¿Cómo han ido el Black Friday y la campaña de Navidad?
Han ido mucho peor de lo esperado. De hecho, en relación al año pasado, estaríamos hablando de entre un 60 por cien y un 70 por cien de bajada en las ventas en el sector del comercio. Esa sería la media, en el sentido de que el porcentaje en zapatería o en ropa sería por ejemplo bastante más elevado que en alimentación.
Las rebajas pueden ser ahora quizás un punto de inflexión...
¿Este enero? —sonríe sarcásticamente—. Si ya la campaña de Navidad ha sido mala, imagínese cómo será enero. La gente ya ha gastado el dinero que tenía en las pasadas fiestas. Tradicionalmente, enero y febrero suelen ser dos meses complicados, porque en diciembre se ha "tirado" de tarjeta. En ese sentido, viendo cómo está todo ahora, resulta difícil pensar que en enero y febrero nos recuperaremos esta vez. Hay, además, otra variable a tener hoy en cuenta, que es que la gente ha cambiado sus hábitos de compra. Ahora todos procuramos tener siempre un "raconet". No es como antes, que "tirábamos" de tarjeta e íbamos al día. En la actualidad, todos procuramos tener un "raconet" para algún imprevisto o alguna posible emergencia.
¿Aún hay margen para que el comercio pueda resistir un poco más?
El problema más grave que tenemos a día de hoy es que incluso con los ERTE tenemos que pagar la Seguridad Social. Por tanto, tenemos que seguir pagando impuestos. En estos últimos meses, los comercios hemos tenido que recurrir a las pólizas de crédito y a los préstamos para pagar los gastos corrientes que tenemos siempre, más los gastos en impuestos. Hemos estirado tanto de pólizas de crédito y de préstamos, que estamos tocando fondo. Le puedo asegurar que un 50 por cien del comercio de proximidad de Palma y de la costa está tocando fondo. De ese porcentaje, más de un 30 por cien ya ha cerrado.
¿Las ayudas de las instituciones son insuficientes?
La verdad es que en ocasiones no bastan ni para poder pagar el alquiler de un mes o el recibo de la luz. En ese contexto, no soy favorable a las ayudas directas. Pienso que lo que debería hacerse es, en lugar de ofrecer ayudas directas, incentivar el comercio. De hecho, hace meses que en Afedeco estamos pidiendo que se ponga en marcha un sistema de bonos. Los bonos incentivan el comercio, mientras que las ayudas directas sólo auxilian a unos pocos y además les ayudan muy poco.
¿Cómo funciona un sistema de bonos?
Puede funcionar de varias maneras. Una opción sería la de que si una persona hace una compra de por ejemplo 30 euros con un bono, sólo paga en realidad 20 euros, ya que el Gobierno autonómico o el Ayuntamiento de su localidad ponen los otros 10 euros restantes. Esas ayudas sí pueden llegar a muchísima gente, porque con 1.000 euros podemos hacer 100 bonos, que llegarán a 100 personas. De ese modo favorecemos, además, una economía circular, porque una institución está inyectando dinero a la población, que a su vez gasta ese dinero en el comercio y ayuda al sector. Es una manera de ayudar a todo el mundo.
¿Cómo valoran hoy la vacuna?
La vemos como una esperanza, por descontado. Hace meses que estoy diciendo que hasta que no tengamos una solución para la pandemia, no podremos hablar de recuperación económica. Si hemos de encontrar una salida a la pandemia, la única solución que tenemos a día de hoy es la vacuna.
¿La recuperación también depende de que vuelvan los turistas?
Efectivamente. Hace un par de años hicimos una encuesta que nos demostraba que en el centro de Palma el comercio vive en un 60 por cien del turismo. Ahora que no hay turistas, para poder sobrevivir nos quedaría en principio el 40 por cien restante, que corresponde a los residentes, pero ese porcentaje a día de hoy no es real. Piense que hay personas que ahora mismo no pueden comprar como antes, porque están en un ERTE, o se encuentran en el paro, o no tienen el poder adquisitivo que tenían hasta hace poco. Por tanto, ese 40 por cien se ha reducido a la mitad, lo que significa que ahora estamos viviendo con el 20 por cien de lo que vivíamos antes.
Es una situación muy compleja, sí...
Por ello es prioritario que regresen los turistas, porque si vuelve a haber turismo, las personas que están en un ERTE, que han perdido su empleo o que han cerrado su empresa volverán a tener trabajo. Eso supondrá volver a disponer de dinero, y si esas personas tienen dinero, volverán a reactivar la economía de Baleares.
¿Sigue habiendo campañas de dinamización?
Sí, por supuesto. Lo que ha cambiado es el modo de prepararlas. Antes, cuando hacíamos las campañas, proyectábamos las de todo el año. Ahora, por vez primera, las preparamos a quince días vista, porque no sabemos cómo evolucionará la pandemia o qué pasará. Es difícil planificar una campaña de dinamización si no sabemos, por ejemplo, si nos confinarán de nuevo o no. Las cosas están pendientes de un hilo y es muy complicado poder preparar algo.
El comercio en la Part Forana parece que resiste un poco mejor que en Palma...
Sí, es así, seguramente porque en Palma hemos perdido un poco la visión humana del comercio. En los pueblos, aún vamos a comprar a la "botiga d'en Miquel" o a la "botiga d'en Joan", es decir, a la tienda de una persona que tiene nombre y apellidos, y a la que ponemos cara. El trato en la Part Forana es un poco más humano. Además, los clientes son conscientes de que han de gastar en su pueblo para que los comerciantes de ese pueblo puedan vivir. En Palma, en cambio, vamos a comprar a una tienda en donde normalmente no conocemos al dueño ni a los dependientes.
¿Qué se puede hacer en ese sentido?
En estos momentos me estoy planteando cómo podríamos poner en marcha una campaña que humanice un poco el comercio. Quiero intentar volver a ese trato más personal que había antes. Sé que es difícil, porque ahora es más fácil, por ejemplo, comprar por Internet. Pero me gustaría volver un poco a esa relación humana que existía tiempo atrás. Cuando compras alguna cosa, es muy bonito saber que la compras a una persona concreta y que si tienes un problema, esa persona se ocupará de resolverlo. Como sociedad, nos hemos deshumanizado, y creo que es el momento de volver a humanizar un poco la relación entre personas.
¿Cómo se puede competir con las plataformas que venden por Internet?
Mire, nosotros hace ya tiempo que estamos pidiendo tanto al Govern como al Ayuntamiento de Palma que creen una gran página virtual de comercio balear, que sea de empresas de las Islas, para generar una economía circular y que el dinero se quede en Baleares. Pienso que una propuesta así también debería interesar a la Administración, porque los impuestos se pagan aquí. Al final todo quedaría en casa. Yo creo que deberíamos ser capaces de crear esa gran plataforma virtual balear. Ese proyecto daría alas a muchas empresas isleñas, que podrían sacar sus productos a través de la citada plataforma.
¿Cómo puede hacerse hoy más atractivo el pequeño y mediano comercio?
Como le he indicado, me gustaría mucho conseguir humanizar de nuevo el comercio y que viéramos todo lo bueno que nos aporta. Los comerciantes y los compradores deberíamos recuperar la antigua relación que teníamos. Hemos de hacer un ejercicio de responsabilidad entre todos y hallar un punto de encuentro, porque recuperaremos algo que considero precioso, que son las relaciones humanas.