Esther Ribas Marino es inspectora del Cuerpo Nacional de Policía, en situación de servicio en otras administraciones públicas. Licenciada en Derecho, diplomada en Ciencias Policiales por la Universidad de Salamanca. En la Policía Nacional, entre otras responsabilidades, fue jefa de gestión de Extranjería, jefa del Grupo Operativo de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) y antes de cambiar de uniforme, estaba en Información. Desde julio de 2023 es la primera mujer que ocupa la jefatura de la Policía Local de Calvià, con rango de mayor.
¿Cómo ha ido su aterrizaje en la Policía Local, siendo una funcionaria del Cuerpo Nacional de Policía?
–Yo he tenido algunos cambios de destino desde que empecé en 2014, y siempre cuando llegas a un sitio nuevo, hay que adaptarse. Aquí hay una labor policial, que es mi vocación, y no he notado una gran diferencia en cuanto a mi gestión del personal. Es muy similar. Al final es una educación de servicio público y lo enfoco en eso. Y la suerte que tengo aquí es que tengo unos mandos y unos mandos intermedios muy preparados, que saben muy bien lo que tienen que hacer y me siento muy orgullosa de ellos. El aterrizaje para mí ha sido muy bueno.
¿Por qué este cambio en su vida profesional?
-Esto es un reto profesional y es muy ilusionante. Para mí es un honor estar al frente de la Policía Local de Calvià, una responsabilidad enorme, pero también un honor gigante. Es una oportunidad. Se convocó la plaza de jefe y me dije: vamos a intentarlo. Yo cumplía los requisitos, me presenté y la verdad es que estoy muy contenta de la decisión.
¿Es un paréntesis en su carrera en la Policía Nacional, a la que volverá algún día?
–Yo no sé lo que me deparará la vida. Lo que tenga que ser, será. No me cierro a nada.
"Va a haber modificaciones puntuales, así que vamos a tener que modificar el decreto organizativo de la Policía Local; pero a grandes rasgos, todo se va a mantener igual"
Se diría que quizá, al provenir de la Policía Nacional, podría sentirte más cómoda en un ámbito más urbano, pero Calvià tiene una enorme extensión rural, donde la realidad delincuencial es distinta a la que se desarrolla en núcleos turísticos.
–Claro, pero realmente eso es competencia de la Guardia Civil. Somos colaboradores de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Calvià es muy amplio. Tenemos zonas rurales, zonas urbanas, y se pueden dar todos los tipos de delincuencia, no sólo en el ámbito rural.
¿Cuántos efectivos tiene la Policía Local de Calvià?
–Hay 191 policías, incluyendo los alumnos en prácticas.
¿Cuántas mujeres hay?
–Somos 30 mujeres, alrededor del 15 por ciento. Y entre los 35 mandos, 3 son mujeres, un 8,5 por ciento.
¿Habrá cambios sustanciales en la organización y en la estructura orgánica del cuerpo con su llegada?
–En principio, no. Va a haber modificaciones puntuales, así que vamos a tener que modificar el decreto organizativo de la Policía Local; pero a grandes rasgos, todo se va a mantener igual.
¿La plantilla es suficiente para cubrir los servicios que tienen la obligación de atender?
–Son suficientes para cubrir el servicio. No hay nada que quede pendiente y todo se realiza. Pero si fuese por mí, habría muchos más agentes. A lo mejor un 50% más. Pero claro, como policía que soy, siempre querría tener más personal.
¿Y en cuanto a medios materiales?
–La verdad es que esta Policía Local está muy bien dotada. Es algo que persigo y quiero seguir dotando al Cuerpo e innovando en todo lo que se pueda mejorar. Es algo prioritario.
"Lo más importante es que los residentes en Calvià noten la cercanía de la Policía Local y que se sientan seguros"
¿Cuál es su principal preocupación en el ámbito externo?
–Lo más importante es que los residentes en Calvià noten la cercanía de la Policía Local y que se sientan seguros. Dar este servicio, para mí, es una absoluta prioridad. Que sepan que tienen una Policía Local que está para servirles. Piense que este año, a 28 de agosto, habíamos atendido 36.634 requerimientos, llegados a través del 112 y del 092, aunque los de alta prioridad (incendios, emergencias médicas, peleas, agresiones, etc.) sólo fueron 4.287. En 2022 se atendieron un total de 41.818 y en 2021, 32.682.
¿Y a nivel interno?
–Creo que esta es una policía bien organizada y estructurada. Es verdad que falta personal y vamos a intentar solventarlo, pero creo que no hay grandes carencias.
¿Cree que está equilibrada en cuanto a personal más joven o recién llegado y el personal más veterano?
–En los años 80 la plantilla aumentó mucho y se llegó a tener una plantilla de 150 policías. Esos que entraron en los 80, se están jubilando. Si somos unos 200 y 150 son veteranos, pues se puede hacer una idea de cómo estamos. Entonces, es verdad que habrá una transición de veteranos a nuevas incorporaciones, a nuevos policías. Para mí, eso es bueno porque los veteranos tienen una experiencia que nos aportan mucho. Además, son personas que han trabajado mucho, muy duro, para sacar esta Policía adelante. Merecen toda mi admiración y mi respeto. Por otra parte, tenemos a las nuevas incorporaciones que han pasado una formación, muchos de ellos vienen con estudios; que además tienen ganas, están muy motivados. Yo creo que entre unos y otros el resultado es enriquecedor y una buena combinación.
Pero ya tiene muchos policías veteranos que se jubilarán en breve...
–Exacto, sí. Tenemos policías y también mandos que se van jubilando. En los próximos años vamos a vivir una renovación de la plantilla.
¿Recuerda cuándo se reunió la Junta Local de Seguridad por última vez?
–Yo no estaba.
¿Sirven de algo estos órganos de coordinación o son más eficaces los contactos informales con los mandos de la Guardia Civil?
–Los puntos de encuentro siempre son positivos. Si hay contacto e información, siempre sacamos mejoras. Es importante saber en qué podemos ayudarnos los unos a los otros, en qué estamos trabajando, ya que perseguimos una finalidad común. Creo que los encuentros reglados van bien y, por otra parte, los informales también son buenos.
"Los agentes de paisano han dado muy buen resultado en cuanto a detección de algunos ilícitos penales que se daban en la vía pública"
¿Cómo ha ido el verano desde el punto de vista de la Policía Local, de sus competencias y sus tareas? Recordemos que Calvià recibe más de un millón de turistas al año…
–Lo que dice todo el mundo es que ha sido un verano muy bueno. Tranquilo.
¿Usted cree?
–Bueno, hemos hecho muchas detenciones, entre el 1º de julio y el 24 de septiembre fueron 244 arrestos, frente a los 174 del año 2022, una subida del 40 por ciento. Los agentes de paisano han dado muy buen resultado en cuanto a detección de algunos ilícitos penales que se daban en la vía pública, como el menudeo de drogas. Pero también hemos estado muy pendientes de la venta ambulante, de actividades ilícitas, y la verdad es que ha sido un verano bueno para todos. Creo que los ciudadanos están contentos y esperamos siempre mejorar. El año que viene esperamos hacerlo todavía mejor.
¿Cree que Calvià es un municipio seguro?
–Muy seguro.
¿En qué se basa para llegar a esa conclusión?
–En que se puede estar tranquilamente en las calles. Tenemos policías pendientes siempre de las playas, de la vía pública, de las zonas de ocio. Procuramos tener siempre presencia policial, que es inhibitoria de algunos ilícitos y eso se nota. Yo percibo que Calvià es seguro.
¿Hay un alto cumplimiento de las normas de circulación y de las ordenanzas municipales o va por zonas?
–Las zonas de ocio nocturno pueden verse un poquito más afectadas, porque el consumo de alcohol y otras sustancias, favorece que las personas no cumplan las normas. Pero gracias a la presencia policial, que tiene una finalidad preventiva, las personas se dan cuenta que incumplir la normativa conlleva sanciones y eso hace que se comporten mucho mejor. Además, también la Guardia Civil siempre está presente por allí y hacemos un equipo en esto.
¿Es partidaria de modificar el decreto de lucha contra el turismo de excesos, de forma que no se aplique únicamente en Magaluf, sino en todo el territorio?
–Esa valoración se la dejo a los políticos. Nosotros cumplimos las normas. Si hay una norma que establece estos parámetros, nosotros la cumplimos. Nos guiaremos por lo que nos digan.
¿Cómo se traduce en cuanto al trabajo de la Policía Local la llegada masiva de turistas en verano, propensos a beber en exceso?
–Eso está cambiando. Es verdad que a lo mejor antes se podía encontrar más este tipo de comportamientos, pero empieza a no ser la tónica general. Ahora vemos que hay mucho turismo familiar, jubilados, algo que como policías no nos va a afectar tanto. Además, estamos viendo que hay como renovaciones de hoteles que se está adaptando un poco más a este público. Cada vez hay menos situaciones problemáticas para la Policía.
El Ayuntamiento ha mostrado contundencia al sancionar incumplimientos del decreto de turismo de excesos. Multó con 60.000 euros a una panadería por vender alcohol de noche, algo prohibido. ¿No cree que este tipo de sanciones luego son difíciles de cobrar?
–Las sanciones recaudadas por turismo de excesos no va para el Ayuntamiento, va para el Consejo Insular. Nosotros no nos encargamos de eso. En el Ayuntamiento hay un departamento de sanciones. Nosotros podemos levantar acta, pero luego las sanciones son cosa del Ayuntamiento. Este verano hemos levantado 15 actas por incumplir el decreto de turismo de excesos, pero el año anterior fueron 27. Hay una disminución importante.
En cuanto a la función preventiva de la Policía Local, ¿no prefiere que sea esa la función primordial antes que la función represiva?
–No solo hacemos presencia, sino que también nos encargamos de tráfico. Tenemos VioGén, tenemos policía tutor, policía de proximidad, hay seguridad en instalaciones municipales, atestados. Una amplia gana de competencias y se ejercen todas de la mejor forma posible. No solo hay la represión, por supuesto que no; pero también es necesaria. Los controles son necesarios en las carreteras, pero también atendemos accidentes y estamos ahí para ayudar. Nuestra función es siempre ayudar, estar a disposición del ciudadano. Y es verdad que, si alguien lo hace mal, puede haber una sanción, pero no es la principal finalidad.