pasado?

Pelaires cumplió sin duda una labor pedagógica en sus inicios, en una ciudad en donde apenas había entonces un par de galerías. Además, era una puerta abierta a lo que estaba pasando en el mundo. Ahora tenemos en Palma muchas más galerías y gente que lo está haciendo muy bien, que está trayendo a artistas para desarrollar proyectos fantásticos en la isla. En ese sentido, añadiría que personalmente abogo por la biodiversidad en el mundo del arte. Para mí, lo bueno es poder valorar tanto un cuadro de un pintor realista como Antonio López como apreciar también una obra de Antoni Tàpies. En la actualidad sigo viendo cuadros de Velázquez y me sigo emocionando. Eso te hace pensar en la riqueza que te puede aportar el arte en general.

Seguro que debe de tener algunas anécdotas interesantes que contar...

Le contaré una, sí. A principios de los años setenta conseguimos, a través de Joan Miró, que cuando el artista norteamericano Alexander Calder expuso en Palma regalase a la ciudad su escultura móvil 'Nancy'. Mis padres se fueron a ver entonces al alcalde para comentarle esa circunstancia. El alcalde no les recibió, pero sí pudieron hablar con el teniente de alcalde, que llevaba una peseta en la mano. "Si a mí esa chatarra me tiene que costar más que esta moneda, se la pueden llevar ahora mismo", dijo el teniente de alcalde a mis padres. Así que tuvieron que pagar a unos operarios para que instalasen la escultura de Calder. Pasadas casi cinco décadas desde entonces, esa pieza vale hoy en día bastantes millones de euros. Y está aquí en Palma —en s'Hort del Rei—. Creo que deberíamos mimar y potenciar más lo que tenemos.

"Vivimos en lo que yo llamo la cultura del botón, en la que todo el mundo quiere obtener una respuesta inmediata"

¿En qué momento creativo se encuentra hoy el arte en general?

Yo creo que se encuentra en un momento de transición hacia algo mejor. Como hemos comentado hace un momento, la creatividad no está en crisis. A nivel creativo, creo que estamos viviendo un momento de una gran riqueza. Ahora bien, cada vez es más difícil distinguir lo que es bueno de lo que no es tan bueno, porque hoy en día hay mucha confusión. Apreciar el buen arte puede ser una cosa casi intuitiva. Deberíamos crear en los niños el hábito de ir a museos como El Prado dos veces al año desde la infancia.

¿Cómo ve el futuro de las artes plásticas en nuestro país?

En Madrid es donde hoy está pasando todo a nivel artístico. Obviamente tienen buenas exposiciones, buen teatro o buena música. En ese contexto, deberíamos intentar hacer también algo aquí en la isla. Para empezar, tenemos unas infraestructuras maravillosas. Además, podemos disponer de capital extranjero, lo que hace factible que pueda haber colaboraciones público-privadas. Es un buen momento para formalizar alianzas en ese sentido y trabajar de forma coordinada. También estaría bien acondicionar La Lonja como espacio expositivo o potenciar Es Baluard. Potenciemos lo que ya tenemos, porque para hacer algo mediocre es mejor no hacer nada. Todo ello debería ir unido, en un ámbito ya mucho más amplio, a una ley de mecenazgo o a la bajada del IVA cultural.

Aparte de galerista, ¿es también pintor?

No, no soy pintor, pero me hubiera encantado serlo. Cuando entro en un estudio, hay ocasiones en que me noto un poco nervioso o inquieto, porque es un templo muy especial. Ves muchas cosas, percibes muchas cosas, notas muchas cosas. Es brutal.

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