En el entreacto

En estos días de inicio de verano, previos a la canícula, que con absoluta certeza hará acto de presencia en poco más de una quincena nuestros políticos se encuentran en el ambigú del teatrillo en que se ha convertido la política nacional y, como no, la autonómica.

Pese a encontrarse en el bar del teatrillo se encuentran sin nada que hacer, casi como el resto de la legislatura (eh Cosme?), y al haberse constituido pocas instituciones y haberse convocado elecciones generales, me atrevería a decir que hay muchos pendientes de lo suyo…

Quizás cien personas están pendientes las 24 horas del día del teléfono por si se produjese la merecida (según ellos) llamada de la premier in pectore Prohens. Y si no se puede optar a una Conselleria, veremos la pedrea, y sino algo con lo que seguir tirando otra legislatura sin trabajar. ¿Cuántos hay que no tienen vida laboral en la que el empleador no sea un partido o una administración? Eso no es bueno pues están obligados a asumir determinadas cosas en favor del pan de sus hijos.

Intento ser una persona moderada, por tal me tengo, y se da la casualidad que por razones profesionales conozco al Presidente del Parlament, es un buen profesional y una buena persona. Sobre el, que aún no ha hecho nada, han llovido todo tipo improperios y descalificaciones y sobre su partido, que por cierto está inscrito en el mismo registro de partidos que Podemos y PSOE, y goza de toda la legalidad que otorga el ordenamiento jurídico español, lo mismo, insultos sin justificar, aunque un insulto suele ser difícil de razonar.

No pertenezco a Vox, no les he votado y no les votaré, no comparto en general su ideario si bien podría suscribir algunos matices que no alcanzasen al Estado de las Autonomías que emana de la Constitución del 78.

Desde la radicalidad más radical, se ha iniciado lo que ellos llaman una alerta antifascista pues bajo ningún concepto quieren a Vox en las instituciones. Esto, obviamente, genera varios problemas, a saber.

No se acepta el resultado que emanó de las urnas, llegando la dimitida Armengol, en un acto de machismo sin precedentes, a decir que las mujeres que votaron Vox no sabían lo que votaban. ¿Perdón? ¿Qué hubiese pasado si la señora Prohens lo hubiese dicho de las mujeres que votaron a Podemos? La señora Armengol debería disculparse por esa barbaridad o mejor irse a casa.

En el teatrillo del que les hablaba quien ha cometido más barbaridades ha sido Podemos, un partido antisistema, anticonstitucional, antidemocrático que ha obtenido la representación que le corresponde, en el mismo paquete situamos a Bildu, conocemos su origen, su militancia y sus candidatos. Asesinos, han pensado alguna vez lo que debe ser matar a un inocente solo porque no piensa como tú.

El militar, guardia civil, político, qué más da su empleo, va por la calle hacia su trabajo después de haberse despedido de la familia hasta la hora de comer, sale a la calle y empieza a andar hacia su coche, se arrodilla para ver si le han puesto una bomba lapa en los bajos del mismo y peinsa otro día de suerte al descibrir que no hay ninguna bomba, y cuando se está poniendo en pie un candidato de Bildu, con deportivas puestas para no hacer ruido y huir cobardemente, se pone la capucha del anorak y le descerraja dos tiros en la nuca, la víctima, da igual el oficio decíamos, cae fulminada al suelo, la puerta del coche queda impregnada de masa encefálica, se produce un charco de sangre que se expande sobre la acera, en la casa la viuda, que no sabe que lo es, ha oído los disparos y se teme lo peor mientras prohíbe a sus hijos de corta edad asomarse a la ventana, pues no tiene duda que esos dos tiros tenían como destinatario la cabeza de su esposo. Reina el silencio, la gente cambia de acera y en el fondo muy a los lejos se ve la luz naranja de una ambulancia que nada podrá hacer desgraciadamente.

Esta recreación de un crimen de ETA se parece mucho a alguno de los que ejecutaron algunos de los candidatos de Bildu en las últimas elecciones municipales.

San Mateo, y también San Lucas, dicen “por sus hechos los conoceréis”; ya sabemos quién es Bildu, ya conocemos su origen.

La pregunta que me surge es ¿de dónde viene Vox? En contraposición a Bildu. Vox no ha hecho nada de eso, es un partido inmaculado y a que se debe el miedo que le profesan los radicales.

El PSOE en la pasada legislatura se sostuvo entre otros en Bildu, y ¿cuándo Patxi López y otros aprobaban una moción con ese apoyo no sentían escalofríos? ¿No pensaban que con quien se apoyaba en el Congreso no le pudo hacer seguimientos en el País Vasco para asesinarle? ¿Qué se debe sentir cuando se le estrecha la mano a un etarra?

Los antecesores de Bildu mataron a 12 miembros del PSOE, Germán González, Enrique Casas, Vicente Gajate, Fernando Múgica, Francisco Tomás y Valiente, Fernando Buesa, Juan María Jáuregui, Ernest Lluch, Froilán Elespe, Juan Priede, Joseba Pagazaurtundua e Isaías Carrasco, ¿de verdad el Gobierno de España tiene que apoyarse en gente que ha matado a miembros de un partido democrático? No quiero esa democracia para mí ni para mis hijos.

¿No le repugna a la señora Armengol criticar a Vox cuando tiene esos cadáveres en su casa? ¿votará con Bildu de la mano si sale elegida diputada? ¿Será cómplice de ese terror?

Este país necesita una reflexión democrática pues de la inmundicia de la que han impregnado el escenario del teatrillo del Congreso de los Diputados causado por el PSOE pactando con Bildu, el PSOE pactando con Podemos, ¿de verdad no les da asco revolcarse en ese fango lleno de mierda en el que está Sánchez convirtiendo la sociedad política española?.

El PSOE debe echar del teatro político a Bildu, a Podemos, lavarse la lengua y si les queda un mínimo de dignidad, hablar con voz baja para no ofender pues el daño que nos han hecho tardaremos años en recuperarnos.