Tras dos legislaturas autonómicas consecutivas como portavoz o coportavoz del PP en el Parlamento balear, Marga Prohens (Campos, 1982) iniciará ahora una nueva etapa política en el Congreso de los Diputados. Así pues, no volverán a repetirse los intensos debates protagonizados por Prohens y por la actual presidenta de la Comunidad, Francina Armengol. Los socialistas y los ecosoberanistas isleños respirarán seguramente algo más tranquilos. Licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, Prohens considera que tener dos lenguas debería de suponer siempre una riqueza y no un problema. Para Prohens, Baleares es un ejemplo de que España es un país plural, con diferentes lenguas, culturas y costumbres, "todo ello dentro de una unidad de España que para nosotros es incuestionable e innegociable".
Intuyo que estará ilusionada a nivel político y también personal...
Sí, es así, es una gran oportunidad. A nivel político, es el reto más importante al que me enfrento en mi carrera política. Y a nivel personal, también me hace ilusión, entre otras razones porque creo que este es el momento de las mujeres también en la política, el momento de poder dar ejemplo. Las mujeres tenemos mucho que decir también en el panorama nacional. Por otra parte, hay hoy una nueva generación liderando los distintos partidos, que en el caso del PP está representada por Pablo Casado y por Teodoro García Egea. Les conozco a ambos desde hace años, cuando los tres empezábamos en política dentro de Nuevas Generaciones. El hecho de que ellos sean ahora los máximos dirigentes de mi partido, de que yo pueda iniciar una nueva etapa trabajando codo con codo con los dos, es algo que a nivel personal también me hace mucha ilusión.
¿Cómo valoraría esta última legislatura autonómica?
Bueno, esta legislatura ha sido en general un poco complicada, también para el Partido Popular, pues como sabe hemos celebrado varios congresos a lo largo de la misma. Además, el Grupo Parlamentario del PP en la Cámara balear ha sido el más reducido que hemos tenido nunca, con sólo 19 escaños frente a los 34 del pasado mandato. Aun así, también le diría que la labor de portavoz de la oposición en esta legislatura ha sido un máster continuo, que te obligaba a estar permanentemente al día de todos los temas que se trataban en el Parlamento y en las otras instituciones. Ha sido pues una labor muy gratificante. En ese contexto, me gustaría agradecer ahora la labor de todo el Grupo Parlamentario, tanto por su trabajo en la Cámara como igualmente a nivel de partido, que también es importante.
¿Diría que el PP ha hecho una buena labor de oposición?
Al inicio de la legislatura, nuestro propósito era hacer un oposición dura en según qué temas, pero al mismo tiempo también constructiva. Y creo que lo hemos conseguido. Hemos sido una oposición que ha sido capaz de reconocer aquellas cosas que el Govern estaba haciendo bien y que eran positivas para los ciudadanos de Baleares. Esa buena disposición no la tuvieron, por cierto, ni Francina Armengol ni Biel Barceló en la pasada legislatura, pues decían que "no" a todo lo que proponía entonces el PP. Nosotros, en cambio, no hemos hecho ahora esa oposición del "no es no". De hecho, desde que Biel Company es el presidente del PP balear, se ha instaurado el "sí es sí" cuando algo era bueno para los ciudadanos de la Comunidad. Hemos apoyado diversas iniciativas y hemos sido leales con el Govern, pero eso no nos ha restado contundencia o dureza en aquellos temas en que, evidentemente, no estábamos en absoluto de acuerdo con el Ejecutivo de Armengol.
¿El PP balear es, como dicen algunas voces, un partido catalanista?
Si fuésemos un partido catalanista, seríamos una formación minoritaria en Baleares. Sin embargo, el Partido Popular ha sido siempre el más votado aquí y ha aglutinado a todo el centroderecha. Una formación que sí es catalanista es MÉS, que es un partido minoritario que no puede aspirar a representar a la mayoría social de la Comunidad, como sí ha hecho en cambio el PP. Mire, ni somos catalanistas, ni somos independentistas, ni somos nacionalistas, ni somos ninguno de estos "istas" que con mala intención se nos intentan poner. En el tema de la lengua, como ha dicho Biel Company de una manera muy clara, la moderación no ha de ir reñida con la contundencia cuando es necesario. Lo que no podemos aceptar es que para ser contundentes y para ser claros nos tengamos que ir a un extremo o a otro. En el PP no queremos una inmersión lingüística en catalán ni tampoco en castellano. Eso no quiere decir que nademos entre dos aguas, sino que defendemos las dos lenguas, tal como marca nuestro Estatuto de Autonomía.
Pero es indudable que hay desequilibrios en materia lingüística...
Corrijamos entonces desde la Administración los desequilibrios donde los haya, sea en una lengua o sea en otra, porque es cierto que los desequilibrios existen. En ese sentido, debe respetarse el derecho que tiene un ciudadano de dirigirse a la Administración en cualquiera de las dos lenguas. Las instituciones, por su parte, tienen la obligación de contestar al ciudadano en la lengua en la que éste se ha dirigido previamente a la Administración. Asimismo, la lengua no puede ser una barrera de llegada de profesionales, como ha ocurrido en esta legislatura con el decreto del catalán en la sanidad, que el PP derogará. No debemos hacer, por tanto, que la lengua sea un impedimento para cubrir nuestras necesidades laborales. Somos una comunidad abierta, de acogida, y nuestras dos lenguas se tendrían que ver como una riqueza, como una oportunidad. En el PP huiremos siempre de cualquier extremo. Cuando en Baleares quitemos la confrontación lingüística del debate político, tendremos mucho avanzado.
¿Qué se puede hacer desde el Congreso por Baleares?
Se pueden hacer muchas cosas. Como sabe, hasta ahora yo había estado centrada en la política autonómica, pero ahora que hemos empezado la precampaña y nos hemos reunido con muchos colectivos, la verdad es que tengo ya una libreta llena de propuestas. Desde el PP creemos en un país de ciudadanos libres e iguales, pero de verdad. Queremos que los ciudadanos de Baleares sean igual de libres e iguales que los de Extremadura, la Comunidad de Madrid o Andalucía. Por eso, queremos que la insularidad no sea un elemento para restar competitividad a nuestras empresas o a nuestros ciudadanos. Es cierto que tenemos el privilegio de vivir en un archipiélago, pero este privilegio es un hándicap en muchas ocasiones. Por tanto, hay aún mucho trabajo que hacer en ese campo.
¿Cuándo nació su vocación política?
Entré en política tras haber acabado mi carrera universitaria. Mis primeras inquietudes políticas, como presidenta de Nuevas Generaciones de Campos, estuvieron centradas en poner en marcha iniciativas para intentar mejorar la vida de los jóvenes de mi pueblo. Creo que ese espíritu originario es el que me ha llevado a seguir aún en la política. Sigo pensando que puedo aportar cosas, inquietudes, ideas o proyectos para mejorar la vida de los ciudadanos en diferentes aspectos. Ese sentimiento es ahora más amplio, claro, no centrado ya sólo en mi tierra de origen. Mire, yo siempre digo que cuando deje de tener ese espíritu reivindicativo, de querer cambiar las cosas, no tendrá sentido que continúe en política. Pero por ahora vivo la política como el primer día. Por otro lado, creo que tener la opción de poderme dedicar a la política es un privilegio y en ese sentido quiero agradecer las oportunidades que se me han dado para poder desarrollar esa actividad.
¿Se consolidará en España el actual multipartidismo?
Creo que para poder pronunciarnos sobre esto nos falta aún un poco más de perspectiva histórica, de ver cómo evolucionarán los nuevos partidos. Si pensamos ahora en un partido como por ejemplo Podemos, es cierto que en muy poco tiempo pasó de ser una formación casi desconocida a obtener unos grandes resultados electorales. Pero ahora se está demostrando que para consolidarse hace falta alguna cosa más que una política de tertulia televisiva, de Twitter, de marketing y de imagen. Hoy, las perspectivas electorales de Podemos no tienen nada que ver con las que tenían hace apenas cuatro años. Pienso que puede llegar a pasar algo semejante con otros partidos nuevos que también proponen soluciones fáciles para problemas complejos. Esa es, por cierto, la definición del populismo. Los partidos populistas, sean de izquierdas o de derechas, te prometen que acabarán con problemas complicados, que tienen muchas variables, sólo por el hecho de estar ellos en las instituciones. Al final, el tiempo los pone en su sitio, pues la mayoría de votantes que en un momento dado dieron su confianza a esos partidos, los acaban abandonando, al ver todas las promesas que no han podido cumplir.
¿Cómo se resuelven los problemas entonces?
Mire, la mayoría de problemas no son fáciles de resolver, y para resolverlos se ha de tener experiencia. El otro día Pablo Casado dijo una frase que me gustó mucho: "Todos llevamos España en el corazón, pero España se gobierna con la cabeza". Es así. Para gobernar un país tan complejo como es España, aparte del corazón, se ha de tener experiencia y un proyecto claro. Y cuando hablo de experiencia, me estoy refiriendo también a la capacidad de poder reconocer lo que se ha hecho bien y lo que se ha hecho mal. En ese sentido, creo que en el PP hemos hecho y seguimos haciendo autocrítica, para evitar posibles futuros errores. Y eso les falta a los partidos nuevos. Por otra parte, hay otro elemento que ahora deberíamos tener también en cuenta. A partir del próximo 29 de abril, es evidente que sólo habrá dos políticos con opciones reales de ser presidentes del Gobierno, Pablo Casado o Pedro Sánchez, con todo el respeto para los candidatos de los otros partidos.
Más allá de cuáles sean los resultados del 28-A... ¿ve a Casado con un largo recorrido político?
Para empezar, he de decir que creo que Pablo Casado será el próximo presidente del Gobierno, porque pienso que su proyecto claro y diáfano, que cree en la libertad de todos los españoles, lejos de sectarismos y de pactos con partidos independentistas, se verá reconocido por las urnas el próximo 28 de abril. Dicho esto y contestando ya en concreto a su pregunta, debemos recordar que Casado lleva todavía muy pocos meses en la presidencia del Partido Popular. Su proyecto casi no ha aterrizado aún en Génova —sonríe—. Aun así, ha sido desde el primer momento un huracán de propuestas, de mensajes, de ideas, de cambio dentro del PP. Además, es una persona a la que le gusta estar a pie de calle y que ha recorrido ya toda España. En las recientes elecciones autonómicas en Andalucía, se implicó a fondo, con el resultado histórico que ya conocemos de que el popular Juanma Moreno es ahora el nuevo presidente de la Junta. El siguiente reto de Casado son las próximas elecciones generales, que nadie preveía tan pronto. Por todas las razones expuestas, creo que Casado, independientemente de los resultados del 28 de abril, tiene mucho que decir en el PP en los próximos años.
¿Qué propuestas tiene el PP en estas próximas elecciones?
Si hablamos de las propuestas económicas, creo que no hay ningún partido en España que pueda competir con el Partido Popular en materia económica. Porque nosotros, en las peores circunstancias, evitamos el rescate de España por parte de la Unión Europea. Además, con el protagonismo del sector privado, de los empresarios y de los autónomos, conseguimos dar la vuelta a la grave crisis económica que sufríamos. Y lo volveremos a hacer ahora en unas circunstancias hoy mucho más favorables. En ese sentido, uno de nuestros principales objetivos es favorecer la creación de puestos de trabajo. Como ve, he dicho "favorecer la creación" y no "crear" porque nosotros pensamos que quienes crean empleos y riqueza son los empresarios, los autónomos y las pequeñas empresas. Por lo tanto, una de las cosas que tenemos que hacer desde la Administración es quitar trabas burocráticas a todos los sectores económicos. Una de nuestras propuestas en esa línea es la de que se pueda crear una empresa en cinco días. Por otra parte, tenemos previstas también diversas medidas para los autónomos y para favorecer la competitividad, con la "revolución fiscal" anunciada por Casado.
¿Y más allá de la economía?
Otro de los ejes fundamentales de nuestro programa electoral es la defensa de la propiedad privada, por ejemplo con la puesta en marcha de una ley "antiokupas", en la que se aumentarían las penas por la ocupación ilegal de una vivienda. Uno de los objetivos de esa ley sería intentar conseguir que cualquier "okupa" esté en la calle en un plazo máximo de 24 horas.
Con alguna otra propuesta más ya me conformo...
Ah, de acuerdo, ja, ja, ja. Para acabar, le explicaré ya sólo una propuesta más —sonríe de nuevo—, relativa a otro de los ejes de nuestro programa.
Por favor, adelante...
El PP es el partido de las familias. Creemos en la familia como la unidad en la que todos nos desarrollamos, crecemos y nos formamos como personas. Por lo tanto, queremos dar todo el protagonismo a las familias a la hora de decidir con libertad cuál es la educación que desean para sus hijos. Nosotros no queremos que ningún político de ningún partido decida por las familias. Por ello, defendemos la libertad de elección de centro y la libertad de elección de lengua en el momento de escolarizar a los hijos, que es un decisión que corresponde única y exclusivamente a los padres. En ese contexto, defendemos además una buena educación pública, una buena educación concertada y una buena educación especial.
¿Qué se puede hacer para que los ciudadanos recuperen la ilusión y la fe en la política?
Entre todos tenemos que volver a dignificar la política. Evidentemente, ha habido una serie de personas que entraron en política y que no deberían de haberlo hecho nunca, porque nos han hecho mucho daño a todos. En números absolutos, son muy pocos, pero han hecho tanto daño que puedo entender perfectamente la desafección que hay hoy entre los ciudadanos y los políticos. Ojalá nos vuelvan a ver como lo que somos, gente normal con problemas comunes, que durante unos años nos dedicamos al servicio público. Los políticos hemos de pedir perdón por las cosas que hemos hecho mal y los ciudadanos han de intentar no dejarse deslumbrar por según qué cantos de sirena, por partidos extremistas que pueden hacer un mal irreversible a la sociedad. Pensando ya en las próximas elecciones europeas, resulta muy preocupante ver que están creciendo formaciones antieuropeístas y xenófobas, pues Europa sigue siendo el mejor proyecto para la paz, la convivencia y el progreso, a pesar de sus carencias y sus errores. Es cierto que hay problemas que no se han resuelto, que se han ido postergando durante años, pero se han de abordar siempre desde el seny, la experiencia y la tranquilidad.