Me pido cargo de confianza

Hace unos días leí una noticia y enseguida supe qué pedirles a los reyes magos. Sí, lo tuve clarísimo. Quiero ser cargo de confianza. Pero el año que viene.

Normalmente me apunto a caballo perdedor, o sea podría pedirme ser interino. Tuve, sin embargo, un alarde de valor, y decidí que sirva o no valga para ello, quiero ser cargo de confianza.

Todos lo sabemos, es dónde se reparte el parné. Y esa ilusión de nuestras madres de tener un trabajo de por vida, pura fantasía. La vida da muchas vueltas. Ya estamos mareados todos. Lo que es para siempre se llama hipoteca.

Empecé mi carta, los reyes magos andarán muy ocupados.

Aferrarse a los ideales, a la cordura ¿a qué nos lleva? A la frustración.

Lo confieso, ando un poco sobrada de ella, últimamente. Asoma por cualquier rincón, detrás de muchas esquinas y en la mirada de demasiados ciudadanos.

Me pido la sinrazón del cargo de confianza. Debe ser algo cómo una alegre borrachera, con un duro despertar.

Pero durante estos días de puente tuve tiempo para ir a una exposición. Fantástica, por cierto. Los dibujantes de cómic, Paco Díaz, Guillem March y Tomeu Morey, muestran su trabajo en Can Gelabert, Binissalem. No dejen de ir.

Rodeada de superhéroes, de artistas, de cultura, de realidad es cuando apuestas por la honestidad, por la dignidad y la verdad. A esta carta sí me apunto. No voy a pedir absurdos, pero si un poco de equidad.

No aprieten más, es ruin y muy mezquino. Todos sabemos quienes son los reyes magos. Pero sí debe existir un presupuesto justo.