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Montse Seijas desvela que la diputada Marta Maicas la acusó de robarle el bolso
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Montse Seijas desvela que la diputada Marta Maicas la acusó de robarle el bolso

"En Podem me han hecho mobbing, se me ha resentido hasta la salud"

Por Cristina Suárez
viernes 27 de enero de 2017, 14:48h

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"Sé que voy a estar mejor en el Grupo Mixto que en Podem". Lo dice Montse Seijas, y no lo hace por un viraje de convicciones sino por la "calidad humana" de sus nuevos compañeros. La diputada expulsada del partido morado relata en mallorcadiario.com las miserias que, según ella, ha vivido en el seno del mismo. "Me han llamado desequilibrada, me han erosionado psicológicamente e incluso, me han acusado de robar sin pruebas"

'En Podem me han hecho mobbing, se me ha resentido hasta la salud'
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En unos días tendrá el acto de conciliación con Jarabo por haber insinuado que usted cometió corrupción. ¿Cómo se le quedó el cuerpo cuando escuchó a Jarabo decir "que quien la hace, la paga"?

Pues llamé directamente a mi abogado para plantear este acto. Quiero que diga delante de un juez que yo soy una persona corrupta y que he realizado algún acto ilegal, cuando la primera sentencia de Garantías de Balears dice claramente que nosotros habíamos incumplido el código ético del partido -cosa que no es verdad- pero no habla de ningún ilícito penal ni civil.

Es decir, que cree que un juez no va a encontrar nada que pueda considerarse delito.

Claro. Es que nuestra actitud y nuestras palabras nunca fueron punibles. Al revés, a nosotras sí que se nos ha vulnerado el derecho de opinión y libertad política y de debate. En mi caso, he escuchado a la portavoz de Podem en el Consell decir en debates en medios que estábamos en esta situación por promover intereses privados frente a los públicos y eso es mentira.

¿Cuál es entonces la versión que usted lanza usted a los ciudadanos? ¿Por qué dice que han ido a por usted?

Quiero que quede claro de una vez por todas. El conflicto empieza hace ya mucho, como se ha ido viendo con esas grabaciones que han salido a la luz. Xelo por unos motivos y yo por otros, estábamos en el punto de mira de Jarabo y su comité ejecutor que era la Comisión de Garantías (Ribot y Canyelles). Yo desde el principio me creí lo que nos decían que iba a ser Podemos: la nueva política. Entré en la candidatura de Jarabo con unos documentos internos, organizativos, que con el tiempo fui viendo que no se cumplían: el secretario general terminó dictando las órdenes, no el Consell Ciutadà -34 ciudadanos-, como se suponía que tenía que ser. Así que empecé a activar las alarmas dentro del partido.

¿Con qué, por ejemplo?

Bueno, empezando por cómo se tejen las listas. De consenso nada, todo a dedo. Luego, llega Jarabo de Madrid y nos dice que Estatal manda que el número 1 al Parlament sea el secretario general. Se acató con la condición de que después el Consell Ciutada diese el visto bueno. Y nada. Todo lo decidía él. ¿La Comisión de Garantías, imparcial e independiente? Para nada. Entonces empecé a quejarme y a ponerlo de manifiesto y me convertí en una persona molesta. De hecho, con todo el asunto del fraude de las primarias, yo quería ir a los juzgados directamente. Alberto me reconoció después una mentira que me había dicho: lo de que Carmen Azpelicueta había cometido un fraude electoral. Eso no era verdad y yo llegué incluso, a llevarlo a lo personal. Ella estaba en mi casa en Menorca y puse distancia, cuando era mentira. Fui injusta, lo reconozco.

Y con todos esos encontronazos con Jarabo, ¿cómo era su relación con él?

Soy excesivamente confiada. Puedo tener un problema con alguien, pero a los diez minutos se me pasa. Así que al principio lo dejaba pasar, y más con su forma de ser, que es un encantador de serpientes. Pero se fue complicando.

¿Es verdad que se le acusó de robar el bolso de Marta Maicas?

Sí. Marta Maicas me acusó de robarle el bolso y lo hizo sin pruebas.

Tuvo mala relación con la diputada Maicas...

Sí. En realidad, con algunos del Grupo fui teniendo problemas porque daba la lata al Govern y, claro, obligaba a los demás a posicionarse. Por ejemplo, cuando alerté de que el Govern tenía plazas públicas de alto nivel en el que estaban colocados afines del PSIB. Llamé a la consellera Cladera para decirle que había 50 plazas que no las estaban sacando y que como no lo hicieran, se iban a encontrar con un recurso. Lo comenté en el Grupo parlamentario y me preguntaron que a quién había pedido permiso para hacer eso. Algunos se empezaron a poner tensos.

En concreto con Maicas, ¿cuándo empezó la mala relación?

Cuando me reincorporé de una neumonía, después de mes y medio de baja. Para llevar mejor la recuperación hablamos de un cambio en las comisiones y en principio, llegamos a un intercambio que nos favorecía pero luego ya no le vino tan bien. Hubo fricción pero pasó el tiempo, hasta que el 13 de abril, pasa lo del bolso. Teníamos una comisión en el Parlament y había mucha gente: trabajadores de Son Espases, diputados de pPdem, de otros partidos, trabajadores… Ella se percata de que le falta el bolso y empieza a buscarlo. No lo encuentra, y aún así se viene a otro acto que teníamos en el partido. Ella seguía inquieta así que se volvió al Parlament a buscar. Yo me desentiendo y, al día siguiente, cuando llegó al despacho, me la encuentro en el de al lado (que es de Carlos Saura) y me dice que el bolso estaba dentro de un armario de mi despacho. No faltaba nada.

Me acusaron de robar, sin pruebas ¡y nadie me preguntó siquiera mi versión!

¿Le acusó directamente?

Sí, y me dijo que había cámaras de seguridad que lo demostraban, cuando no es verdad. La seguridad del Parlament hizo una revisión de las cámaras que controlan espacios comunes y, en contra de lo que ella dijo, no lo llevaba encima cuando entró en el baño. Además, si le quito yo el bolso, ¿lo voy a guardar en un armario de un despacho que está abierto y lo dejo encendido para que, cuando llamen, suene? El caso es que llevó este tema a Garantías y esa misma tarde, me llamaron a mí. Acudí a la sede y allí, un tribunal -compuesto por Ribot, Saura y Alejandro Lopez- (yo pedí que estuviese Bachiller, como responsable de Accion Institucional) me piden el acta de diputada. Y no solo eso: me dejan caer que a ver si voy a ser capaz de aguantar toda la presión mediatica.

¿Tenían pruebas?

No.

¿Y no denunció en la Justicia que le acusasen sin pruebas?

No porque pensaba que haría daño al partido. Lo sí hice fue acudir a Garantías Estatal acusando a Marta Maicas de acusarme sin pruebas, pero nada, me suspendieron cuatro días. Hasta que al quinto día, algunos de mis compañeros dieron un golpe en la mesa -especialmente David Martinez- para que se escuchara mi versión. Porque algo llamativo de todo ésto que ¡nadie se dignó a preguntarme mi versión!

¿Qué pasó después?

Pasó el tiempo hasta que en agosto, pedí que se resolviese mi expediente disciplinario porque éste no determinaba que yo estuviese libre de culpa. Fui a Camargo y le dije que me iba a las Justicia a poner una demanda contra Marta Maicas. Ella me dijo que hablaría con Garantías, y efectivamente, a los tres días tenía una resolución en la que se especifica que se cerraba porque no había pruebas que demostrasen mi culpabilidad. Ojo.

¿Le afectó personalmente?

Se me resintió hasta la salud. Tuve que tomar ansiolíticos para venir a trabajar, además de ir al psicólogo. Me hacían mobbing, algunos compañeros de Grupo me han llamado desequilibrada emocional y Jarabo, que era paranoica y que no estaba bien.

Luego vino la tensión dentro de Telegram por la aprobación de los presupuestos. La famosa amenaza de no aprobarlos para, según Podemos, favorecer a Bachiller.

Quiero volver a dejar claro que Jarabo no siguió las directrices del Consejo Ciudadano. Él firmó sin consultar al órgano. Dicho ésto, también dejar claro que no quería proteger a Bachiller por nada personal, ni porque perdiese el trabajo. Era porque estábamos ante la enésima tomadura de pelo del PSIB. Lo que buscaba era presionar. Que Podem presionase. Yo viví en primera persona el enfrentamiento con la comunidad medica. Fui a las reuniones de la carrera profesional y los sindicalistas me decían que para que aceptasen a Patricia Gómez de consellera, tenían, entre otros, cargarse a Bachiller (LEER DOCUMENTO ADJUNTO)

Lo negaron.

Insisto. Me lo dijeron. Yo acudía a los Acords del Canvi y veía cómo Vicenç Thomas y Bel Oliver no querían a Bachiller para negociar ni de lejos, cuando el Consell Ciutadà decía que era un interlocutor válido para todo, menos para I+D+i .

No quería que Podem siguiese bajando la cabeza ante el PSIB

En cualquier caso, ¿entiende que esas manifestaciones no sienten bien entre los ciudadanos? ¿Hace algo de autocrítica?

No era una cuestión ejecutada, era una presión. Si en vez de Bachiller hubiese sido Pepito, hubiese dicho lo mismo. Era una cuestión de principios. Quería que Podem se pusiese las pilas, que no siguiese bajando la cabeza.

Echenique dijo en Palma hace unos días que han actuado “incluso antes de que hayan tenido lugar los ilícitos".

Es que esta gente se atribuye que conocen mis pensamientos mejor que yo. Es una barbaridad.

Por último, hábleme sobre el salto al Grupo Mixto. ¿Cómo se ve?

Seguiré siendo reivindicativa. Mi base va a seguir siendo el programa del autentico Podemos. Con Pericay creemos que irá bien, es gente normal. El ambiente será mejor, desde luego. Voy a estar muchísimo mejor en cuanto al entorno personal. Pericay en un señor aunque no coincidamos en muchas cosas.

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